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CAPITULO OCHO

"¿Recuerdas cuando te dije que tú y yo pasaríamos a la historia juntos?"

Hoseok nunca llegó a pensar que ver sonreír a Mina representaría que él se sintiera infeliz, normalmente cuando la joven mostraba su hermosa sonrisa llenaba el corazón del chico. Sin embargo, cuando la vio sonreír para alguien más e ir hacia él se sintió simplemente vacío. Como si alguien lo hubiera empujado sin previo aviso y ahora estuviera al borde de algo desconocido.

Conteniendo el aliento dejo la banca como Mina y la siguió hasta estar frente al hombre de traje. ¿Qué edad tenía? Se pregunto. ¿25? ¿26? Lo analizo, era alto, quizás tanto como Namjoon y le molestaba aceptar que tenía un buen aspecto.

--¿Vienes con Tan?—pregunto Mina como si se tratara de una conversación casual entre los dos, como si ya hubiera algo previo.

Eso molesto a Hoseok, cuando Mina dijo 'Conocí a alguien' ¿Qué quiso decir? ¿Desde hace cuanto tiempo lo conocía? Y de todas formas ¿Quién era Tan? El chico había señalado a un niño que ahora jugaba con los gemelos, quizás uno o dos años mayor que Han y Mang. Hoseok jadeó ¡¿Ese hombre tenia un hijo?! ¿Acaso Mina estaba loca? ¿Cómo podía querer salir con alguien que ya tiene un hijo cuando ella ya tiene dos? La mandíbula de Hoseok se tensó. ¿Por qué estaba él pensando en Mina saliendo con alguien más?

Lo que vino después termino por desquiciar al castaño...

--¡Samchon, Chris!—los gemelos corrieron con sus pequeñas piernas hacia el hombre y lo rodearon por las piernas. El hombre bajo al nivel de los niños y los cargo. A sus hijos.

--Ah, Christopher—Mina hablo. -- él es Jung Ho-Seok, el papá de Hanseok y Manggok.

La atención de todos se poso en el chico que trataba de no sacar a reducir el mal humor que lo embriagaba.

--Samchon, appa.—Han señalo a Hoseok.

--Anioaseyo, Christopher Park, es un gusto conocerlo.

Cuando el hombre hizo una corta reverencia, Hoseok se limito a asentir con la cabeza y hacer una sonrisa ladina. Odiaba a es hombre, no estaba seguro de si tenia razón para ello, pero lo hacía, enormemente y que tuviera a sus hijos en brazos solo le molestaba más.

--¡Han, Mang!—la voz del otro pequeño a lo lejos hizo que sus hijos quisieran ser bajados. Chris los dejo en el suelo y estos corrieron hacia el chico.

--¿Es tu hijo?

--¡Oh!—rió.—No, es el hijo de mi hermano. De vez en cuando lo cuido.

--Ah...

Cada segundo que Mina estuvo con ese chico, cada palabra, cada risa o cada mirada, todo se sentía como una descarga de frio hielo cubriendo el cuerpo de Hoseok. Paso de estar molesto e irritado, a de alguna forma culparse y no dejar de pensar  que entonces si no se hubiera ido ella seguiría siendo suya. Lo que le llevaba a otro hecho, el de aceptar que Mina ya no era suya, que la había perdido en algún momento, que lo suyo si se había diluido al paso del tiempo hasta quedar... nada.

El pensamiento frío y realista lo intimidó.

¿Cómo pudo ser tan irresponsable como para dejar ir al amor de su vida y siquiera darse cuenta? ¿Cómo pudo ser tan tonto para dejar que alguien más fuera la razón de su sonrisa? Esos días junto a Mina y los niños le habían enseñado todo lo que se había perdido, todo lo que había ignorado por enfrascarse en el trabajo; la dulzura de la vida común, la tranquilidad de estar de estar en casa, la mera felicidad.

¿Había sido demasiado egoísta como para pensar en su sueño sobre su familia? Le había dado malos molestos a Mina solo para que él pudiera seguir con su vida como si nada, había ignorado los sueños que ella también tenia para poder volar lejos, a todo aquello que tanto deseaba...