Una doble visión.

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Futuro...

Aún recuerdo esos hermosos días, esos días de alegría, días de tranquilidad, La ciudad de Santa Ana era la más tranquila de todas, mucha paz, gente muy amable y respetable. Era una ciudad "perfecta". ¿Por qué nunca sospechamos lo que se aproximaba? Si tan solo pudiese regresar a estas fechas que serán inolvidables. Ahora... Yo... Solo... Estoy caminando... A mí... Exterminio siendo escoltado por cuatro personas vestidas completamente de negro, yo voy en el centro, en silencio, no pienso en escapar porque se que será inútil, mi destino será el mismo: morir. Desearía que esto no estuviera pasando, que solo fuese una horrible pesadilla de la que pronto despertaré, ¡Cómo lo deseo!

Pasado...

-¡Oliver!- Decía la voz de una mujer, una voz que reflejaba cariño pero también desesperación -¡Oliver!, ¡Ya despierta o llegarás tarde a la escuela!- Decía mi madre a la vez que entraba a mi cuarto para despertarme -Ok niño, esto lo haremos por las malas Oliver Delgado Méndez- (Como me daba miedo escuchar que ella dijese mi nombre completo). Dijo, acto seguido tomo varios cubos de hielo y los puso en mi nuca y espalda -Arggg, ¡Mamá, no hagas eso!- dije mientras me quitaba los cubos de hielo -tu te lo buscaste niño, ahora levántate para desayunar y después te llevaré a la escuela- yo me levanté, me cepille los dientes y fui al comedor donde se encontraba mi papá -buenos días papá- le dije, a lo que el volteó y con una tierna sonrisa me contestó: -¡Buenos días hijo!, Espero que hayas dormido bien- mientras tomaba una taza de café -Probablemente hoy mi jefe me pague mi sueldo- dijo mi padre con un tono de ilusión -¿Probablemente?, Querido, no es la primera vez que tu jefe te dice eso, ¡llevas esperando ese salario por más de dos meses!, ¿No crees que solo te esté chantajeando para que trabajes más de lo debido?- yo solo me quedé callado, ¡Por Dios! Solo tengo 10 años, ¿Qué puede experimentar un niño de esa edad? Apenas y podía irme solo a la escuela, es decir, Santa Ana siempre ha sido un lugar muy tranquilo, pero la última vez que trate de ir solo a la escuela me perdí y no te imaginas la vergüenza de que tu madre te esté repitiendo uno, y otra, y otra vez:

-¡No puedo creer que aún no puedas ir de tu casa a la escuela!- Mientras que yo solo caminaba callado -Pero mamá son casi 20 minutos de camino y hay muchas calles, además solo tengo diez años- le decía en mi mente, ignorando por completo sus regaños.

Terminé de desayunar y me dirigí al auto de mi mamá, mientras ella manejaba yo solo contemplaba la hermosa ciudad: sus calles, monumentos, el lago, su gran y hermosa Catedral... -¡Llegamos!- exclamó mi mamá -Cuidate mucho mi amor, pon atención a tus clases, adiós ¡Te quiero!- decía mientras se alejaba, yo solo entre a la escuela con la única esperanza de: salir e irme a mi hogar, pero no: me esperaban 5 horas de aburridas clases, y lo único que me animaba era estar con mis amigos y jugar.
El timbre sonó indicando que todos entraran a sus salones, subí hasta el tercer piso para ir a mi salón: el aula 039, esta escuela es enorme, no solo abarca primaria sino que también secundaria y hasta preparatoria pero claro, lógicamente los chicos de prepa estaban apartados de los de secundaria y nosotros, camine por los pasillos hasta llegar a mi salón -¡Darío!, ¿Cómo estás?- dije con una gran sonrisa -¡Oliver, amigo! Muy bien gracias... Oye... ¿Hiciste la tarea de historia?, Pásamela por favor.- me dijo Darío -¡La tarea!- exclamé con sorpresa dando a entender lo obvio -jajaja- rió Darío -¿Tambien lo olvidaste?, Tranquilo casi nadie la hizo- dijo mientras seguía riendo -¡Es correcto- dijo Luna otra amiga del salón -pero que nadie le diga a  la maestra ¿Ok?, Tal vez y se le olvide, shhhhh, silencio, ahí viene- a su vez entro la maestra Lidia, -¡Buenos días alumnos!, Espero que hayan hecho la tarea que les pedí- dijo mientras se sentaba en el escritorio. -¡Rayos!- alcance a escuchar la voz Jordi mientras a su vez, yo pensaba lo mismo y estaba seguro, la mayoría del salón también. -Este será un largo día- me dije a mí mismo mientras ignoraba las palabras de la maestra Lidia que ya nos estaba regañando por no hacer la dichosa tarea que... ¿Te digo un secreto? ¡Ni siquiera se de qué trataba! Medio escuché que era la historia de la segunda guerra mundial, o no se, no presté atención a las indicaciones, me distraje... ¿Con qué era? Creo que con una ardilla que subía el árbol, y ahora no prestaba atención a la maestra, ella nos decía que fuésemos más responsables o algo asi, pero yo solamente no le tomaba importancia, no me interesaba, yo solo... Lo ignoraba.

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