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Eran esos tiempos de la edad media, en donde un chico de ya casi 18 años, iba a gobernar Roma, un rey sería para ser exactos, a esta edad los de la familia real deberían ya estar listos para gobernar, ya que son educados para ello, sin embargo, además de ser bastantes maduros, deberán elegir un vasallo del pueblo pobre más cercano, era rara la vez que se elegían chicas para esto, la mayoría de la familia real (Y también otras personas adineradas) siempre elegían a un chico, al elegirlo, su familia estaría protegida y su reputación subirían a un nivel muy alto, depende de cuanto tiempo le tomo al rey elegir al indicado. Ya que, como todos saben, es un privilegio que te escoja el rey. Esta vez nos centraremos en el chico nombrado antes, se llama Akemy y el día de mañana, cumplirá la mayoría de edad, y podrá ser Rey, por lo que, se hará una gran fiesta, en donde elegirá a su vasallo. Los que son destinados al trono siempre son fuertes, altos y apuestos, pero Akemy era la excepción, su físico no era como los demás reyes u emperadores (los que dirigen las regiones de roma), este era de una altura 1.70, cabello blanco con un largo por las orejas, delgado, piel clara, y su color de ojos era ámbar, por lo que sería difícil encontrar a alguien que se viese bien a su lado, por su apariencia de vasallo.

Aún así, de eso se trata esta historia.... Que la disfruten!

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Narra Akemy

-Maldición que no quiero ser el Rey Alfred !

-Señor, con todo respeto mañana cumple la mayoría de edad, y ya que es el único heredero de Roma tendrá que aceptar....

-Y si no acepto? Y si lo rechazo?

-Sabe lo que ocurrirá, el pueblo enloquecerá y vendrán a palacio con antorchas a amenazarle -Maldición... Tengo que planear algo

-*Suspiro* Esta bien, ve a descansar, mañana será un día ajetreado Alfred - Alfred Me miro sorprendido, seguramente por mi repentino cambio. Cuando Alfred se fue me dispuse a salir de palacio por mi ventana, lo había intentado varias veces, pero siempre me atrapaban, esta vez lo lograría.

No había salido de palacio nunca, pasé encerrado toda mi vida, no se que hay fuera, al menos no lo he visto, quiero verlo al menos una vez... Ya que sé que al ser Rey estaré más ocupado con tareas del pueblo y demás cosas con otras regiones u reinos cercanos, no podré salir por mi cuenta.

Me puse una ropa que según me habían dicho la usan en el pueblo, yo usaba la bata real, pero ya que iba a salir me puse una bata blanca para pasar desapercibido, salí por mi ventana aferrándome de unos arbustos pegados al palacio, antes de que me diera cuenta estaba en el piso, me había caído, me levante rápidamente adolorido.

-Maldición! -Tape mi boca y salí corriendo, no podía dejar que me atraparan esta vez, me di cuenta de mi labio roto y mis manos raspadas al igual que mis rodillas por la caída, mi bata blanca ya no era blanca del todo! Además me costaba caminar, genial lo que faltaba! 

Corrí bastante hasta llegar al pueblo, al fin salí! No lo puedo creer! Me pareció que estaba en la zona donde me había dicho Alfred, que es donde viven las personas ricas, estas invierten en plazas y juegos para sus hijos. Me pareció escuchar pasos detrás de un arbusto, así que me dispuse a escalarlo y me asome por arriba.

Mis ojos se abrieron como platos y me sonroje, que me pasa? Solo es un chico corriendo.... Este era como de 1.83, su cabello era de un negro puro, los ojos no los podía llegar a ver, su color de piel era como canela, y su cuerpo....Creo que no había visto ese balance perfecto entre musculoso y delgado... Cuando paso delante de mi noto que lo veía y se paro en seco, mi corazón latía muy rápido.

-Que haces ahí? Me estas espiando?? - Balbucee pero no me salió ninguna palabra, en lugar de eso por los nervios dejé de sostenerme bien y... Me volví a caer, encima de el chico. Nuestros rostros quedaron muy cerca, al igual que nuestras piernas, el se veía serio, yo sentía que iba a morir de vergüenza, sus ojos eran color esmeralda... Me alejó lentamente, como si yo me fuese a quebrar, note que abrió los ojos como platos, seguí su vista hacia mis piernas, no puede ser... estaban sangrando, mucho.

-Maldición.... -Mierda! Es la primera ves que salgo y me pasa esto! Ahg!

-Wow... Eso debe de doler. -Su voz... Ahora esta más cerca y... Es grave, profunda y...Tenía un acento italiano...Hermoso -Hey! -Movía su mano frente a mi, me había quedado pensando en su voz.

-Oh... Lo siento me distraje.

-No te vallas a desmayar eh. -Desmayarme? Ohhh buena idea... Hice un ademán de mareo, (Soy muy buen actor!.... O mentiroso?) -Hey no! Vendrás conmigo, curaré tus heridas. -Si! Lo logre! 

Me llevo en sus brazos por mis piernas, parecía que se dirigía a lo que parecía el pueblo pobre del que me había hablado Alfred, es donde están los supuestos vasallos que se ofrecen a los feudales... No puede ser.... Este chico... Es un vasallo!? 

*Entramos a su casa y luego a su habitación*

-Tu... Eres un vasallo? 

-Que tu no lo eras también? - Realmente no me sorprendió que pensara eso, toda mi vida en el palacio me lo decían - Por eso estabas allí no? Eres uno de esos vasallos privilegiados que su Feudo lo deja salir? -El al parecer estaba muy intenso con el tema del vasallo, así que le seguí el juego.

-Ehh si...

-Bien tienes suerte sabes? Eres de los que les gusta -Lo miré extrañado -Delgado y tierno, yo no soy así, llevo años yendo de feudo en feudo y nadie me elije por mi físico.

-Pues son unos tontos -Estaba sentado en una silla con las piernas juntas e inclinadas, el chico fue por un trapo mojado para quitar la sangre de mis rodillas, cuando se dio vuelta me di cuenta del gran trasero que tiene... Volvió diciendo

-Eso lo dices por que tu ya tienes feudo, yo ya tengo 24 años y nadie me elegirá a esta edad - El chico limpio mis rodillas con delicadez -Eso te lo hiciste al caer? -Lo mire extrañado - El labio - Lo había olvidado...

-Oh... Si seguro... - Eso lo dije con las yemas de mis dedos en el labio inferior.

-Las rodillas ya están, dame tus manos - Se las di y parecía una niña con su primer enamoramiento con esas estúpidas mariposas en el estomago... 

-Bien... Ahora como se llama el caballero...? - Antes de que me pudiese responder escuchamos la puerta de el frente, el chico entro en pánico y me encerró en el armario y pronuncio algunas palabras.

-Haz silencio, no importa lo que oigas, no salgas. - Entre en pánico, pero guarde silencio.

Escuche como abrían de golpe la puerta de la habitación del chico.

-Donde estabas Minho!? Sigues haciendo ejercicio a nuestras espaldas!? Te buscamos como locos! - Esa era una voz demasiado grave...

-Padre sabes que ya no hay esperanzas para mi... Necesito protegerlos por mi cuenta! - Sonó un estruendo por la pequeña casa, había golpeado algo.

-Basta! No te golpeo a ti porque mañana el príncipe cumple su mayoría de edad y será Rey! Tendrás que estar listo... - Se volvió a escuchar el estruendo de la puerta. El chico de nombre Minho, abrió la puerta del armario, se notaba triste.

-Tienes que irte... Espero que mejores -Antes de irme lo abrace

-Gracias - Lo siguiente lo susurre en su oído - Esperaré por ti. - Se vio desconcertado, me salí por la ventana y volví al palacio.


El Vasallo y su FeudoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora