*La chispa del destino – "¿Qué pasa cuando una fuerza imparable chocha contra un objeto inamovible?"
*Sophie narrando*
No sé cuánto tiempo había pasado, pero ambos estábamos en una especie de trance. Seguíamos de pie en mi portal, casi como si fuésemos dos fuerzas inamovibles que no estaban dispuestas a desplazarse y renunciar de ese instante en el que podíamos estar juntos.
Es tonto estar así, estáticos en un punto fijo, pero mi mirada estaba enfocada en sus preciosos labios y en esa sonrisa única que me estaba regalando, quería moverme, quería decir algo, pero simplemente no podía. Solo me sentía capaz de sonreírle, de hacerle saber con ese diminuto gesto que me alegraba verlo.
Era como si yo fuese incapaz de controlar mi cuerpo, o como si una parte de mi creyese que si me movía, aunque fuese solamente un milímetro, ese momento se iba a transformar en escurridizas cenizas que se iban a escabullir de mis manos. Y tal vez, si me mantenía ahí, inmóvil, entonces ese segundo iba a ser infinito en lugar de efímero.
Pero como pasa siempre en mi vida, ese pequeño momento de felicidad no duró demasiado. Me sentía incomoda, observada, como si un par de ojos estuviesen clavados en mi nuca. Y seguramente tenía razón, porque Ethan rompió nuestro contacto visual y nuestro juego de sonrisitas para poder fijar su vista en la persona que estaba detrás de mí.
Me giré y puse mi mejor cara de asesina serial, pero Hayley ni siquiera se inmutó, sabía que era incapaz de hacerle daño.
— Mi nombre es Hayley — ella me señaló mientras le regalaba su mirada de dictador genocida a Ethan — y si ella vuelve con el más ligero rasguño, te voy a dejar sin hijos.
— ¡Hayley! — Chillé furiosa, iba a matarla. Primero me motivaba para que acepte salir con él y después lo amenazaba. ¿Quién entendía a esta mujer? Tal vez después de todo, ella si estaba un poco desequilibrada.
— Hayley, te juro que Sophie va a volver sana y salva.
— Espero que seas un chico de palabra Ethan.
— ¡HAYLEY! Te quiero fuera de mi vista en este mismo instante — por suerte, me hizo caso. Cerró su bocota y desapareció. Miré a Ethan apenada, pero él parecía divertido.
— Lo siento Ethan, Hayley se vuelve un poco loca a veces.
— Me gusta Hayley, saca las garras para defenderte, y eso está bien.
— ¿Entonces no vas a salir corriendo?.
— No Sophie, no quiero salir corriendo. Me debes un café, y no te vas a escapar tan fácil de eso.
— No quiero salir corriendo está vez, así que yo en tu lugar aprovecharía eso. ¿Vamos por ese café?
— ¿Preferís ir caminando o en la moto? — ¿moto? ¿él vino hasta acá con una moto? Estaba loco si pensaba que me iba a subir a esa cosa.
— No me voy a subir a una moto Ethan, esas cosas son peligrosísimas.
— Tengo casco para los dos, y además — él colocó una de sus manos en mi barbilla y elevó con suavidad mi cara, obligándome a que conecte mí miraba con la suya. Dios, me iba a morir en ese mismo instante — yo jamás te pondría en peligro ni dejaría que te pase algo
— Me dan pánico las motos — Preferí admitir en voz alta la razón por la cual no me parecía muy divertida la idea de subirme a esa cosa.
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La chispa del destino
General FictionCuando en cuestión de segundos, su vida entera empieza a desmoronarse y arder frente a sus ojos, lo único que Sophie supo hacer, fue luchar con todas sus fuerzas en contra de esa corriente que amenazaba con arrastrarla hacia aquel remolino de destru...