Veintiocho

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Sus manos comenzaron a sudar. Las tenía entrelazadas sobre sus piernas mientras una de estas se movía de forma ansiosa al pasar el tiempo.

Con un gran suspiró, soltó el agarre de sus manos para tomar el filo de su falda y limpiar aquella capa de sudor que llevaba en sus manos gracias a los nervios que, a cada minuto que pasaba, estos incrementaban.

Adrien a su lado era realmente lo opuesto a lo que ella reflejaba; se encontraba con una sonrisa tranquila mientras le hablaba de lo ajetreado del trabajo aquella mañana en el buffet matutino, seguramente intentando que su mente se concentrara en otra cosa que no fuese lo que le provocaba aquel estrago en su mente.

Se encontraban en la sala de espera del consultorio de Rose en el hospital Saint-Louis, completamente solos a excepción del recepcionista quien, parecía completamente aburrido en ese momento.

Ella solo pudo evitar sentir algo de culpa, pues seguramente aquel seria su día libre pero gracias a ella no había sido así.

Aunque la culpa le pesó menos cuando al llegar ambos al lugar se encontraron con la noticia de que había llegado una mujer embarazada con su marido antes que ellos a una consulta inesperada y de emergencia, pues a palabras del recepcionista, aparentemente había llegado con un leve sangrado y un fuerte dolor en el abdomen, por lo cual Rose no la hizo esperar. Añadiendo que ambos habían llegado unos minutos tarde debido a que Adrien no había salido del trabajo a la hora esperada.

Marinette se sintió aliviada de que, al menos por ellos, la mujer habia conseguido encontrar a Rose en el consultorio.

Todo aquello simplemente logró poner sus nervios de punta, preocupándose por la pareja que se encontraba dentro con su amiga.

Además de que, tenía miedo.

Hasta el momento, los pensamientos en su cabeza se habían asegurado simplemente en las buenas noticias y en aquellos sentimientos que experimentaba a compañía de Adrien. Nunca en su cabeza había pasado que, aunque las cosas estuviesen bien nada le aseguraba que aquello no podía llegar a sucederle a ella.

― Wayhem ultimadamente anda algo más insistente de lo usual ¿Sabes? Asegura que mi humor ha mejorado a un nivel que él no recordaba ― soltó en forma de broma, posando su mano sobre las de ella, quien ante el contacto respingo un poco, para después intentar relajar sus hombros.

Adrien sintió una opresión en su pecho al verla actuar de esa forma, y como de cierta manera una idea se le implantaba en la cabeza, o más bien, un temor.

Después de todo, ninguno de los dos habia considerado aquel tipo de posibilidades que ahora se les habia aparecido en forma de una pareja de la cual no sabían absolutamente nada.

Pensó entonces que, la idea que su padre le habia dado semanas atrás sobre el vivir juntos durante aquel periodo era realmente una buena idea, más de lo que en un principio pensó.

En algún punto el ir y venir de sus propios apartamentos para estar juntos dejaría de ser algo razonable.

― Creo que deberías decirle la razón de tu buen humor ― intentó sonreír de forma despreocupada, a lo que Adrien suspiró ― Tarde o temprano la señora Marlena sabrá, y creo que es mejor que su amigo se lo diga a que tu jefa te riña frente a todo tu equipo de trabajo ― una pequeña burla se encontraba implícita en aquel comentario, a lo que Adrien soltó una pequeña risa, aliviado al ver como los nervios de ella comenzaban a desaparecer.

No necesitaron más que una mirada entre ellos para entender que el otro compartía aquel pequeño miedo en su interior.

Pero, Marinette al sentir la mano de él acunar las suyas se recordó que Adrien estaba con ella. Que ambos juntos eran una fuerza imparable en cualquier sentido, y que estaba segura de que podrían con todo.

Plan E [Miraculous Ladybug AU][Finalizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora