CAPITULO 30

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~ LÍA ~



- Buenos días señorita Lía, un señor la busca en recepción – escucho que me habla la recepcionista del edificio


- ¿Cómo dices que se llama? – pregunto


- El señor Mathew Harris – informa y sonrío


- Puede pasar, gracias – respondo finalizando la llamada

corro escaleras arriba para revisar que mis hijos duerman aun, bajo nuevamente cuando escucho el sonido del elevador


- Buenos días – saluda una voz gruesa y sensual


- Buenos días – saludo llegando a la sala

se gira en mi dirección y se toma unos segundos para contemplarme de pies a cabeza del mismo modo en que yo lo estoy haciendo, ¿de dónde carajos salió este hombre tan sexy?, pienso


- ¿señorita Lía? – pregunta


- La misma – respondo coquetamente


- Es todo un placer señorita, Mathew – se presenta estirando su mano la cual acepto gustosa

viste un jogger gris y una camisa blanca que se pega a sus enormes músculos trabajados, su cabello es café con mechones rubios, sus cejas perfiladas y nariz recta, su barbilla cuadrada y sus labios gruesos, sus ojos son de color verde oscuro, mucho más oscuros que los míos, pero realmente hipnotizantes


- El placer es mío – sonrío abiertamente con el pulso acelerado, este hombre es realmente apuesto pero inmediatamente me encuentro haciendo comparaciones con Ian así que dejo de mirarlo indiscretamente – toma asiento ¿te ofrezco algo? – pregunto cortes, él se acerca al sofá y hace lo que le he dicho


- Si tienes jugo por favor – dice mirándome fijamente


- Claro, ¿naranja o fresa? – pregunto recordando que en la nevera los vi


- Naranja está bien – dice y camino a la cocina, sirvo dos vasos y le entrego uno sentándome a un metro de distancia


- Gracias – agradece tomándolo de un sorbo – disculpa, Sali corriendo de mi casa – se disculpa sonriendo y niego sin importancia


- No te preocupes – hablo tomando un sorbo de mi vaso


- Bueno Lía, dime para que soy bueno – dice sonriendo picaronamente

Pareces bueno para demasiadas cosas hombre sexy


- Hace una semana termine mi dieta y quiero ponerme nuevamente en forma, me dijeron que eras muy bueno en lo que hacías – hablo con cierto toque coqueto y él sonríe de oreja a oreja


- Así es, soy muy bueno en mi trabajo – afirma los comentarios – iniciaremos cuando usted me indique ¿tiene en mente algún gimnasio o lo quiere hacer aquí en su hogar? – pregunta y asiento


- Estoy en proceso de instalar un pequeño gimnasio en un cuarto que tengo desocupado, pero me gustaría tu recomendación para saber que maquinas traer – digo y el asiente pensando


- Empezaremos con algo leve mientras te acostumbras nuevamente, ¿hacías ejercicio antes? – pregunta y niego riendo


- En realidad, no, soy muy perezosa al respecto, pero después de mis hijos lo necesito – digo y me mira con sorpresa


- ¿hijos? – pregunta curioso


- Así es, mellizos – sonrío orgullosamente y el parece aún más asombrado

NO TE PERDÍ #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora