Capítulo 5

367 33 10
                                    



Capítulo 5

Otabek.

Me sentía como si estuviera fuera de control.

Mientras estaba acostado allí en mi cama, no pude evitar pensar de vuelta a cuando me había escabullido de los niños, para ver a Yuri hace algunas mañanas. Él había estado durmiendo tan profundamente que ni siquiera había escuchado la puerta abrirse o las sosegadas conversaciones de los niños, y por un momento había sentido un destello de algo entre protección y posesividad precipitándose en mí.

Me había sacudido tan gravemente que había inventado una excusa para utilizar su cuarto de baño y me había encerrado allí durante unos minutos para conseguir mi mierda bajo control. El sentimiento protector podía manejarlo, no era una nueva sensación cuando se trataba de Yuri. Pero la posesividad estaba mal en tantos niveles que me sentí como un desgraciado por siquiera poner un nombre a ello.

No lo deseaba, y él no era mío. No era mío a pesar que actualmente llevaba a mi hijo.

Empujé mis sábanas hasta mis pies con irritación y rodé sobre mi costado, tratando de encontrar una posición cómoda para dormir. Tenía menos de dos semanas antes que tuviera que irme, y aunque estaba ya empezando la transición al modo trabajo y la vida familiar que estaría viviendo durante los próximos seis o siete meses, mi mente constantemente giraba ante la idea de dejar a mis hijos.

Los había dejado antes. Mierda, los había dejado una y otra vez... pero las cosas eran diferentes ahora. No los dejaría con su madre, con la certeza de saber que todo permanecería igual cuando me fuera. Los estaba dejando con Yuri, y le confiaba a él sus vidas, pero no podía conciliar eso con el lugar que él tenía en la mía.

Estaba embarazado. Dios, ¿cómo podía haber sido tan estúpido? Como si follar a Yuri no hubiese sido una decisión épicamente mala, también había tomado por asalto las puertas sin ponerme mi maldita armadura. No que hubiera tenido algún condón conmigo de todos modos.

No había tenido sexo en un año, y no había planeado tener sexo durante mucho tiempo después de eso. Entonces había tomado la estúpida decisión de utilizar a Yuri para terminar mi período de sequía.

Yuri. El mejor amigo de mi esposa, y el sobrino de las únicas personas a las que alguna vez habían llamado mis padres. El peor error que jamás había cometido en toda mi vida.

No podía decidir si estaba enojado por lo que había hecho o tan jodidamente triste por todo que quería llorar.

No quería un hijo con él. Dios, no quería más hijos, punto. Apenas podía mantenerme al día con la mierda como estaba, incluso con Yuri para cuidar de los niños mientras yo trabajaba. ¿Cómo diablos podría añadir otro niño en esa mezcla? Cuando Mila estaba viva, había bromeado con que quería una casa llena de niños. Sabía que era mucho para colocar sobre sus hombros cuando estaba lejos tanto tiempo, pero ella había estado de acuerdo de todo corazón con mi sueño, y nunca se había quejado, ni una vez, sobre la vida que habíamos hecho.

Si no hubiera muerto, tenía la sensación que probablemente ya estaría embarazada, y yo estaría en éxtasis sobre la adición a nuestra prole.

Pero Mila estaba muerta, y Yuri era el que estaba embarazado. No podía encontrarme emocionado acerca de eso.

Y mientras me giraba sobre mi abdomen y cerraba mis ojos con fuerza, finalmente cedí al temor que había estado persistiendo en el fondo de mi mente durante cerca de una semana.

"No Rompas Mi Corazón" †OtaYuri†Donde viven las historias. Descúbrelo ahora