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Narra Akemy

Estaban haciendo los preparativos para la fiesta, las heridas de mis rodillas pude ocultarlaa bien gracias a la bata larga, mi labio lo maquille un poco, aunque fuese pequeño el corte no quería arriesgarme a quedar descubierto, no dejaba de pensar en Minho, si soy sincero, me gustaría alejarlo de esas personas y tenerlo solo para mi... Podría gustarme? Espera, que estoy pensando? 

-Esta nervioso señor? -Alfred entro.

-Tal vez... 

-Tranquilo, tu padre estaba igual, sabes que llegaran no? -Me sorprendí 

-Enserio?

-Si, así que compórtate por favor - Asentí, antes de que se fuera lo detuve

-Alfred -El se volteo

-Si?

-Pueden... Dos chicos... Enamorarse de verdad? - Me mordía el labio de vergüenza cuando lo dije

-Akemy... Que sucedió? Algún empleado se sobrepaso contigo?

-O por los Dioses no! No! No tiene nada que ver con eso... Es solo que... El chico que elija... Estará conmigo siempre no? - Alfred asintió

-Hasta la muerte Akemy, elije bien, pero... Porque preguntaste eso? Has estado recordando a Hayden?

-No... No había pensado en el desde hace un tiempo ya... 

-Oh lo siento pensé que...

-Tranquilo, ya lo supere.

Hayden era un amigo de la infancia, cuando mi madre y mi padre viajaban y traían sus negocios aquí, había una familia en especial que me agradaba, era la de Hayden, este realmente era de familia adinerada, lo que tengo entendido es que su familia quebró cuando teníamos unos 12 años, en ese entonces nos llevábamos super bien, lloré mucho cuanto se tuvo que ir, después entendí que mis sentimientos iban más allá de una amistad, aunque no se si lo consideraría un enamoramiento, el decía que yo sería su esposa y gobernaríamos juntos... Fue muy lindo en su momento, no se que sea de el ahora...

Narra Minho

Mis padres seguían dando vueltas intentando encontrar el atuendo perfecto para que el Rey me eligiese, nadie nunca lo ha visto, hasta hoy saldrá a la luz quien es y como es. Al menos los demás, ya que a los vasallos no se les permite ver a su Feudo, tenemos que mantenernos con la cabeza gacha, a menos de que Nos elijan podremos verlos. Se que no me elegirá, debe ser un hombre de esos que les gusta los chicos jóvenes tiernos y delgados para tener poder en ellos.

Conmigo sería diferente y todos lo saben... Aun así me pusieron una bata blanca y una transparente encima de esta, eso sin duda en otra persona daría la sensación de delicadeza... No es lo mio...

Además de que sabía que no me elegirían llegábamos tarde, por lo que, seguramente ya abría elegido... O eso creí, porque la fila seguía avanzando... Por alguna razón mi corazón latía muy rápido, presentía que algo iba a pasar.... Será que esta vez.... Sería diferente...?

Narra Akemy

Llego el momento... Entre al gran salón del palacio y todos aplaudían diciendo "Larga vida al emperador"

-Muchas gracias a todos por venir, al fin llego el día en el que mi hijo Akemy -Mi padre me volteo a ver - Empezará su reinado. Por lo que aquí y ahora, empezaran a entrar los vasallos que quieran la protección de su familia y una parte de nuestras tierras reales, pero antes, la corona...

Mi padre estaba al lado mio, teníamos a todo el pueblo, tanto ricos como las familias de los vasallos sin elegir y las familias que recibieron prestigio cuando eligieron a sus hijos, le retiraron la corona a mi padre y me la pusieron a mi, luego di la orden de que dejasen entrar a los vasallos. Ya era el Rey de Roma...

Pasaban unos tras otros vasallos, todos seguro muy Buenos, pero no eran de mi agrado... No... Yo esperaría por ti Minho...

Pasaban uno tras otro diciendo lo mismo con sus voces agudas y delicadas, me estaba durmiendo sobre mi brazo hasta que...

-Mi rey... Le juro fidelidad, me ofrezco a combatir a su lado, le otorgo mi ayuda, por favor... Acépteme como su vasallo. -Esa voz... Profunda, grave y con su acento Italiano... Había llegado, sería mío... 

-El! Lo quiero  a el! -Me levante de mi trono de un salto gritando, Minho seguía con la cabeza gacha, volví a ver a Alfred, me hizo señas de comportamiento, carraspee y luego hable fuerte y claro - Te elijo a ti vasallo, tienes mi protección. -Miré a Alfred y me hizo señas de que siguiese.

Camine hasta Minho, el seguía con la cabeza abajo, me acercaron los materiales necesarios, la espada, el ramo de flores y el puñado de tierra, era hora. Me incline tomando de las manos a Minho y este por primera vez, pudo verme a la cara.

-Quieres servirme...? - Minho estaba estupefacto y susurrando le dije - Te toca responder - El carraspeo y luego hablo

-Si mi rey, le serviré hasta el día de mi muerte. 

Le entregue el ramo de flores, el seguía arrodillado, con la espada sobre su hombro izquierdo y luego el derecho pronuncie las siguientes palabras.

-Por el poder que me da mi título de emperador, te nombro a ti mi vasallo, para que me seas fiel y pelees a mi lado. -Todos aplaudieron por el suceso presente.

El puñado de tierra en un bol, se le fue entregado a sus padres, junto con unos guardias del palacio para que fuesen trasladados a su nueva casa, en un pedazo de tierra real.

Minho se pudo poner de pie, creo que seguía sin creerlo... La fiesta seguía, todos bailaban menos Minho y yo.

-No quieres bailar?

-Realmente no soy bueno en eso...

-Mm hoy no hablas mucho eh

-No hablo a menos de que me digas, así es no?

-No... Si haces eso será incomodo

-Bueno ya es incomodo...

-Ayer no parabas de hablar...

-Bueno ayer no sabía que eras el príncipe ahora Rey, debería estar enojado, pero no tengo derecho.

-De que hablas? Porque no tendrías derecho a eso? Es como prohibir que seas humano... Esto es raro solo ignora el hecho de que soy el Rey y vamos a bailar. -Salte de mi trono y lo jale de las manos, el primero se puso a la defensiva, ah... Con que sigues mucho mis ordenes... Me le acerque poniéndome de puntitas para alcanzarlo y al oído le susurre - Te lo ordeno - Note como un escalofrío invadió su cuerpo, y cedió a mi agarre, fuimos al centro de la pista. Puse su mano izquierda en mi cintura, la mía en su hombro y entrelace sus dedos con los míos... Note un pequeño sonrojo en su cara, sonreí.

-De acuerdo, solo muévete al ritmo de la música en círculos. - Empezamos a movernos

-Esto es raro... No te importa que piensen cosas inapropiadas? -Sonreí

-Cosas inapropiadas? Como que? -Acerque mas mi cintura a el, ahora era mas notable su sonrojo.

-Sobre... Tu y yo... 

-No me interesa lo que piensen, ahora soy el Rey - Eso lo dije con un tono de presumido.

-Oh que conveniente... 

-Además... Tengo poder sobre ti no? - Mi sonrisa nunca se fue, al igual que su sonrojo.

-Si... Esa es la definición de lo que tiene el feudo a su vasa... - Lo silencie con un suave shh

-Me encanta que hables, pero ignora por un momento que eres mi vasallo y solo baila - bailamos por el resto de la noche, me contaba sobre estos años sobre su familia y yo sobre mis aburridos días en el palacio... Y que... Ya no estaría solo, lo tenía a el, y el me tenía a mi, eramos nosotros contra el mundo.

El Vasallo y su FeudoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora