Treinta

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Después de una breve llamada por parte de Luka a Marc comentándole lo sucedido, ambos comenzaron a caminar a paso calmado hacia la plaza Saint Pierre que se encontraba al cruzar la calle. Ella, por su parte, le escribió un breve mensaje a Théo explicándole que se retrasaría un poco.

Al avanzar ninguno de los dos se atrevió a decir palabra alguna, sumidos en lo que finalmente podrían decir y en todo lo que terminarían por escuchar.

No demoraron más que unos cuantos minutos en llegar a la plaza tan popular, vislumbrando frente a sus ojos como el carrusel que era una de las atracciones principales del lugar tanto para los que vivían en la ciudad como para los turistas, se encontraba completamente lleno por infantes que tiraban de las manos de sus padres, rogándoles el poder subir.

Quizás se quedó más de lo planeado observando con una amplia sonrisa hacia donde se encontraba el carrusel, deteniendo su caminar.

Había visitado muchas veces ese lugar en el pasado; con su abuela, con sus padres, con sus amigos. Incluso recordó haber paseado por aquel extenso parque en más de una ocasión con quien ahora le acompañaba. Pero a pesar de todo eso, a ojos de Marinette era como visitar un lugar completamente nuevo.

Ahora tenía otro significado para ella.

― Ya sabes. La primera vez subiendo a nuestro bebé al carrusel ― era lo que Adrien le habia dicho en aquella ocasión mientras buscaba su mirada con sus ojos, con una chispa de alegría reluciendo en todo su esplendor.

No pudo evitar llevar su mano hasta su vientre que comenzaba a abultarse un poco, ciñéndose levemente al pantalón.

Aquel lugar era nuevo para ella porque en ese momento, quizás sin que ella misma se hubiese dado cuenta, había comenzado a escribir un nuevo capítulo de su vida.

Uno donde Adrien se encontraba a su lado sin esperar nada a cambio.

Y quizás, en aquel momento con sus comentarios absurdos sobre su bebé vomitándolo, quizás se había dado cuenta de que en definitiva sentía algo más por él.

― ¿Marinette? ― la voz confundida de Luka le hizo levantar su mirada hacia él, quien se encontraba unos pasos frente a ella.

Algo que, si lo veía en retrospectiva, siempre había sido así.

― No es nada ― respondió con seguridad, reanudando su camino para poder pasar de largo de él, ahora dejándolo tras su espalda mientras seguía caminando hacia el frente.

No miraba atrás insegura.

Como si de un golpe de suerte se tratara, una banca frente al carrusel fue desocupada por un par de amigos que se estaban tomando selfies, probablemente turistas, y no tardaron en tomar asiento en el lugar.

Marinette observó de reojo la banca que se encontraba a unos metros de ellos, esta se encontraba ocupada por una pareja de la tercera edad que mantenían sus manos entrelazadas.

A sus ojos lucían completamente diferentes el uno del otro, pero al escuchar reír a la mujer con intensidad por algun comentario hecho por su contrario, no pudo más que sonreír al saber que quizás esas diferencias eran lo que los mantenían unidos.

― ¿Te puedo preguntar algo antes de que comiences a hablar? ― susurró con una media sonrisa, dirigiéndose a su acompañante quien al instante asintió ― ¿Alguna vez nos imaginaste así? ― cuestionó, volviendo su mirada hacia la pareja de abuelos a su costado.

Luka guardo silencio, sin saber que responder realmente ante aquella pregunta. No quería que sus palabras fuesen una clase de veneno que terminara por dañarla más. Ya había hecho lo suficiente en ese ámbito.

Plan E [Miraculous Ladybug AU][Finalizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora