El pasado de Martha.

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Pasado...

Narrado en tercera persona...

En las afueras de un edificio de apartamentos se encontraba caminando el Señor Cruz Antonio, era una noche de invierno, para ser exactos era 12 de enero del 2004 a las 9:15 de la noche, el clima en Santa Ana era de 8 grados por lo cual casi nadie se atrevía a salir de sus cálidas casas a las frías calles y las pocas personas que salían, salían con varios suéteres, guantes, gorros y bufandas.

-Víctor, estoy a una cuadra de llegar, por favor ábreme la puerta- decía por un teléfono público Cruz cuando escuchó unos truenos y vio los relámpagos anunciando que una tormenta se acercaba por lo que Cruz tuvo que acelerar el paso, ya por fin llegado a la torre este estaba esperando a que se le abrieran las puertas.

Esa noche, como todas las demás, era algo silenciosa y tranquila, en algunos ratos se podían escuchar el sonido de los autos que pasaban enfrente del edificio, en ocasiones se podía escuchar un avión que aterrizaba y después solo silencio, la verdad a don Cruz le gustaba disfrutar de ese silencio pues en la ciudad era lo que menos había, o al menos en lo que era el centro donde siempre estaba repleto de personas, ya sea por el trabajo, otros eran turistas o el centro de reunión para otros, y cada vez que una jornada terminaba Cruz llegaba a la torre de apartamentos en la cual el y su hermano Víctor eran los dueños.

Sin embargo el silencio que Cruz disfrutaba fue interrumpido por otro trueno y después se escuchó el llanto de lo que parecía ser un bebé el cual parecía estar no muy lejos de ahí, por un momento el creyó que era el hijo bebé de una familia que se había asustado por el fuerte sonido así que decidió ignorarlo. Al fin bajo Víctor el cual le abrió la puerta para dejarlo pasar, -Hola hermano, ¿como te fue?- le saludó mientras lo dejaba pasar, -Bien- le contestó, -Hoy fue un día normal y en cuanto a ti, ¿Hay nuevos inquilinos?-.
-No, todo el día estuvo algo aburrido, bueno, escuché que algunos vecinos comentaba que una pareja había sido asesinada pero en las afueras de la ciudad y nada más, ven vamos a cenar-.
-Ok, nada más voy a cerrar la puerta-. Dijo finalmente Cruz mientras de dirigía a esta misma.

Ya casi a cerrar la puerta, volvió a escuchar ese llanto de bebé, pero ahora era más desgarrador y ese llanto estaba acompañado por gritos de el mismo bebé a lo que don Cruz no aguanto la curiosidad y decidió salir, fue entonces cuando se dio cuenta que ese llanto venía del callejón entre el edificio y los locales a lo que eso lo preocupo porque en  ese tiempo el edificio estaba siendo remodelado para poder aguantar los pisos que estaban siendo construidos para que este fuese más grande y precisamente en ese callejón los trabajadores dejaban casi todo el material de construcción, para estar más seguro de que el llanto se originaba ahí Cruz decidió entrar, la única iluminación que él tenía era la de las calles que estaba bien iluminadas y el callejón recibía un poco de esa luz por lo cual no estaba tan oscuro y facilito que Cruz pudiese caminar sin tropiezos, no se adentro tanto al callejón ya que el llanto se escuchaba cerca pero el problema era que no sabía en qué parte exactamente estaba el bebé y encontrarlo era muy complicado...

-¡Cruz!- se escuchó el grito de Víctor que lo llamaba -¡Cruz!, ¿Donde estas?, ¡Cruz!-.

-¡Estoy en el callejón!.

-¿Qué estás haciendo ahí...?

-¡Escuché algo, trae la linterna, creo que hay un bebé aquí!.

Al oír eso Víctor se asustó pero fue rápidamente por una linterna que estaba en un cuarto usado como bodega, al llegar los dos comenzaron a buscar a ese bebé que no paraba de llorar cuando unas gotas de lluvia comenzaron a caer acompañados por relámpagos y truenos dando así el inicio de la tormenta.

-Cruz, ¿Ya revisaste entre esos botes de basura?, Creo que llanto viene de ahí- le comentó Víctor, a lo que Cruz fue a ver y efectivamente ahí estaba ese bebé, llorando desesperadamente, cubierto y envuelto por unas cuantas cobijas.
-¡Aquí está- dijo con tono triunfante don Cruz.
-Pues rápido, vamos a llevarla al edificio- le indicó su hermano.

Así lo hicieron, cuando llegaron, Víctor cerró completamente la entrada y ambos se dirigieron hacia la recepción, para este punto el bebé por fin había dejado de llorar y ahora estaba más tranquila, Cruz la tomó en sus brazos y le dijo a Víctor, -¡Es una niña!-.

-Pero, ¿Cómo te diste cuenta de que había un bebé en el callejón?- le preguntó.

-Cuando estaba cerrando la puerta, escuché ese llanto que venía del callejón, ya lo había escuchado cuando llegué, pero no le tomé tanta importancia, pues creí que era de alguna familia que se había asustado por el trueno.- le explicó.

-¡Pobre!- exclamó Víctor, -¿Cuánto tiempo habrá estado allí?.

-No lo sé pero, ojalá y solo sea este día, ¡Que gente tan desgraciada!, ¿Cómo se atreven a dejar a la suerte a una indefensa bebé?, ¿Te imaginas que hubiese sido de ella si no la hubiésemos encontrado?, Tal vez moriría por resfriado o mordida por las ratas o de hambre...

-¡Hermano, tranquilizate!, Gracias a Dios lograste escucharla y ahora está segura aquí a dentro.

-Si, lo sé... Mañana iré a hacer la denuncia para que encuentren a esos papás irresponsables, ¿Qué hora es?.

-Las 10 en punto.

-Vamos al hospital, para que le hagan un chequeo.

Después de eso los dos hermanos en el automóvil de Víctor se llevaron a la bebé hacia el hospital, ahí le realizaron el chequeo que duró aproximadamente una media hora, después de un rato salió una enfermera, -Caballeros, afortunadamente la bebé solo tiene un pequeño resfriado y estaba algo deshidratada pero el pediatra ya se ocupó de eso, la pequeña será dada de alta en unos minutos-.

Al día siguiente don Cruz fue a la comandancia para hacer la denuncia, ahí le dieron dos opciones, dejar a la bebé en un internado o la oportunidad de adoptarla, al principio Cruz considero la primera opción, pero después de pensarlo un buen rato, recordó como su esposa, que había fallecido unos pocos años atrás, deseaba tener un hijo, pero esta era estéril lo cual la hizo entrar en una depresión, su marido con el fin de animarla le propuso la idea de adoptar un hijo a lo que ella aceptó, mientras todo eso se planteaba su esposa sufrió una caída en las escaleras que le dio un fuerte golpe en la cabeza, sobrevivió a la caída pero de camino al hospital, falleció.

Don Cruz, lleno de nostalgia por ese recuerdo decidió ahora la segunda opción. Aunque estaba nervioso por el futuro que tendría la niña, este se propuso cuidarla y tratar de darle una vida feliz, que era exactamente lo que su difunta esposa quería hacer...

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