Ojo de la tormenta

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-Sabes que sos uno de mis mejores amigos, mi cuñado y te quiero muchísimo, pero ¿cuanto tiempo más planeas quedarte en mi casa?

Gabo miro a Ezequiel, quien estaba sentado en su cama observándolo jugar con una pelota de tenis, acostado en el piso de la habitación.

-El tiempo suficiente para que a Lorenzo se le pase el enojo por haber perdido ante los Átomos.

-Ah, ok...¿tu papá sabe que te viniste a vivir conmigo?

-Claro-el castaño rodó los ojos-Esta trabajando en los papeles de adopción.

-Gabriel Correa...nah, no suena-el capitan de las Águilas se rió de su amigo-Pero en serio, ¿tan enojado estaba Lorenzo que decidiste que la mejor opción era huir de tu casa?

-No me dijo nada, pero después de que lo convencí de no lesionar a Julián me dijo que si perdíamos iba a ser mi culpa y me iba a arrepentir y bla, bla, bla. No le tengo miedo, pero no quiero pelear en casa, estoy cansado de las peleas.

-Te entiendo, vivir en un campo de batalla no debe ser lindo.

-No, es agotador la verdad.

-Igual no puedo creer que Lorenzo haya planeado algo así. Quiero decir, sé que es competitivo y todo pero llegar al extremo de querer lesionar a un compañero, rival o no...increíble.

-Ni me digas. Por lo menos Julián no se lo tomó tan mal, sinceramente si yo me enteraba que alguien estaba planeado lesionarme, no sé, creo que lo mataría con mis propias manos.

-Siempre tan temperamental, pichón.

-¿No hubieras hecho lo mismo?

-Mierda, sí.

-Chicos-la madre de Ezequiel asomó la cabeza por la puerta de la habitación de su hijo-La comida está lista.

-Ya bajamos ma, gracias.

-Y muchas gracias por dejarme quedar un par de días señ...Karen-se corrigió apresuradamente.

-No hay problema, querido. Sabes que en esta casa siempre sos bienvenido-la mujer irradiaba un aura maternal que lo hacía sentir en casa, aunque nostálgico de su propia madre y abuela.
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Mientras tanto en la casa Guevara/Velázquez las cosas estaban como de costumbre. Diego y Francisco enfrascados en su mundo, entre los Halcones, el iad y sus propios dramas de pareja, que en ese momento se trataban de a quien invitaría a la boda (Francisco insistía en que Diego debía invitar a toda su familia, y a su vez Diego prefería que sea algo pequeño y tranquilo, posiblemente solo sus hijos).

Decidiendo que no valía la pena continuar discutiendo un tema en que no se pondrían de acuerdo en algún momento pronto prefirieron moverse a un tema más neutro, como los Halcones y sus próximos partidos.

-Hablando de eso, ¿cuando volverá Gabo?-pregunto el mexicano-Esta en lo de Ezequiel hace tres días, ¿cierto?

-Si, me dijo que iba a pasar toda la semana allá-dijo distraído observando las jugadas nuevas. Después de la derrota contra los átomos tendría que cambiarlo todo.

-¿Y estás tranquilo con eso?

-Claro, conozco a Ezequiel y a su familia desde hace años-el hombre suspiro-Tambien conozco a mi hijo y si se siente abrumado prefiere irse para despejar la cabeza. Se siente culpable por haber perdido el partido contra los Átomos.

-Eso no tiene sentido-protesto Diego-El equipo entero no rindió ni el 50% de su capacidad. Sin mencionar que ellos sabían cada jugada preparada que teníamos.

-Lo sé-sus miradas se encontraron-¿Vos pensás que alguien nos está espiando?

Él no es mi hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora