C2: Primeros pasos

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Eweleïn sentía que estaba perdiendo la cabeza y más ahora que debía estar atenta ante las necesidades de un bebé que no pasaba de los 5 meses. Lamento el momento que su mirada se posó en el rostro de la pequeña que se dio vuelta al sentir que la observaban. La elfa quedó cautivada por los ojos violetas de la pequeña y el mismo sentimiento que recorrió por todo el cuerpo a Miiko, le pasó a ella. No fue capaz de entrar en razón a la mujer de cuatro colas con respecto a mantener a la pequeña en secreto hasta que supieran que raza era la niña. En cuanto al nombre, ambas mujeres lo dijeron al mismo tiempo: Erika. Por muy extraño que parezca, fue así. Con respecto a ese acontecimiento, ya había pasado unos tres días. Erika era tranquila, rara vez se quejaba y nunca mostró signos de llorar. Su fascinante miraba observaba con atención todo lo que la rodeaba y más aún cuando estaba en la enfermería al cuidado de Eweleïn.

_ Eweleïn, toma. –la serena voz de Roeze la hizo regresar al presente. El chico al ver a su jefa sumergida en sus pensamientos, supo al instante que estaba atravesando un momento delicado en su vida, por lo que, dispuesto ayudar a la mujer que más de una ocasión lo regañaba cuando cometía un error al manipular algunos instrumentos y no dudaba en tomarse su tiempo para explicarle el correcto manejo, le preparó una infusión vigorizante. – Estás pensativa, ¿tendrá algo que ver con la pequeña que duerme como un angelito en la camilla del fondo?

La mujer tensó los hombros al escuchar la pregunta e inmediatamente trató de desviar el tema.

_ Es solo... últimamente no estoy durmiendo bien. – Roeze cruzó los brazos y la quedó mirando con incredulidad – veo que no me crees – levantó la mirada y vio la negativa que hizo con la cabeza – eres más inteligente de lo que creí. Aunque no debería sorprenderme de un miembro de la Guardia Sombra, Nevra estaría más que contento con saber que sus reclutas no se les escapa nada... A lo que voy, sí. La pequeña es la hija adoptiva de Miiko, me pidió el favor que observará a la niña. Teme que sea humana y que el Maana estuviera dañándole. Pero a pesar de todos los análisis que le he realizado, no encuentro nada anormal. Sé que debería estar contenta, pero Erika tiene la contextura de un humano... -bebió un poco de la infusión que le sirvieron, llenándose de toda la energía que creía perdida- pensaba que podría quitar mis dudas si le realizo un test de maana, pero eso significa...

_ Tener que hablar con el Jefe de la Guardia Absenta y poner en evidencia el error que cometió Miiko al no avisar de la presencia de la pequeña, ¿me equivoco? – termino de decir Roeze, robándose las palabras de la boca a Eweleïn.

_ Exacto

La conversación se vio interrumpida con los balbuceos de Erika. "Es hora de comer", pensó Eweleïn. Levantándose para dirigirse a la pequeña que levantó los brazos deseosa de que la tomaran y esconder el rostro en el cuello de la mujer. Sonrió enternecida al contacto con la pequeña y dirigió una mirada a Roeze que observaba a la criatura con fascinación.

_ Puedo ir yo a la cocina, imagino que Karuto está al tanto... -se ofrece, dirigiéndose a la puerta- le pediré que te mande unos aperitivos, ya vuelvo.

Si alguna vez le dieran la posibilidad de crear un equipo especializado para tener en la enfermería, Roeze era el primero en formar parte, junto a Mathyz y Violina. Esos muchachos son un equipo excepcional en momentos de tensión. Por lo general, los que formaban el grupo de enfermeros en la Guardia de Eel, son miembros de la Guardia Absenta, aunque había excepciones, como el caso de Roeze. Pero eran excepciones aisladas.

Erika se encuentra en el paraíso, al estar en los brazos de Eweleïn, la tranquilidad que emana la enfermera y la posibilidad de observar desde otra perspectiva la habitación que pasaba gran parte de su día. Hay que decirlo, Erika es amada por dos mujeres especiales y con una determinación de oro, pero ella esperaba a alguien más, lo ha estado llamando, pidiendo a gritos su presencia. Un ser igual a ella, con un corazón de cristal pese que el de él se estaba cayendo a pedazos. Envuelto en vendas, sosteniendo los pedazos que otros hicieron en el joven. Llamaba a un antiguo Aengel. A un Daemon, que fue creado por las decisiones de los demás y que repercutió en que sus alas se volvieran negras. Su alma se llenó de ira, tristeza y una sed de venganza.

Llamaba a su alma gemela.

Llamaba a Leiftan.

[...Continuará...]

Anotaciones de la Autora: Antes de que me quieran crucificar porque estoy haciendo que Erika sea alma gemela de Leiftan, a pesar que dije que la historia no tiene ruta definida. ¡Se equivocan! Erika se sentirá segura con nuestro Lorialet – que todos sabemos que es un Daemon- porque así lo manifiesta el juego, pero recuerden, el hecho que se complementen no quiere decir que terminen juntos. El capítulo es corto, lo sé. Pero lo que se narrará después luego de esto, será más largo. ¡No se depriman, que está semana estoy inspirada! Y estamos todavía entre martes y miércoles. ¡No se olviden de votar y comentar, nos estaremos leyendo pronto!

Eterna princesa [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora