Bitchcraft.

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(+18, basado en la novela de hast3ria, dedicado al Team Telepollo porque les amo).

Alba estaba débil, pero pasar la noche con Natalia le resultaba muy complicado, teniendo en cuenta que a pesar de su falta de fuerza, su cuerpo reaccionaba de manera muy poco sutil a la compañía de la chica.

Especialmente cuando todo su cuerpo estaba en contacto con su espalda.

Y eso no la dejaba dormir en paz.

Natalia no dormía, ya que no podía hacerlo, pero solía cerrar los ojos y pensar en cualquier cosa, más por costumbre que por necesidad.

No se había dado cuenta de que la rubia estaba despierta, así que se asustó un poco al sentirla moviéndose en la cama, ya que Alba normalmente apenas lo hacía al dormir.

Sin embargo, su voz en su oreja fue suficiente como para hacerle comprender que la alquimista no dormía.

- Nat...- Susurró, haciendo que la susodicha abriese los ojos.

- Dime.- Contestó su voz ronca en la quietud y oscuridad del cuarto.

- No puedo dormir.

- Prueba a contar ovejas.

- Ya lo he hecho, pero es que tengo un problema.

- ¿Qué problema? - La navarra se puso nerviosa al escuchar aquellas palabras y se giró hacia ella. A Alba le podría estar pasando algo grave. - ¿Necesitas ayuda?

- Pues no me vendría mal tu ayuda.

Antes de que Natalia pudiese contestarle algo que demostrase lo confusa que estaba al respecto, sintió los labios de Alba chocar contra los suyos.

Apenas recordaba como era un beso, ya que aunque Alba la había besado durante un corto periodo de tiempo en un momento anterior, no habían llegado a profundizar aquel contacto. Al menos no de la manera en la que ansiaban hacerlo.

Sin embargo, Natalia era desagradablemente consciente de que por mucho que los incansables labios de la rubia se moviesen contra los suyos, su cuerpo no estaba en situación de responder adecuadamente.

Alba pareció darse cuenta cuando dejó de responder al beso y se quedó completamente quieta.

- ¿Nat? ¿Estás bien?

- No tienes ni idea de las ganas que tengo de llevar esto a otro nivel, Alba. Pero me es físicamente imposible. - Confesó, casi avergonzada. La atracción que sentía por Alba no se correspondia con su respuesta corporal en aquel momento.

La alquimista se movió en la oscuridad, encendiendo la lamparita y observando con curiosidad a la pamplonica.

- ¿A qué te refieres? ¿Te duele algo?

- No.

Alba frunció el ceño, no entendía nada.

- No soy capaz de... Excitarme, supongo.- Suspiró la morena, llevándose las manos a la cara, en un claro gesto de vergüenza.

- Oh. Cierto. Olvidaba ese pequeño detalle. - Murmuró Alba, aunque de inmediato pareció encontrar la solución. - Creo que ya sé como solucionar eso.

Sabía que tres problemas se interponian en su camino. El primero, que no tenía energía. El segundo, la ausencia de fluidos corporales en Natalia. Y el segundo, la nula respuesta física ante estímulos.

Es decir, tenía que buscar tres sellos.

El primero fue fácil, utilizó lo que Sabela le había enseñado para dar un empuje extra de energía a su cuerpo. Enseguida notó como dejaba de sentirse débil y cansada.

the one with the two girls in loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora