Segunda Familia (Willexby)

Capitulo 25: Trauma (Parte 2)

Trauma: Trastorno ocasionado por una fuerte y negativa impresión emocional.

Alex’s P.O.V.

Me cubrí con las cobijas de mi cama, tenía frío. Era algo tarde y no lograba quedarme dormido. Miré mi móvil para ver si tenía algún mensaje de Guille diciendo que vendría a dormir conmigo, pero nada. Su última conexión había sido hace bastantes horas atrás.

Me di la vuelta en la cama, me quedé mirando la pared y recordando lo que había pasado luego de que contara mi historia sobre lo sucedido con Gabriel.

El padre de Eva me dijo que me retirara, que fuera a casa, a la casa de los Diaz, a mi hogar. Y antes de irme, me pidió perdón por prejuzgarme, por obligarme a recordar todo eso, y junto a Eva, me dijeron que se quedarían para tener al bebé y otorgarme los derechos sobre él, la tutoría y ser yo quien lo crié. Me sentí feliz, pero no pude seguir así, ya estaba abierta la puerta del recuerdo de Gabriel, y no pude cerrarla, además, Guille no me habló durante el transcurso a casa. Fue el primero en bajar del automóvil.

¿Se habrá enojado?, ¿me odiará como a todos?, es por eso que jamás cuento esa historia, porque la gente termina odiándome por mi pasado y no ve mi presente. La gente cambia cuando mira por sobre mi hombro a mi pasado.

No quiero que esté enojado conmigo, es… es Guille, uno de mis mejores amigos, es mi hermano, es mi pareja. Quiero que sea mi novio, que seamos pareja oficial, pero… no quiero estar solo otra vez.

Escuché la puerta abrirse, pero no giré mi cabeza, sentí pasos hasta mi cama, conocía dichos pasos.

Guillermo levantó las cobijas y se tapó, pero quedó dándome la espalda. Podía sentir el latir se su corazón en mi cama, por alguna razón ninguno hablaba. Pero rompí el silencio.

-¿Estás enojado?- pregunté, pensé que estaría frunciendo el ceño a mi espalda.

-No.- dijo de forma seca.

-Estás enojado- murmuré -. Perdón.

-¿Por qué?

-Por…

-¿Por qué jamás me habías contado esa historia?- preguntó casi demandando respuesta.

-Por la misma razón por la que fui contigo a enfrentar al padre de Eva; por miedo y por que te quiero.- dije enterrando mi rostro en la almohada. Sentí mis mejillas calentar, estaba diciendo la verdad, pero no creí que sería en ese momento.

La cama se movió y supe que se había dado vuelta, sentí su respirar en mi espalda.

-¿Me quieres?- me preguntó. De inmediato me giré para verle el rostro.

-Mucho- contesté con mi rostro más rojo que antes -. Por lo que has hecho en mi vida, por una casa, por un hogar, por ser mi amigo, por demostrarme amor. Me haces sentir amado, Eva jamás me hizo sentir así.

-¿Me estás comparando con Eva?- levantó una ceja.

-No… yo… eres mejor que cualquiera que conozca, te quiero mucho.- me acerqué un poco y le miré a los ojos.

-No me vuelvas a ocultar esas cosas, de ahora en adelante nos contaremos todo, ¿vale?

-Vale- susurré algo deprimido. No sabía que se había molestado por eso -, ¿no me odias?

-¿Qué?- exclamó en un susurro -, ¿por qué tendría que odiarte?

-Por lo que hice.

-No te odio, gilipollas- me dijo casi enojado -. Lo que odio es que no me lo contaras, te quiero mucho.- pasó una mano por mi mejilla.

Pasó su brazo por debajo de mí, me levantó y quedé sobre él, apoyado en su pecho, mientras me abrazaba y acariciaba mis brazos. Dejé caer mi cabeza sobre su pecho, logrando escuchar sus latidos calmados. 

-¿Qué haces?- le pregunté con una risa.

-Déjame ser tu apoyo durante esta noche, quiero que duermas sobre mí.- me dijo besando mi cabeza suavemente. Le miré y le besé levemente la boca, sonrió y me apretó más contra él.

-Háblame de tu madre.- le susurré y escuché su leve risa.

-¿Mi madre?, ella era una bella mujer, amaba la jardinería y el aire libre, solía pasar horas con ella mientras me leía algo, le gustaba cocinar y…

Pasamos casi una hora hablando de nuestras madres, de nuestro pasado. También sobre qué podríamos hacer cuando naciera el bebé, pues el padre de Eva había aceptado, yo iba a ser padre. Luego recuerdo quedarnos dormidos abrazados, pude descansar luego de ese agitado día.