Prólogo

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*La chispa del destino - SINOPSIS*

*El relato se remonta a los 12 años de Sophie*

*Alma narrando*

-¡Nana!, ¡NAAANA!-

-¿Qué pasa mi niña?- Ese pequeño huracán poseía la energía suficiente para abastecer a todo un batallón, se pasó el día entero corriendo como poseída por toda la casa, y seguía sin quedarse dormida.

-Quiero que me cuentes la historia-

-¿Otra vez? Si ya te la conté mil veces Sophie- no dejaba de sorprenderme lo mucho que le gustaba escuchar esa historia, una y otra vez.

- Solamente una vez más, por fiii. Papi no está, y mami todavía no vino a darme mi beso de buenas noches...y yo no puedo dormir sin mi beso-

- Solamente una vez más Soso y después vas a tener que dormir, es tardísimo- No me daba el corazón para decirle que no, sabía que su mamá no le había dado su beso de buenas noches, y para ser honesta, dudo muchísimo que ella se digne a aparecer. Parecía que tenía que hacer cosas más importantes que compartir tiempo con su hija.

Sería incapaz de entrometerme, sabía cual era mi lugar, pero era desgarrador que esto sea algo recurrente, casi como una rutina. Sophie espera impaciente a su mamá cada noche, y cuando finalmente se da cuenta de que, ella de nuevo no va a llegar, la pequeña simplemente sonríe llena de esperanzas y dice que tal vez mañana su mamá si iba a venir y le iba a dar todos los besos que no le dio antes.

-Nana,¿podrías darme mi beso de buenas noches cuando termines de contarme la historia?

-Sería un honor darte tu beso de buenas noches preciosa-

-Gracias por ser la mejor nana del universo- No pude evitar que una sonrisa se forme en mis labios ante su comentario, yo nunca había tenido la oportunidad de formar una familia , por eso siento que tengo suerte al ser la encargada de cuidar a Sophie desde que ella era una bebé recién nacida.

Jamás iba a olvidar el día en que la conocí, era tan pequeña y tan hermosa ,con su piel pálida, sus pequeñas pecas, su rebelde cabello anaranjado y esos preciosos ojos que transmitían tanta paz y tanto amor. Yo ame a esa bebé como si fuese mía desde que la sostuve en brazos por primera vez.

-Cuando tenía tu edad amaba escuchar esa historia también. Mi mamá me la contaba cada noche porque quería asegurarse de que aunque yo nunca conocí a mi papa, jamás pero jamás me iba a olvidar de él o del amor que él tenía por nosotras-

- Porfiii nana-

- Ya voy, ya voy, ¡que impaciente me saliste!- Reí por lo bajo, me daba tanta ternura verla así de feliz.

- Mi mamá jamás iba a olvidar ese lunes por la mañana, fue un 25 de noviembre de 1940.

Le había parecido una muuuy buena idea salir la noche anterior, pero cuando abrió los ojos el lunes y vio el reloj, ella se arrepintió tanto de su decisión. Estaba llegando 30 minutos tarde a su trabajo y su jefe iba a matarla, o peor...él iba a despedirla.

Salió de su cama despavorida, se puso lo primero que encontró y salió corriendo a toda velocidad de su departamento. Y no, ella no se maquilló, y ni siquiera se peinó, simplemente corrió tan rápido como sus piernas lo permitieron.

En otro lugar de la ciudad, mi papá también se había quedado completamente dormido. Había ido a festejar con sus compañeros la noche anterior y estaba llegando tarde a su entrenamiento matutino. Así que se puso su uniforme tan rápido como pudo y también salió corriendo como un loco de su casa; él sabía que en el ejército eran lo suficientemente estrictos como para hacerlo correr durante tres horas seguidas o hacer 400 lagartijas solo por llegar tarde.

La chispa del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora