A Little Lie. 👑 [l.s. Omegaverse]

Quindecim [Pars I]

Per angusta, Ad augusta

—Despierta, cariño. —Lo primero que escuchó fué la voz de su madre. La luz no lo dejó ver a su alrededor pero sabía que estaba en su recámara de alguna manera. Cuando por fin logró enfocar su vista,lo recibieron ocho pares de ojos, preocupación en su miradas. Rápidamente puso su atención en su alfa y notó que aún había una aurora de tristeza a su alrededor.

—Har-rry-mmh- ¿Qué, qué pasa amor? —Se iba a levantar cuando él lo empujó suavemente para que se volviera a recostar.

—Estuviste inconsciente por un par de días, no gastes energía, la necesitarás. —Su hermanita, Lottie, se acercó y le dió un poco de agua a lo que él bebió gustoso. No se había dado cuenta hasta ese momento que estaba muy sediento. Los flashes de su memoria el día en que creyó casi morir se repetían inconscientemente. Creer que no volvería a ver a su esposo solo hacía que le doliera más el corazón.

—¿Nuestro bebé? ¿Cómo está?

Todos los miraron con sorpresa. Harry debe saberlo ya pero supone que no todos estaban enterados porque su mamá y la reina Anne se abrazaron y las chicas empezaron a vitorear alrededor de su cama.

—Están bien, bebé, ellos son fuertes igual que sus papás y soportaron todo.

—¿E-Ellos? —Louis creyó no haber escuchado bien.

—Son dos mi amor, dos cachorros. —Se formó una sonrisa al ver el brillo en los ojos azules de su esposo.  —Esperé a que despertaras para decírselo a todos pero creo que es buen momento. Oh, no, amor, no llores. —Harry lo sostuvo entre sus brazos. Sin querer comenzó a llorar y mojó todo su hombro. Sería padre de dos bebés, dos cachorros. Hijos de Harry y él.

¿Si había un arcoiris para ellos luego de la tormenta?

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El gran alfa se veía tan pequeño en la cama. Todo su torso estaba cubierto por los vendajes, tenía un par de hinchazones en el rostro y los brazos. Aún es un milagro que respire.

Liam quisiera poder hacer algo.

Pero Zayn era el hombre adecuado para mantener a salvo al príncipe. Su trabajo es dar la vida por Edward y por William pero no por eso era justo que le quitaran la vida sin haberla incluso empezado.

Pero detrás de todo eso, aún se veía guapo. Como un ángel.

Liam nunca había sentido atracción física hacia algún hombre pero desde que vió al pelinegro, no pudo parar de pensar en él.

Dejar de mirarlo cuando hablaban antes de dormir o cuando iban a despertar a los príncipes. Cuando comían en la cocina y lo hacía reír.

La forma como sus largas pestañas rozaban sus pómulos cada que parpadeaba, su mirada perdida en el mundo de los pensamientos, su labio inferior atrapado entre sus dientes, suspirando por saber que decir, era su momento favorito del día.

Ambos se encontrarían haciendo nada y Zayn le contaría sobre qué quería hacer y cómo lo haría. O compartiría pensamientos y arte que solo Zayn podría compartir.

Lo extrañaba. Ni había abierto ni una vez sus ojos en 6 días. No había presentado mejoría como Wi...Louis, por Harry se había enterado que por fin estaba de regreso y los bebés estaban bien.

A él solo le quedaba la esperanza que Zayn tuviera las fuerzas de pelear contra la pérdida de sangre. El doctor señaló que podría entrar en estado de coma si no reaccionaba pronto.

—Vamos Zayn, no puedes irte aún. Por favor. Quédate. — Tomó su mano derecha entre las suyas y trató de no sollozar. Niall estaba dormitando en una silla y una de las princesas había estado atendiéndolo con la ropa y comida. —Prometo que si despiertas, diré que si. Pero por favor, despierta.

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—No hemos tenido tiempo de hablar con tu familia y la mía aquí adentro. Sabes lo mucho que te amo y lo emocionado que estoy de que seremos padres, pero no puedo estar con alguien que tiene un hijo con otra persona. —Harry lo miró con un poco de dolor. Quisiera olvidar esa parte de su vida pero ahora le era imposible. Si esa mujer no hubiera aparecido, ni Zayn ni él ni sus hombres hubieran tenido que pelear.

—Ella no está embarazada de mi. Jamás la toqué o besé siquiera.

—Entonces, ¿Por qué a venir a decir todo eso?

—Lo hablé con ella. Por eso no te seguí inmediatamente porque sabía que perdería mi oportunidad. Ella tiene un tipo de obsesión conmigo.

—¿De dónde la conoces? Ni siquiera es de tierras inglesas.

—No quería contartelo pero te lo debo por el mal momento que te hice pasar.
—Harry tomó una inspiración y acercó el cuerpo se Louis hacia él. — El reino de mis padres estaba pasando por un mal momento. El que estaba a cargo del dinero que iba hacia los pequeños asentamientos en mi isla robó todo. Y desde hace muchos años. Papá no se dió cuenta porque jamás desconfió de él, eran amigos muy cercanos. Mamá también llevaba una amistad con su esposa así que todo parecía bien.

—Un día llegaron pobladores, muchos de ellos, a querer sacar a mi padre del castillo. Hubieras visto, estaban furiosos. Dejaron entrar a uno de ellos para que pudiera hablar con nosotros y nos contó todo lo que estaba sucediendo. Desde hace un par de meses que no tenían para comer. Las personas se estaban robando comida, agua, carbón, madera y yo salí a averiguarlo por mi cuenta. Un amigo mío me lo confirmó, incluso lo vi con mis propios ojos Louis.

Harry puso su cabeza en los muslos de su Omega.

—Había madres llorando con hijos desnutridos en sus brazos. Uno piensa que un par de meses es poco pero hay más gente pequeña que grande y no pueden pelear por su comida. Mi madre estaba conmigo y junto con mi padre decidieron pedir ayuda.  No queríamos hacerlo a tu madre ya que nos habían ayudado demasiado. Así que llegamos con el reino de los Jenner. Solo aceptaron si yo me casaba con su hija, Kendall. Yo no la conocí pero aparentemente ella sí a mí. Yo acepté porque también era mi reino —sollozaba entre sus palabras y Louis solo pudo acariciar sus cabellos— Pero antes de firmar el contrato, tu madre se enteró y nos ayudó sin chistar. Ni siquiera pidió nada a cambio, mi mamá fué quién le sugirió nuestro matrimonio. Aunque yo no hubiera sido tú alfa y una parte de mi no quería casarse contigo, lo hubiera hecho por lo mucho que le debía y debo a tu madre y al reino de Inglaterra.

—Oh, Amor. Yo, no lo sabía. —Puso las mano en su cabeza y lo atrajo hasta su rostro. —No dudé ni dudo del gran amor que le tienes a tu pueblo, bebé.

—Kendall dijo que estaba enamorada de mi y haría cualquier cosa por obtenerme Louis, me preocupa que ella haya sido quién mandó a los rebeldes. No eran ingleses, eran alemanes, y todo tiene sentido. Estaban preparados para atacar. —Abrazó muy fuerte a su pareja. —No dejaré que ella esté cerca de ti. Ni que te haga daño o a nuestros bebés. Nunca. Eres mi Omega y el amor de mi vida.

—Lo sé. Tu nos protegerás, mi alfa. —y se besaron.

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No me apedreen, falta la parte dos y si quieren me matan.

—a.