Villanos y verdades a medias

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⚠️⚠️⚠️⚠️ IMPORTANTE ⚠️⚠️⚠️⚠️

⚠️⚠️⚠️LEER, POR FAVOR ⚠️⚠️⚠️

➡️Primero les quiero comentar que entre oficialmente en época de exámenes así que no voy a poder actualizar un nuevo capítulo hasta mayo. Mis disculpas, pero necesito la cabeza al 100% en la universidad.

➡️Segundo les quiero preguntar si quieren que haga una historia (solo dos o tres capítulos) sobre la historia de Francisco y Diana.

AHORA SI, DISFRUTEN DEL PRÓXIMO CAPÍTULO. ESPERO QUE LES GUSTE.

Lorenzo estaba ofuscado. Daba vueltas sin poder conciliar el sueño. Aún tenía muchas cosas en su cabeza, y por cosas quería decir el partido contra los rayos. Esta bien, ellos ganaron, sí, pero no fue por su participación. Por el contrario, él había sido el que había fallado dos tiros importantes y todo por no poder sacar de su cabeza a Gabo.

¿Cómo había llegado a este punto? El partido había sido hace dos días y aún no podía mirar al castaño a la cara, por el contrario, lo evitaba a más no poder. Notaba como los ojos del chico lo seguían cuando lo evitaba abiertamente en los pasillos, pero no le decía nada, ya sea porque quería darle su espacio o esa era su accionar normal y solo se daba cuenta ahora.

Para aportar más tensión la situación los sueños habían empeorado ahora que podía ponerle rostro a su misterioso amante. Y cuando su cuerpo llegaba a su límite, teniendo que satisfacer sus instintos más básicos, ahora solo podía pensar en Gabo. Sus ojos, su cuerpo, sus sonrisas, sus manos...como desearía no haberse dado cuenta de su tonto enamoramiento. Es que esto jamás le había pasado a él. Nunca había caído tan rápidamente por alguien y sin darse cuenta, demonios, ¡hasta hace un par de meses no podían estar en la misma habitación sin pelear! (Se negó a pensar que se sintió así desde el primer momento en que lo vio, parado en el medio de su habitación a medio pintar, con su risa invadiendo todo el lugar, y su enemistad fue solo un mecanismo de defensa al saber que no podrían estar juntos).

Se sentía acorralado, no sabía si podría olvidarlo viviendo en la misma casa, viéndose todos los días, y no podía actuar ante sus sentimientos porque temia que sus padres tendrían un ataque y no les permitirían vivir en la misma casa. Tampoco quería que su padre se peleara con Francisco por su culpa, así que mejor dejar al margen sus sentimientos.

Se levantó sintiéndose terrible, no había podido pegar un ojo en toda la noche. Solo había dormido tres horas y la tensión que sentía en sus músculos era terriblemente doloroso. Le había hecho caso al castaño con lo de no hacer ejercicio a menos que sea monitoreado, ya que la lesión de Leo lo había hecho entrar en razón, pero como tenía la necesidad de estar mejor preparado físicamente había hecho un plan de entrenamiento diario en el gimnasio con Vitto.

Lo único que quería en ese momento era darse una ducha de agua tibia para aliviar toda la tensión acumulada en los últimos días. Se levantó gruñendo, tomo sus cosas y se dirigió al baño. Estaba acostumbrado a que su padre y Francisco utilizaban el baño de abajo y Zoe no se levantaba hasta que Francisco la llamaba (una hora antes de irse al iad) por esa razón no toco la puerta cuando entro. Lo que menos se esperaba era encontrarse con Gabo parado en el medio de la habitación, con solo una toalla atada flojamente a su cadera, y una más pequeña en su cuello absorbiendo las gotas que caía de sus mojados mechones castaños.

Se quedaron mirándose sorprendidos, el castaño esperando a que Lorenzo se de la vuelta y se vaya o diga algo, y Lorenzo siguiendo el recorrido de una gota solitaria que se había escapado de la toalla que envolvía sus hombros. Observo el recorrido que dicha gota hizo por la blanquesina piel de su pecho y el lento descenso por su abdomen terso y marcado, hasta perderse en la toalla en su cadera.

Él no es mi hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora