Eterna princesa [Eldarya]

C12: Misión Sombra en el laboratorio Absenta

Cuando se habla del jefe de la Guardia Absenta, las opiniones pueden ser variadas desde tirano a imbécil de turno por parte de Galia, quién tuvo la mala suerte de finalmente terminar en su guardia. "¡De las tres niñeras, me tuvo que tocar el elfo estúpido!", grito cuando el pobre de Keroshane le dio el resultado del test de las guardias. Era un secreto a voces que Ezarel y Galia no se soportaban, bueno, Nevra tampoco la soportaba, el único que era indiferente era Valkyon, quien mantenía una relación amena con la faelienne y podían estar más de 15 minutos hablando sin llegar a tensar el ambiente. Sí, hablar, Valkyon no era mudo.

Erika estaba presente escondiéndose del susodicho elfo, y no podía estar más que de acuerdo con la chica pelirroja. A pesar de que ella era la que disfrutaba de las bromas de él hacía a los demás; cuando se trata de ser el chivo expiatorio, el cuento era otro.

Asher, el familiar de Galia, una cría de verdheleon que se encariño con Erika se bajó del hombro de su dueña para dar a conocer la presencia de la pequeña, dejando en silencio la biblioteca unos minutos antes de que Keroshane siguiera al familiar y se encontrara con los ojos morados de Erika quien lo miraba suplicante de que no dijera nada.

_ Alguien está siguiendo los malos pasos de Karenn – menciono divertida una ya tranquila Galia, quien tomo en brazo a Asher y Kero tomara a Erika para evitar un posible escape. – Es malo espiar las conversaciones ajenas, Erika –finalizo la chica.

_ No es mi culpa que ustedes entraran después que yo lo hiciera – desvió la mirada indignada, poniendo sus brazos en jarras.

"Adorable", pensaron Kero y Galia al mismo tiempo.

_ ¿De quién te ocultabas? –termino por cortar el silencio Kero, luego de unos minutos.

Erika miro a Kero y con un puchero en su rostro dijo con pesar "Ezarel" eso basto para que Galia se pusiera en guardia, porque si ellos la encontraron, eso significaba que el elfo aparecería en cualquier momento y lo último que quería la chica era tener su presencia en la misma habitación. Lástima que la vida no era justa.

Las puertas de la biblioteca se abrieron de golpe mostrando a un Ezarel empapado con la respiración acelerada y una mirada que podía congelar el mismo infierno. Erika tembló de miedo, ocultado lo que más podía en los brazos de Kero, ella sabía porque el elfo estaba enojado y con justas razones.

Si la pequeña supiera maldecir, lo estaría haciendo en ese mismo momento. "Un día de estos me lo pagarás, Lance", pensó Erika ya lista para recibir un regaño del tamaño de un Bériflore... creo que un poquito más.

_ ¡Tú! – Vocifero Ezarel al ver a Erika - ¡Estás en graves problemas, jovencita!

¿Qué había hecho para tener tal reacción? Eso se remonta a unas horas antes, cuando Ezarel transitaba con una caja por la sala de las puertas para dirigirse al laboratorio, Erika lo llevaba siguiendo toda la mañana luego de escuchar una conversación en el desayuno por el trio de Jefes de Guardia.

_ No puedo creer que lo hayas hecho – Dijo un incrédulo Nevra que miraba con duda dentro de la caja – te has vuelto loco, cuando se enteré, despídete de tus turnos.

_ Entonces es mi día de suerte – dijo Ezarel mientras giñaba un ojo a Erika, quien lo miraba sin entender ni la mitad de la conversación.

"Puedo apostar mi postre de la cena que es otra de sus bromas" pensó Erika. Se bajó del asiento y fue donde Valkyon para que la tomara en brazos y de paso dormir, había sido levantada unos minutos antes de su hora habitual y su mal humor era notado por todos.

Lamentablemente sus minutos de sueño recuperativos no fueron posibles cuando nuevamente unos brazos rodearon su cuerpo y la alejaron del calor corporal que emanaba Valkyon. Erika pego un quejido por la abrupta separación. Eweleïn sonrió divertida.