Capítulo 4
Yuri
―La jodí ―dije por el teléfono mientras me rendía sobre el piso del baño.
―Bueno, hola a ti también ―respondió mi hermano adoptivo―. ¿Por qué hay eco?
―Estoy en el baño.
―De verdad no quiero hablar contigo mientras cagas.
―No estoy cagando, Yuuri. Mierda, la jodí a lo grande. ―Mi voz se quebró en las últimas palabras, y no pude ocultar el sollozo que se me escapó. Estaba tan cansado, y todo mi cuerpo parecía doler por las veces que había vomitado. No podía retener nada, ¿por qué no podía retener nada?
―¡Mierda, Yura! ¿Qué sucede? ¿Estás bien? ―preguntó con nerviosismo.
―Estoy embarazado ―susurré, como si decir las palabras en voz baja suavizarían la respuesta.
―¿No te inyectaron? ¿Qué mierda, Yuri? ¡No puedes olvidar una inyección!
―No lo hice. Lo juro, me la colocaron en la fecha que se suponía. ¡No sé qué mierda pasó!
―Espero por Cristo que sepas qué sucedió ―respondió con sequedad.
―Es peor ―gemí, inclinando mi cabeza hacia atrás sobre la toalla debajo de mí―. Mucho peor.
―¿El chico era feo?
―Peor.
―¿Un gigoló?
―Mucho peor.
―Oh, joder, Yura ―susurró después de un momento de completo silencio―. No lo hiciste.
―Estábamos borrachos. Cometí un error.
―Esa excusa dejó de funcionar cuando tenías diecinueve. No funciona cuando tienes casi treinta.
―Lo sé. Soy un idiota. Dios, ¿en qué estaba pensando?
―¿Otabek sabe?
Las luces del baño se apagaron, pero el sol estaba brillando por la pequeña ventana de la ducha y cerré los ojos por la luz. Mierda, incluso mis ojos me dolían.
―Sí, le conté esta mañana.
―¿Qué dijo?
―No mucho.
―¿No mucho?
―Preguntó si estaba seguro que era de él.
―¡Ese hijo de puta! ―gritó, intensificando el dolor en mi cabeza―. ¡Espero que lo hayas hecho mierda!
―No, sólo me fui.
―¿Qué? ¿Por qué? No dejes que sea un idiota contigo, Yuratchka. Has tolerado mucha más mierda de la que deberías con él en los últimos años.
―No, lo sé. Yo sólo... ―Empecé a llorar, sintiéndome lo más lamentable que me he sentido en toda mi vida―. Sólo estoy cansado, Yuuri. Estoy tan jodidamente cansado, y sigo vomitando. Y Keller fue tan malcriado esta mañana, me golpeó, de verdad, y luego Otabek llegó a casa y fue un completo imbécil al respecto. No podía tolerar más, y luego, tuve que irme cuando Kell estaba durmiendo y probablemente se despertó y pensó que seguía enojado con él.
―Vaya, cálmate, cariño ―dijo con dulzura―. Vamos a ir paso a paso. ¿Has estado enfermo?
―Estoy muy enfermo ―dije con voz áspera, mi estómago revolviéndose de nuevo―. Dios, Yuuri. No he podido retener nada por días.
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"No Rompas Mi Corazón" †OtaYuri†
Random¿Qué haces cuando tu alma gemela se casa con tu mejor amiga? Si eres Yuri Plisetsky, conservas a tu amiga Mila, te vinculas con sus hijos, y entierras tus sentimientos por su esposo. El hecho de que Otabek está en el ejército y fuera por largas tem...