"El miedo a la muerte es un miedo a la nada" (J. Barnes)
Leiftan se despierta alterado. Siempre el mismo sueño, siempre el mismo sentimiento. Todavía se sorprendía que estuviera cuerdo, luego de casi una semana de eternas pesadillas, dolores espontáneos en el pecho y esa necesidad imperiosa de encontrar a alguien. Cualquiera se cuestionaba su salud Era... No, es sorprendente, que su juicio no se viera afectado por la falta de sueño y las dosis que se administraba de una poción vigorizante.
_ Buenos días, bella durmiente – el chico levantó la mirada donde se produjo el sonido de esa voz tan conocida. Al fin al cabo, eran socios. Arrugó las cejas al caer en cuenta que era medio día y el estúpido, muy tranquilo en su habitación, se encontraba sin su máscara, mostrando una amplia sonrisa de burla – pensaba que debía besarte para que te despertarás. Pero viendo mejor tus ojeras y la cara de asesino que me llevas, esperabas encontrarte con tu princesa de brillante armadura. Lástima, que te encontraste con el villano del cuento.
Sus miradas se encontraron y no se apartaron. Era una lucha. Quién dejará de hacer contacto visual, sería el humillado perdedor.
Y por primera vez fue Leiftan quien cerró los ojos. No estaba en su mejor momento, menos de gritar y regañar al hombre que estaba sentado en su sillón leyendo uno de los tantos libros que tiene en su habitación.
_ Se supone que te infiltrarías al anochecer, después de la última guardia. No a mediodía. – volvió abrir sus ojos, lanzando una mirada de incredulidad. – Eres descuido, podrían atraparte y comenzar a decir adiós al plan. Pero que se le puede pedir a los dragones, son impulsivos por naturaleza. Sin embargo, admiro tu capacidad de retención que tienes, Lance.
_ Da lo mismo a que hora les diera problemas, son unos inútiles. Me sorprende que Nevra con lo competitivo que es, no los mandara al infierno a perfeccionar sus habilidades de vigilancia. ¿Qué se le puede pedir a un mujeriego? – Lance se acomoda mejor en el sillón y estira sus piernas para hacer crujir sus ligamentos. Esa armadura pesaba, pero valía la pena vestirla. – y cambia esa cara, nadie me ha visto o sentido entrar al cuartel y a tu habitación. Por cierto... -se dobla para recoger un saco y lanzarlo a Leiftan – ya asalte la herrería y la sala de alquimia. Me falta la alacena, pero eso lo haré cuando los niños se vayan a dormir -continúa explicando.
Leiftan abre el saco, encontrando en el interior algunas armas, piedras necesarias para unas pociones y ni hablar de una lágrima de dragón. La única que había en el cuartel general. "Miiko lanzará fuego a cualquiera que se le acerque una vez que se entera que no está", pensó. Otra punzada, esta vez en la cabeza lo hace soltar la bolsa y apretarse con fuerza las sienes, ahogando un grito de dolor.
Otra imagen. Una visión. La enfermería del cuartel. Un bebé y... esos ojos violetas.
"Estoy aquí. Ven a mi encuentro".
Luego nada, el dolor se fue. Golpes en su puerta, Lance se pone la máscara y vuelve a ser Ashkore. La voz de Chrome se filtra por debajo de la puerta, le pregunta si está bien, que escucho sus gritos y está preocupado. Pide permiso para entrar, Leiftan lo detiene. Se levanta con una fuerza que minutos antes no poseía, camina en dirección a la salida. Ve con el rabillo del ojo a Ashkore esconderse detrás de la puerta, en el momento que abre Chrome se asusta y cae en su trasero al ver a Leiftan como si de un cadáver se tratará. La falta de sueño y los constantes dolores tanto en su corazón como en su cabeza le han pasado factura, cualquiera que viera al miembro de la Guardia Brillante pensaría que se estaba muriendo. Sin esperar las palabras del licántropo adolescente, cerró la puerta y corrió en dirección a la enfermería. Esa necesidad de llegar a su destino le estaba dando la fuerza para no derrumbarse, paso por al lado de los tres jefes de las guardias, quienes miraron a Leiftan con los ojos abiertos. "Se supone que debería estar descansando, a Eweleïn no le gustará." comento el elfo de cabello azul siguiéndolo antes de que los otros dos pudieran hablar también. Valkyon y Nevra se miraron un segundo y sin decir nada, corriendo también.
Llego a la puerta de la enfermería, no lo pensó solo actuó. Abrió con fuerza la puerta, asustando a Eweleïn, quien sostenía a Erika, queriendo protegerla la abrazo con más fuerza, pegándola a su cuerpo y giro la cabeza en dirección al intruso. Leiftan. Su respiración esta agitada, apenas puede mantenerse de pie y el desconcierto en su mirada, preocupa a la mujer, aflojo su agarre lo suficiente para que la pequeña levantará la mirada a la persona que le era familiar.
Sus miradas se encontraron y un círculo de magia se creó alrededor de ellos, atrapando a Eweleïn también. Asustada giro su cuerpo en dirección a Leiftan, que se acercaba con paso tembloroso al bebé. Erika nunca dejo de mirar al hombre, extendió sus brazos en su dirección y Leiftan lo hizo igual. "Están en un trance", pensó Eweleïn asombrada de lo que estaba viendo.
Observo como la mano del chico tocaba la mejilla de la pequeña y que lágrimas comenzaron a caer por su rostro.
_ Al fin te encontré... Erika – declaro Leiftan antes de perder el conocimiento y derrumbarse. Se rompió en ese instante el circulo de magia que los rodeaba, Eweleïn todavía no reacciona por lo que está viviendo, pero gracias que Nevra entro corriendo a la habitación y atrapo al Lorialet a escasos centímetros del suelo, no había podido protegerlo de un fuerte golpe en la cabeza.
Hoy iba ser un día de sorpresas. ¡Y vaya que sorpresas!
[...Continuará...]
Anotaciones de la Autora: Y con esta hermosa escena de la unión de estás dos almas gemelas, doy oficialmente el inicio a las aventuras de la pequeña Erika y la desgracia – más para Ezarel- de los niñeros. Corto, lo sé. ¡Pero intenso! ¿Qué consecuencias tendrá el círculo a estas dos almas? ¿Acaso es una manera de que Leiftan jura protegerla? Ni yo lo sé, porque no lo he escrito, así que toca esperar unos días para saberlo. No se acostumbren a tener casi dos capítulos por semana, que por ahora no estoy sobrecargada académicamente. Como dice el dicho: "al mal tiempo, buena cara". Disfruten de esta droga sana, llamada lectura. ¡No se olviden de votar y comentar, nos estaremos leyendo pronto!
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Eterna princesa [Eldarya]
Fanfiction"Ten cuidado, no dejes que tus alas se vuelvan negras". Nadie se explica como un bebé aparece en la sala del cristal, pero lo que sí tienen claro es que la pequeña con enigmáticos ojos violetas, es la fuente de vida para la Guardia de Eel. "Esa moc...