EPÍLOGO

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LÍA

-Manu esto sabe delicioso – jadeo del gusto dando la primer probada a la piña colada que preparan en San Andrés Islas

-te dije que mi país es el mejor – alaga mostrándome una manilla en su muñeca de tres colores mostrando la bandera de Colombia

-me encanta, lo admito, pero prefiero estados unidos – sonrío picarona y se encoge de hombros

-las fiestas son mejores aquí – sigue defendiendo su país

-eso si no lo refuto, los colombianos saben cómo montar la gorda – nos carcajeamos asintiendo de acuerdo

- ¿Qué harás esta noche? – pregunta guiñándome un ojo

- ¿quieres otra copa Manu? – le guiño el ojo y muerto el pitillo con chulería

-dicen que la tercera es la vencida – contraataca haciéndome reír

-pero esta es la ¿Qué?, ¿quinta? – le recuerdo riendo a carcajadas al ver su expresión

Se ríe con ganas y muerde su labio, que gesto tan sexy, hemos salido en cinco ocasiones a "tomar una copa", la tercera vez quiso darme un beso de despedida, pero no fui capaz de corresponderle, ciertos ojos grises se cruzaron en mi pensamiento haciéndome retroceder

-debemos disfrutar los últimos días aquí – habla y me levanto como un resorte

- ¿Cómo que los últimos días? – pregunto cabizbaja

-tu papá ya organizo el vuelo, nos vamos en dos días para Cancún, pero lastimosamente yo no me quedare – dice y hago un puchero

- ¿Por qué no?, que vacaciones tan cortas – refunfuño y sonríe ubicando un mechón de mi cabello tras mi oreja, mi piel se eriza ante su toque y sonrío

-ya me tomé tres semanas, debo volver a mi rutina o me mal acostumbrare – dice acercándose peligrosamente a mi

- ¿Por qué? – pregunto pasando saliva ruidosamente

-me acostumbro a estar contigo todo el día Lía y eso no es bueno para mi salud, me gustas demasiado, pero para mí tristeza tu no me correspondes – habla mirando directamente mis labios, lo imito al mirar los suyos, este se los muerde con deseo y hago lo que creí no sería capaz

Jadea de sorpresa al sentir mis labios impactar contra los suyos, dejo la piña colada sobre la mesa y lo beso ubicando mis manos en su cuello, pronto siento las de él rodeando mi angosta cintura y pegándome mas a su cuerpo, me besa con anhelo y ardiente deseo quitándome el aire, le correspondo sintiendo la necesidad de seguir, de dejar atrás a Ian de una vez por todas

Se que un clavo no saca a otro clavo, pero tal vez una aventura me ayude a expandir mi mente y a esconder a Ian en las profundidades solo como un buen recuerdo

-eres hermosa – habla agitadamente una vez que deja de besarme, sonrío entre sus manos mirándolo a los ojos

-fue un buen beso – alago y ríe

- ¿Quién te enseño a besar tan bien? – pregunta y me alejo de su toque, inevitablemente Ian se cola en mis pensamientos

-aprendí desde preescolar ¿sabes? – respondo intentando aligerar el ambiente, reímos y terminamos nuestras piñas coladas

-ven, vamos a bailar que aun tenemos muchas horas por delante – grita caminando a la pista, me tomo unos minutos para mirarlo por completo

Mide aproximadamente lo mismo que Ian, tiene un poco de trasero, su cabello es café oscuro y ondulado, se peina de lado aunque su cabello tiene vida propia al moverse hacia donde quiere, tiene los ojos verdes y unas espesas pestañas oscuras, su nariz es fina y un poco ancha, tiene los labios gruesos y suaves, su cara está cubierta por una barba bien cortada, tiene músculos acorde a su contextura delgada, viste una bermuda negra con sandias rosas y verdes y una camisa blanca que se pega de manera deliciosa a su torso

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