Capitulo 9: Plantar

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Plantar: No acudir a una cita con cierta persona.

Alex’s P.O.V.

Caminé con manos en los bolsillos hasta la casa de Tonie; bastante grande y bonita, podía ver luces y adolescentes fuera de ella, todos con los típicos vasos de plásticos con alcohol dentro, algunos fumaban o ambas.

Vale. Solo estoy aquí porque Eva lo estará y así podré pasar un rato con ella, pues su padre no nos permite estar mucho tiempo cerca. Hubo solo una vez en la que ella y yo pasamos intimidad, fue hace un tiempo atrás, no recuerdo exactamente cuanto. Pero fue en su casa, no estaban sus padres presentes y en su cama, ocurrió. Espero solo haberlo hecho bien, pues usamos protección y todo, mi única desventaja era mi inexperiencia.

Entré pasando junto a unos tíos del instituto. Nadie me dijo nada, con suerte me habrían visto los hijos de puta. Es una de las ventajas de ser casi inexistente para algunos. Casi nadie sabe que yo respiro sobre esta tierra. Pero a veces, eso es mejor para mí. Sí supieran, lo más probable sería que me juzgarían incluso antes de conocerme.

Me abrí paso entre todos; estaban algunos bailando al ritmo de la música, otros reían, muchos gritaban, otros comían y jugaban, veía varios bebiendo. Era una fiesta de las grandes. Las típicas fiestas de mierda. Todos estaban borrachos, muchos fumando, otros con hierba. Y varios ya tirados en el suelo, ¡solo falta que tengan una orgía!

Miré la hora en mi reloj. Todavía no veía a Eva.

Comencé a caminar entre la gente y recorrer la casa. Puede que se encuentre en algún otro lugar de la casa. Era muy bonito el lugar. Lastima que varios ya estén rompiendo cosas como platos y jarrones. Creo que Tonie tendrá problemas.

Recorrí toda la casa, me senté en un sofá a esperar si es que veía a Eva. No está por ningún lado.

Pasaron los minutos, miré nuevamente mi reloj, exactamente 40 minutos y yo aún sentado en el sofá.

Que triste, que perdedor me sentía.

-Alex- escuché mi nombre y giré la cabeza. Era Luzu que se me acercaba.

-Luzu, tío ¿cómo estás?

-Pues algo aburrido la verdad- respondí sinceramente.

-¿Y con quien viniste?- Que triste será la respuesta. Suspiré.

-Me encontraría con Eva, pero ella me ha dejado plantado.

-Uh. Joder, eso es feo- dijo con algo de risa.

-No te rías, tío. Comienzo a creer que no le importo una mierda.

-No creas eso, de que no le importaras una mierda, te habría dejado- se sentó a mi lado, tenía un vaso en una mano.

-Ya está cerca de eso- suspiré -Y tú, ¿qué haces por aquí?

-Vengo a ver qué tal la fiesta- respondió bebiendo de su vaso.

-¿Me crees tonto? Sé a quien has venido a ver- reí. Ya me había contado sobre su enamoramiento.

-Sí…- rió dejando su vaso en la mesita -Pero no está interesada en mí.

-Es complicado, estamos hablando de Lana, una de las tías más lindas y populares.

Así es, mi amigo se enamoró de Lanita, la tía más buena y popular del instituto. ¿Suerte? Lo dudo.

Hablamos un poco más del tema y de diferentes cosas, hasta que me convencí que Eva me había plantado. Vale, gran noche.

-Mira- le dije a Luzu apuntando a un lado, era Lanita.

-Hala, tío… Si mírala, es tan perfecta.

-Ve, háblale- insistí, quiero apoyar a mi amigo.

-¿Qué le digo?

-Habla con ella y ya, tío. Es solo una tía más.

-No. No es una tía más- me dijo algo más serio -Hablaré con ella.

Se levantó y se dirigió donde ella. Sonreí al verlo tan seguro de sí mismo. Quizás podría aprender un poco de él. Miré a un lado y vi como rompía alguien un jarrón. Joder.

Me levanté saqué uno de los vasos con alcohol que estaban en la mesa. Necesitaba uno, me estaba desesperando el pensar que Eva me había plantado.

Ostia, ¿por qué todos me evitan? Aún no entiendo qué le he hecho a la gente para que me trate así.

-¡Policía!

Se escuchó a alguien gritar y… ¿Qué mierda? Todos comenzaron a alterarse y a correr en diferentes direcciones mientras se empujaban entre si.

¿Por dónde?

Me giré a todos lados, vi la ventana abierta. Corrí de inmediato a ella y salí. Puse pies en tierra y eché a correr como todos, ¿dónde está Luzu? No lograba divisarlo. Solo espero que esté bien.

La policía estaba afuera, me acerqué a la orilla del jardín y junto a otros más salimos por sobre el cercado y corrimos. No iba a dejar que me atrapara la policía. ¿Se imaginan como me trataría la gente luego de eso?

Luego de una carrera me detuve, uff que mal estado físico poseo. Giré y observé a mis alrededores. Estaba demasiado lejos de casa, y era muy tarde. ¿Qué hago?

Podría buscar a alguien con quien irme, ah cierto. ¡No conozco a nadie!

Soy un pobre diablo que no tiene conocidos ni amigos que lo saquen de aprietos ni ayuden. ¡Hala! ¡Pedazo de vida la mía!

¿Qué hago? No puedo devolverme caminando, es muy peligroso y llegaría de mañana. No tengo móvil y el único número que conozco no me sirve porque papá no tiene auto y… Esperen.

Me acabo de volver loco.

Metí la mano a mi bolsillo y saqué un papel. Joder. Era su número.

¿Por qué? De todas las personas existentes, tenía que ser él.

Me acerqué a una cabina telefónica y puse una moneda en ella y marqué. Vamos, Alex, puedes hacerlo, puedes dejar tu orgullo levemente a un lado y pedirle ayuda. Puedes hacerlo.

-¿Sí?- le escuché por el otro lado. Joder, ¿por qué?

-Hola- dije yo con vergüenza.

-¿Alejandro?

-Sí

-¿Qué sucede? ¿Por qué la llamada?

-Necesito un favor- tragué grueso y respiré hondo -¿Pu-puedes venir a buscarme? No puedo llegar a casa.

¡AAHH! No puede ser. ¿Qué cojones estoy haciendo? ¡Hijo de una hiena!

-Vale. ¿Dónde estás?- preguntó. ¡Vendrá! ¡No! ¡Digo, sí, osea, no! ¡Ah!

-Ce-cerca de la casa de Tonie- mi cara estaba roja de vergüenza. Madre mía, ¿dónde habrá quedado mi orgullo?

-Estaré allá en unos minutos.

Colgué y me senté en el suelo. Joder, ¿por qué lo odio tanto? No es quizás que lo odie, pero detesto el como es él. Quizás envidio. Tiene una buena situación, amigos, es el capitán de un equipo y el mejor en él, tiene un automóvil, de seguro las tías se mueren por él, es atractivo, su familia le debe de amar. Tiene una vida perfecta.

Guillermo es perfecto.

Suspiré, sentí un cosquilleo en el estomago al pensar en él. Me pone nervioso el hecho de que deba estar frente a él.

Guille con su superioridad y yo con mi marginalidad.

Vi como se acercaba el auto y me levanté. Vale, aquí viene y debo estar frente a él. Solo, trata de no matarlo, Alejandro.

Segunda Familia (Willexby)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora