Los policías estaban frustrados con aquél chico que se negaba a hablar desde hace dos días, nada había servido.
- ¡¡habla de una maldita vez!!- grito el policía un poco alto y con algo de sobre peso, su cabello castaño oscuro revuelto debido a los jalones que se había dado por la frustración.
Aquel chico solo estaba recargado en su silla de metal, tanto el como los policías se miraban fijamente. Durante años había soportado de todo, impactos de bala en casi todo su cuerpo, golpes dejándole al borde de la muerte, maltrato psicológico, humillaciones, la muerte de sus padres, gritos de todo, dos veces de una violación por parte de deprabados enfermos... ¿Y ese policía creía que con esas simples palabras le haría hablar? Que equivocado estaba.
- no - fue lo único que dijo aquel chico de tes blanca y cabellos negros, su mirada vacía y carente de cualquier sentimiento, aquel chico solo quería ir a su casa y tener una tranquila cena con su novia
- puedes pedir un abogado o se te asignará uno - hablo el otro policia, de cabello castaño y alto, la sonrisas burlona del chico también ya estaba calando sus estribos
- no - volvió a decir el chico, su respaldo eran sus jefes, aquel chico sabía que era culpable y que si hablaba le traería problemas a el y sus colegas, no podía arriesgar a su novia y a su bebé en camino - quiero mi celda - con lo dicho había aceptado que era culpable pero los dos hombres a su frente no sabían que pensar
- ¡Mira niño estúpido, vas a hablar por las bu.. ¡ - las palabras quedaron al aire cuando el director de él centro policial, aquel hombre de no más de 50 años, entró a la sala de interrogación- señor, lo siento mucho
- retiren se - ordenó de manera demandante, los policías salieron de inmediato, la puerta fue cerrada y el director puso la vista en aquel chico - ¿hablaste?
- no - hablo aquel chico, es esa simple pregunta estaba todo - ¿debería?
- estarás aquí al menos tres días se te va a enjuiciar - hablo serio y vacío, era algo común de el mandar reclusos directo a juicio - ¿quien te mando?
- ¿A caso importa eso? - contra-taco el prisionero del cual aún se desconocía su nombre pero no para aquel que estaba frente a el - si hice algo o no ya no les importa
- te equivocas, me interesa más de lo que crees- sus miradas eran pesadas, miradas llenas de complicidad, burla y bastante ironía
Su interrogatorio se vio interrumpido cuando la puerta fue abierta con otro chico, a cambio el que estaba dentro este venía golpeado por todo I cuerpo
- ¿y que con este?- demandó el dueño de aquel establecimiento mirando a los policías que llevaban al chico casi inconsciente
- lo encontramos en un embarque a las orillas de la cuidad, no quiso dar información de nada- dijo un policía
El primer detenido miró al jefe de aquel lugar y el contrario hizo lo mismo, ambos con sutileza, eran cómplices, no era nuevo que algún detenido llegará con el jefe del lugar, a veces lo hacían con intención para dar información y después salir, ahora la pregunta de ambos era... ¿quién era aquel chico que nunca antes habían visto?, ¿tal vez un nuevo?
-Lleven lo a la ultima sala y déjenme a solas con el que tengo ahora, traten de sacar información y si no habla me llaman- dijo el jefe, los oficiales salieron y dejaron solos a los primeros en la habitación- ¿lo conoces?
- no señor, nunca lo había visto, no tiene el tatuaje de nosotros y tratamos que nadie más supiera lo de la frontera- dijo el detenido desconcertado y preocupado
- tengo que saber quién es el, de dónde es, quien es y como se mueve... de lo contrarío estaremos en problemas- dicho esto el jefe salió dejando solo al detenido, se dirigió a la sala donde les había dicho a los policías que lo llevaran, al llegar encontró un charco de sangre y los cuerpos tirados de ambos mencionados- ¿pero que mi~...?