CAPITULO 1

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IAN  

Lavo mi cara en el lavamanos, es la tercer vez que devuelvo lo poco que he podido comer, mis ojos están rodeados de una grande sombra oscura y tengo el rostro demacrado, me veo como la puta mierda y me siento como tal, creo que Camille tiene razón en aconsejarme acudir al medico pero de solo pensar en el bullicio y trajín me da jaqueca

- ¿Te sientes muy mal? - miro mi reflejo en el espejo y volteo encontrándome con sus ojos verdes oscuros, su cara pálida salpicada de pecas, su cabello rojizo y rizado atado en una cola alta, su esbelta silueta vestida únicamente con la camisa que use el día de ayer y sus largas piernas cruzadas tratando de provocarme

- ¿Qué te dije sobre usar mi ropa? - le reprocho ignorando su pregunta y pasando por su lado, me acuesto mirando al techo y respirando pausadamente, estoy del puto asco

- Ya lo se, se que no quieres que lo haga, solo que son muy cómodas y sabes que no tengo pijamas, me gusta dormir ligera de ropa - dice sentándose a mi lado y tocándome la frente, no la retengo, me siento realmente agotado - tienes fiebre, hazle caso a Camille y ve a que te revisen - baja su mano a mi pecho y se la retiro rápidamente

- No me jodas Amaya, te regalo la camisa pero es la ultima, no lo voy a tolerar mas, sal de mi cuarto y déjame solo, quiero dormir - respondo dándole la espalda

- Ethan quería jugar contigo, ya le diré que no puedes - dice levantándose con la intención de irse

- No le digas nada, bajo en unos minutos - respondo al momento que me levanto y me dirijo al vestidor

Este es mas pequeño del que tenia en la casa de los Ángeles, mi ropa ocupa los espacios de ambos lados, abro el cajón de mi ropa interior para tomar un bóxer y diviso al fondo el tanga rosa que Lía olvido en mi casa, lo encontré debajo de mi cama antes de trasladarme a Seattle, siento un vacío que me oprime el pecho al recordarla, pero lo ignoro rápidamente, me cambio y bajo al encuentro de mi hijo

- Mira quien llego cielo- dice Amaya haciendo que Ethan voltee a mirarme y me regale su sonrisa hermosa y salte a mis brazos

- Papiiii - grita abrazándome fuerte

- Hola campeón, ¿Cómo dormiste? - pregunto besando su cabeza y dejándolo nuevamente en la silla para que termine su desayuno

- Bien papi, pero ya estoy listo para que salgamos a jugar y me compres el perrito que me prometiste- responde con su voz de niño consentido y haciéndome ojitos, me convenció, soy débil ante él

- Esta bien hijo, apenas acabes todo tu desayuno vamos a ir por tu perrito - respondo picándole el ojo

- Ya te dije que no quiero que le compres un pulgoso Ian, es una decisión que debemos tomar ambos - responde Amaya dándome una mirada seria

- ¿Así como lo hiciste tu al marcharte con mi hijo?- digo haciendo énfasis en lo ultimo lo que provoca que agache la mirada y me ignore, bien, mejor para mi

- Señor Ian tiene una llamada de Tyler Williams, dice que es urgente- dice Camille llegando a mi lado pasándome el teléfono, lo recibo y me retiro a la sala

- Señor Williams, ¿A que debo el placer de su llamada?- hablo cortésmente

- Buenas tardes señor Becker, disculpe si lo inoportuno, solo que necesito comentarle algo respecto a las cajas de vodka que acabo de recibir -habla atropelladamente y con cierto nerviosismo

- Lo escucho- respondo impacientándome con sus rodeos

- De las cien botella que llegaron, cuarenta y cinco son adulteradas- responde e inmediatamente me pongo en tensión

NO TE PERDÍ #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora