Dick Grayson

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+18 ( ͡° ͜ʖ ͡°) 

Pa que les aviso si lo van a leer igual. 


— Así que... policía. Nunca me lo hubiera imaginado.

Dick Grayson sonrió. Tampoco él.

Después de cuatro largos años. Volver a ver a la chica de la que siempre estuvo enamorado era... un gran golpe. Directo al estomago. Ella siguió adelante con su vida, o eso esperaba. Dio un sorbo a su café. Viendo directamente a esos grandes orbes azules frente a él. Apenas en pijama, se sintió culpable por molestarla tan temprano por la mañana.

— ¿Qué hay de ti? —preguntó. Ella bajó su café y lo miró.

—Dejé el traje... si lo que realmente quieres preguntar.

El traje... si. Algo que él no había podido dejar atrás. No aun.

—Quise comenzar de nuevo—continuó—Gotham... no me hubiera dejado seguir, tuve que irme. Así como tú lo hiciste.

—Necesitaba... necesitaba verte—admitió—saber que habías hecho con tu vida. No volví a oír de ti.

—Tampoco yo de ti. ¿Qué hay? ¿Esposa, hijos, un perro?

El soltó un bufido nada educado. Ella rió.

—Nada de eso... al menos no todavía. ¿Esposo, hijos... un perro?

Esperaba con ansías que la respuesta fuera una total negativa. Por más egoísta que sonara.

—Nada de eso—afirmó igual—Aun.

Dick dio una mirada bastante significativa. Todo mundo sabía su historia. Ambos se gustaban, pero ninguno dio indicios de querer algo más concreto.

Dick iba y venía por la vida, al igual que la muchacha. La joven prodigio, Eve Foster. Por quien él solía desvelarse. Luchaban codo a codo en las calles de Gotham. A quien veía en su futuro, en su vida, su corazón.

Su suave risa lo sacó de su ensoñación.

—Un dólar por tus pensamientos.

—Lo siento... yo... estaba recordando. Lo malcriada que solías ser.

— ¡Oh, por favor! Dick Grayson, que desvergonzado eres.

Aquella pequeña broma logró aligerar el ambiente y la notable tensión que los rodeaba.

—Aun... vivo en el departamento—Soltó Dick.

Su risa cesó.

Aquel departamento donde ellos compartían todo. Curaron sus heridas juntos, comían, dormían... se amaban.

Eve carraspeó.

— ¿Lo mantienes intacto?

—He visto un poco de tu ropa interior por ahí tirada—Eve rió—no es que me esté quejando.

—Dick... han pasado cuatro años.... Intenté llamar, pero...

—Pero yo fui un imbécil y, no quería afrontar los hechos. No quería...

Eve tomó su mano por encima de la mesa, frotando con su pulgar. Sintiendo la calidez de haber tomado la humeante taza de café recién hecho. Él suspiró. Aun la imaginaba, al bajar la escalera la veía a ella de espaldas, sus largas piernas ligeramente bronceadas, usando nada más que su camiseta, preparando su delicioso café. Pasando la tarde juntos... comiendo, riendo... haciendo el amor...

Dick veía su cabello oscuro, tan oscuro y largo como la misma noche. Tendido sobre las blancas sabanas, ella reía mientras él se cernía sobre su pequeño cuerpo. Repartiendo besos, haciendo cosquillas sobre su abdomen y pecho. Sus bellos ojos mirándolo fijamente, sus cálidos brazos y muslos rodeándolo, sintiendo su amor. La mirada de éxtasis que ella le regalaba. Al hacerla suya. En cuerpo y alma, le pertenecía. Ambos se pertenecían. Con ella en sus brazos, él se sentía como en casa...

One Shots ||MultifandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora