WTTF | ❝Ven a volar conmigo hasta una fantasía, donde tú puedas ser lo que sea que quieras ser. Ven conmigo, caminaremos a través del fuego❞
Donde dos futuros jefes se encuentran de una manera inesperada y se dan cuenta que tienen demasiado en común...
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╭══❅•°•CAPÍTULO XII•°•❅══╮ REGRESO A FAIR EN LÁGRIMAS.
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ADVERTENCIAS: este capítulo puede contener un poco de violencia y angst. Por favor no odien a Idunn, es humana y comete errores.
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❝Los hombres sabios dicen que solo los insensatos se apresuran, pero yo no puedo evitar enamorarme de ti❞
Cuando la primera luz del día apareció no se pudo apreciar como las otras veces, ya que el cielo estaba completamente oculto con nubes de lluvia, el día estaba gris como los que entraban a la casa de los Abadejo. Hipo se encontraba de pie en el marco de la puerta de su habitación mirando a la pelirroja que yacía en su cama inmóvil, le tranquilizaba el hecho de que veía su pecho moverse al respirar pero nada más que eso.
Idunn llevaba dormida doce horas sin moverse en ningún momento y nadie le aseguró de que despertaría alguna vez, podría estar en un sueño profundo por días e incluso semanas u años. Esto debido al veneno que llegó en lo más profundo de su cuerpo y aunque Gothi, con sus cosas raras, pudo sacarle un montón, el tiempo que pasó alojado en su sistema fue lo suficiente para afectarla. Astrid se había vuelto a disculpar durante la noche y resto de la mañana, creía que era su culpa aunque Hipo le hubiera dicho que no lo era, que ninguna sabía que esto iba a ocurrir.
Se acercó lentamente a su cama ocupado por la pelirroja, no había dormido en toda la noche por más insistencia que tuvo de su padre y Astrid de ir a descansar, él no quería dejarla sola. Y sólo fue hace poco cuando Hofferson logró convercerlo de ir a comer cuando se alejó de Idunn. Se sentó en la silla a lado de la cama del lado derecho y agarró su mano, Idunn había dejado de usar su guante un tiempo hasta que Astrid le dio un par que le pertenecían a ella y eran los que ahora tenía puesto.
Sus dedos estaban al descubierto por lo que acarició las pequeñas marcas de las quemaduras en ellos, recordando todas las veces que lo tocó mientras ella estaba sonriendo. Lo acercó a su boca para dejarle un beso mientras la veía dormida en completa paz, no parecía haber estado al borde de la muerte o que posiblemente no vuelva a abrir sus lindos ojos. Suspiró sin soltar su mano, cada vez que ella caía él estaba ahí para ayudar a levantarla, a arrullarla entre sus brazos o dejar que lloré en su hombro, pero ayer no estuvo para protegerla de los cazadores.