Reflexiones de un imbécil

La peor musa

Soy extremadamente curioso, muy curioso. Curioso a muerte, curioso de necesidad. Y esta curiosidad hace que tema de una manera sobrehumana el desamor. Pero no el desamor con mi pareja, ese me da casi igual incluso, si tiene que ser es. Lo que de verdad temo es la vulnerabilidad humana que me surge al temer y al sentir el desamor antes incluso de disfrutar del amor cómo tal. Defiendo los personajes, son los mejores seres de la Tierra, y me gusta considerarme uno. Pero el amor consigue darme esa humanidad, esos detalles que como personaje no siento. El amor es lo único que consigue ponerme nervioso. El amor, si no soy capaz de vivirlo y sé que otro si, es lo único que me puede provocar celos. El amor, es el marco perfecto para ver la mayor debilidad de mi persona, que no deja de ser la necesidad de estar con personas, personas que consiguen salvarme en mis mejores peores momentos, y que me dejan entrar en su vida para hacerles sacar una sonrisa. Temo al desamor directo, a ese desamor que no me deja sentir una mirada de la otra persona, a ese desamor que, por otra parte, me daría cientos de ideas para escribir, pero que no deja de ser la más horrible de las musas.