Capitulo 23

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Llego al lugar de encuentro, está vez no dejaría que nada se interpusiera entre el y el italiano, y estaba decidido a no dejarse convencer por nadie en la tierra tal vez solo por el italiano pero nadie más, quería volver a tener la mano del Manigoldo sobre la suya y despertar a su lado.
Llego casi corriendo a fuera del edificio y solo estar cerca de la entrada el aire se sentía pesado es más ya desde lejos sentía algo que presionaba su pierna derecha e incomodaba está, era un sentimiento raro, sudaba frío todo el camino creyó que solo estaba nervioso por ver al italiano, pero en la entrada solo encontró a Kardia y Degel que hablaban con un policía y a Sage, quien estaba alterado. Dudoso se acercó a Degel, no entendía que pasaba en ese lugar, y quería saber dónde estaba Manigoldo. El francés iba a contestar pero de la nada Sage llegó se paro delante de él y dió una cachetada que quedó marcada en el rostro de Albafica, deseaba desquitarse con alguien, sabía que si el hubiese puesto más obstinado con lo de irse ese día, Manigoldo y él estarían tranquilamente en un avión directo a Cancún. Pero no, tenía que aparecer la florcita está y arruinarle todo, por su culpa ahora su hijo iba en una ambulancia junto a su pareja, por su culpa estaban rodeados de policías y tenían que dar explicaciones a algo que no sabían el por qué. Bueno los dos más jóvenes no sabían el mayor si, y Albafica menos entendía el por qué de todo

- tu... - profirió con rabia en sus palabras - por tu culpa Manigoldo... Manigoldo

- que le pasó a Manigoldo ? - preguntaba con preocupación, tenía miedo de escuchar lo que seguía

Sage rompió en llanto antes de poder continuar, lo que logró que Albafica imaginarás lo peor y también comenzará con llantos sin ni siquiera saber el por qué, Kardia abrazo al Mayor por el hombro mientras trataba de calmarlo, Degel volvió con Albafica que de sus ojos ya escurrían lágrimas, que todavía no tenían motivos - a Manigoldo le dispararon - el sueco quedó atónito, no podía ser cierto, por su culpa... Manigoldo tubo un accidente, no podía estar pasando esto necesitaba verlo y saber que estaba con vida - perdió mucha sangre, aunque pudieron detenerlo a tiempo, fue un disparo en la pierna - termino de comentar, el sueco se logró calmar, el hecho de saber que lograron mantenerlo estable lo hacía volver a respirar aún así no permitirá que algo así le volviese a pasar. Camino hasta dónde Sage y se paro frente a este

- señor Sage, le prometo que esto no volverá a pasar

- yo prometo lo mismo - interrumpió al chico - me lo llevaré lejos, tan lejos que tú ni nadie podrá volverlo a tocar - era una decisión dura pero. Logro que Albafica reaccionara, ahora sí que si necesitaba ver al italiano más que nunca, llevárselo a donde y por qué, que mierda estaba pensando, su respiración se agitó y por un momento sintió el miedo de no volverle a ver jamás, algo que no soportaría, salió corriendo del lugar buscando el hospital donde atendían al italiano, aún sin conocer dónde, mando un mensaje rápido a su f ancestral amigo y este respondió a los segundos, que en aquel momento sintió fueron los más largos que ha vivido.
Era extraño ahora que se ponía a correr por las calles sintió el dolor en su mejilla, esa cachetada iba a dejar marca y se sentía arder, tal vez no le tomo el peso cuando lo golpearon pero ahora comenzaba a sentir la fuerza de este, siguió hasta lograr tomar un taxi el cual lo llevo justo fuera de el hospital entró corriendo y subió escaleras a todo lo que podía, hasta llegar a la sala de urgencias, logro que lo dejarán pasar, y ahí junto con un griego de cabellos negros se encontraba.
como la bala atravesó su pierna no tenían que sacarla, así que solo se dedicaron a saturar la herida, aún así le habisaron que tendría problemas para caminar desde ese día.
Golpeó la puerta hasta oír un pase, del otro lado de esta, entró aún cuando no nervios, miró la pierna vendada, no era para alegrarse pero lo aliviaba saber que estaba fuera de peligro, el italiano solo lo veía como pensando que decir, al final solo le sonrió

Mia bella RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora