"Hemos estado tranquilos, dijimos que lo intentaríamos por un tiempo, pero eso fue hace años atrás. Si me ves a mi, si yo te veo a ti; una parte de mi espera que lo hagamos, que digamos todo lo que tenemos por decir"La luz entraba por el ventanal de la sala; de techo a piso, y por esta era posible ver una perfecta imagen de Peace Park coloreado por los vibrantes colores del otoño en las afuerzas. En el departamento se escuchaba la canción de bebe tiburón por quinta vez desde el momento en el que los gemelos despertaron, mientras que los anteriormente mencionados eran alimentados por su madre, sentados en las sillas altas.
Kang Min-Ha sentada frente a Mang-Gok y
Han-Seok, aun llevaba su ropa de dormir; una vieja playera de alguna banda americana descolorida y un par de pantaloncillos cortos. El cabello atado de forma descuidada y el rostro al natural dejando ver las ojeras bajo sus ojos y la palidez de su piel que normalmente es un tanto bronceada. Decir que estaba agotada, era decir poco.--¿Viste que cuñado fue a América?-- Yoona, la mejor amiga de Mina menciono mientras le ayudaba a tender la ropa de los gemelos, la cual siempre parecía ensuciarse con solo respirar y multiplicarse por segundo.
--Hum.-- negó la chica sin mucho interés, tratando de que Manggok y HanSeok dejara de jugar y parlotea y desayunaran.
--No...
--No nada. Lo que escuchas es lo único que a estado en la TV desde hace ya un mes.-- Miro a su amiga.-- Ya sueño con ella, Yonna, tengo pesadillas con el tiburón bebe.
La risa de la rubia aligero el ambiente. La chica que terminaba con todas las pequeñas playeras y pantalones tomo el canasto de ropa y fue hacia Mina para tomar asiento junto a ella.
--¿Has hablado con él?
--Hum.-- volvió a negar limitándose con un sonido para no hondear demasiado en el tema.
--¿Desde hace cuanto tiempo?
Finalmente Mina terminó por ladear tratando de no verse muy afectada por el tema.
--¿Un mes? ¿Dos? Creo que he perdido la cuenta. ¿Cuando fuero las últimas vacaciones?
--Hace cuatro meses, Mina-sshi.
--Ahí lo tienes. —Sentenció—La última vez que vino fue hace cuatro meses, en el cumpleaños de los chicos. Así que sí, debe de haber pasado dos meses desde que llamo.
La sonrisa ladina de la castaña hizo creer por un segundo a Yonna que estaba bien con ello, pero entonces vio en sus ojos el cansancio. No estaba segura de que la palabra 'difícil' se adaptara muy bien a todo lo que su mejor amiga había pasado, todo había sido más bien... cansado.
Tenia 24 años y 2 hijos, cuando muchos apenas y se casaban a esa edad y mucho aún no eran capaces de hacerse cargo de si mismo; y aunque Mina siempre había tenido a mucho gente que la apoyara como lo eran su padre, sus suegros, la hermana mayor de Hoseok, Jiwoo, así como ella misma, Mina nunca había sido la clase de chica que se refugiara en el resto.De ninguna forma.
Incluso cuando cuando los gemelos comenzaron a ser demasiado inquietos Mina decidió mudarse por su cuenta y dejar la casa de sus suegros donde aseguraba los incomodaba con los contantes llantos y travesura de los menores. De eso ya a pasado un año y desde entonces veía a su mejor amiga agotar hasta su última reserva de energía para cuidar a Manggok y HanSeok, ducharlos, vestirlos, alimentarlos y mimarlos. La admiraba por su gran trabajo, pero al mismo tiempo sentía pena por ella. Pocas veces la veía tan brillante y energética como solía ser, ahora más bien se la pasaba cansada y un tanto irritada.