Capitulo 20: Amistad

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Amistad: Relación afectiva entre dos o más personas se ayudan desinteresadamente.

Willy’s P.O.V.

Cerré mi casillero y golpee mi cabeza contra la puerta para luego suspirar cansado.

¿Cansado?

Agotado.

Agotado de pensar en hace unos días atrás, cuando se me ocurrió la brillante idea de posar mis labios en los de Alex, ¿porqué se me ocurrió hacer eso?

Ahora es algo incomodo de mirar, es difícil dirigirle una palabra sin mover mis ojos a sus labios.

¡Lo admito!, quiero besarlo. Quiero rozar mis labios en los suyos, quiero volver a hacer eso.

Alex tenía razón… parece que soy gay. Y no sé qué hacer.

¡Pero es que él también me besó!, eso significa que le gusto, ¿no?

Espera, ¿quién habló de gustar?

Ah, que fui yo.

¡Que me cago en todo!

Me di un cabezaso contra el casillero de manera fuerte, pude haber asesinado unas 20 neuronas. Pero no estoy de ganas como para que me importe.

Escuché unas quejas venir desde mi lado, giré mi cabeza aún apoyada en el metal y vi a un tío; de cabello castaño claro, era alto, vestía con una camiseta de un champiñon de esos de Super Mario, unos jeans, zapatillas azules, y en su brazo derecho llevaba una muñequera de color negro que estaba más arriba de su muñeca.

El tío intentaba abrir el casillero forzandolo, tenía un manojo de llaves en su mano, al parecer no sabía cuál llave era la que lo abría. ¿Quién pone un seguro a llaves y no sabe qué llave debe usar?

Me acerqué a él y le quité el manojo de llaves sin preguntarle si quiera.

-Déjame ver- miré las llaves y vi una de la misma marca que la del candado -. Es esta- se la pasé en mano, la miró frunciendo el ceño.

-¿Seguro?- pronunció algo bajo.

-Sí, estoy seguro.- me apoyé con el hombro izquierdo mientras le veía insertar la llave en el agujero.

Click.

Era esa. Abrió el casillero sorprendido de mi grandiosa habilidad para saber qué llave usar.

-Gracias, tío, llevaba como quince minutos intentando abrir esta mierda.- me agradeció con alegría, tenía un pronunciar poco común por aquí, quizás era de otro lugar.

-No hay problema, sé hacer esas cosas, es un don de familia.- reí haciendole reír también.

-Vale.- suspiró en risa y sacó unos cuadernos.

-¿Eres nuevo?- interrogé con curiosidad, la verdad no lo había visto nunca por el instituto.

-Sí, llegue hace una semana de Noruega.- cerró su casillero y me miró.

-¿Noruega?, ¿hablas noruego?- hice la pregunta del día.

-Sí, creo que eso hablan allí- rió -. Hablo Español, Inglés y Noruego.

-Hala, que bueno- este chico es pro -¿Eres Noruego o…- sentí que rompería mi record de preguntas estúpidas a dos por día.

-No, soy Español, pero viví allá por un tiempo. Mi madre es de Noruega.

-La ostia.- reí divertido, me gustaría ir por esos lugares.

Sonó la campana de entrada a clases, ogh, Lengua.

-Vale, nos vemos luego, quizás. Un gusto.- me despedí con una seña y me di vuelta para ir a clases. Unos pasos luego me giré y el tío seguía ahí parado.

-¿Sabes dónde queda tu clase?

-No.- contestó apenado pero con una sonrisa.

-¿Qué tienes?

-Lengua.

-Pues vayámonos, que llegamos tarde.

De inmediato se adelantó unos pasos y quedó a mi lado.

-¿Cuál es tu nombre?- le pregunté caminando.

-Ruben, pero en general me dicen Rubius.- sonrió de oreja a oreja.

-Soy Guillermo, un gusto.

Pasé todo el resto del día con Ruben. Era bastante buena gente; gusta de jugar videojuegos, de la música electro, dubstep y esas cosas. Es muy gracioso y algo extraño, tengo que admitir. Pero es buena gente.

Ambos estabamos almorzando juntos, por alguna razón no he visto a Alex en todo el día, ¿estará esquivandome? Quizás está molesto, ¿y si se enojó por lo que hice?

Joder, soy un ímbecil, pero él igual me besó. ¿Y si lo hizo solo porque no quería que yo quedara en vergüenza?

Soy pringao, enserio, lo soy.

-¿En qué piensas, tío?- preguntó Ruben dando una mordida a su sándwich.

-En dónde podría estar Luzu.- contesté sin dejar de mirar a la nada.

-¿Quién?- preguntó con la boca llena.

-Un amigo, que no lo he visto- respondí -. Aunque tampoco he visto a Alex.- agregué.

-¿Quienes son tus amigos?- preguntó curioso Rubius.

-Son Alex y Luzu.- dije sonriendo. La verdad, era esa.

-Yo solía tener amigos en Noruega, ahora estoy obligado a hacer otros.

-Pero hablando no llegarás a nada- reí dandole un toque en el hombro -. Yo te considero mi amigo ya, ¿eso cuenta?

-Claro, es un progreso.

-Guillermo.- escuché mi nombre y vi como dos tíos se sentaban a mi frente. Eran Samuel y Frank.

-¿Qué?- pregunté metiendo una cucharada de gelatina a mi boca.

-Queremos hablar contigo.- respondió Samuel mientras juntaba sus dedos de forma timida.

-Queremos pedirte perdón- prosiguió Frank mirándome a la cara -. Por lo gilipollas que fuimos la otra vez, por habernos alejado y por no haberte hablado antes.

-¿Saben que eso fue doloroso?- les pregunté mirándoles a la cara -. Que tus propios amigos te traicionen así, diciendo todo eso a la cara de aquella forma.

-Lo sentimos, de verdad no fue nuestra intención.- Samuel tragó grueso luego de decir aquello.

-Lo que más me duele es que no me lo hayan dicho antes. Porque si de verdad tienen algún problema conmigo, me lo dirían sin importar qué, no esperarían a estar ebrios para eso, tengan confianza en mí.

-Perdonanos por favor, no quisimos herirte así, fuimos estúpidos.

Suspiré y cerré mis ojos, eran completamente sinceros. Sabía que no estaban mintiendo, solo quiero que las cosas vuelvan a ser como antes.

-No vuelvan a hacerme eso, pido disculpas también por cómo me comporté y porque no me di cuenta de lo que sentían y pensaban, solo quiero que sepan, que si hay algo malo, pueden decirmelo. Porque de todas formas…

-Somos amigos.- me interrumpió Samuel. Sonreí ante eso, porque había recuperado a mis amigos. A mis viejos amigos, todo sería como antes, aunque mejor.

Solo espero poder solucionar los problemas con Alex, que me perdone si está molesto, y si no, bueno, no sé que haré.

Segunda Familia (Willexby)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora