A Little Lie. 👑 [l.s. Omegaverse]

Duodeviginti

Non est ad astra mollis et terris via.

—Qué bien se ve, su alteza.

—Oh, Gemma, háblame de ti. ¿Cómo estás?

—Gorda. —Hace un puchero. —Tengo 4 meses de embarazo y parezco rueda de molino.

—Sé como te sientes. Con 8 meses siento que voy a reventar. Tu hermano hizo un buen trabajo.

—¿Es ofensivo si te digo que es asqueroso? No necesito saber la vida sexual de mi hermano.

Louis ríe —Mi hermana no se queda atrás contigo. Quién lo diría. Nos querían hacer competencia.

—No elegimos de quién nos enamoramos. —Gemma se sonroja y Louis se pone serio.

—Lo sé. No hay nadie que ame más en el mundo que a tu hermano. Lo haría todo por él. —El rey acaricia su vientre. —Y él haría de todo por nosotros.

-Y yo amo mucho a tu hermana, Louis, Charlotte es la mejor alfa que una Omega puede pedir. —La castaña ríe.

Hablando de los reyes de Roma, los alfas deciden aparecer y saludan a sus respectivas parejas.

—Estábamos hablando sobre su vida sexual. —Señala Louis a su hermana. —Eso si que es dar en el punto.

—Eres desagradable. ¿Cómo lo soportas, Edward?

—Es mi Omega. Está en mi sangre amarlo. —Harry muestra su punto, inclinándose y besando a su marido.

—Como sea, mamá pregunta si tomarás el mando antes o después que los bebés nazcan.

—¿Tan pronto? Esperaba que tuviera un par de meses más. —Louis dice preocupado.

—Los tienes, si es que lo deseas. Ella quiere dejarte el mando lo más pronto posible para tener su merecido descanso con su omega.

Gemma y Edward salen discretamente de la habitación y dejan hablando a los dos Tomlinson.

—¿Cómo estás? ¿Y nuestras hermanas, lo tomaron bien?

—No creo que algún día superemos a papá, Lou, pero la hace feliz y es un buen hombre. Las chicas y yo estamos feliz por ellos. Y veo que tú también.

—Lo soy, si. —Louis sonríe. —Solo me preocupaban ustedes. Son mis bebés, las cuatro.

—Seré madre en poco tiempo Louis, estoy grande.

—No hasta que Gemma te saque de blanco de éste castillo. —Lottie rueda los ojos. —Ven aquí y dale un abrazo a tu hermano. Iría yo pero los bebés pesan mucho.

—Hablando de dar en el punto. Yo los llamo un dos por uno.

Louis le lanzó el peine que tenía cerca y rieron.

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Edward y su hermana se encontraban conversando en el pasillo hasta que un grito estremecedor los interrumpió.

El estruendo provino de la habitación que el ojiverde compartía con su esposo. Se le heló la sangre y corrió directamente hacia él. Gemma lo seguía tan rápido como podía y escuchaban los pedidos de ayuda de Charlotte.

—¿Qué pasó? —Edward preguntó al llegar al lado de su Omega, quién se encontraba tirado en el suelo con las piernas abiertas y llorando de dolor.

—Estábamos jugando, hasta que Louis se paró para irnos fuera cuando se resbaló y cayó de vientre al suelo.

—¡Llama al doctor! ¡Ahora! —Harry mandó. Cómo si su vida dependiera de ello, Lottie salió de la habitación y en menos de un par de minutos tenía al doctor real a su lado. Harry le había estado dando palabras de apoyo a su compañero mientras lo tomaba de las manos. —¿Van a estar bien?

—Los bebés tienen que nacer ahora mismo, príncipe Styles. La bolsa se rompió de una manera no natural y en poco tiempo empezará a sangrar, dejando a los bebés adentro sin el oxígeno que necesitan.

—¿Qué tengo que hacer? —Preguntó, con calma el más joven.

—Rezar y esperar que todo vaya bien.

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No era común ver a un alfa en la habitación cuando su Omega estaba teniendo a sus bebés. La posibilidad de perder el control era muy alta y no querían que nada le pasara al partero cuando se daba el alumbramiento.

Louis rogó que Harry se quedara. Y Harry prometió no intervenir en la cirugía.

—Tu eres muy fuerte, amor mío, estarán bien, lo prometo.

—Lo sé. —Louis sonrió débilmente y tomó la mano de su esposo entre la suya. Se encontraba pálido y cansado, como si un minuto se hubiera tomado toda su juventud.

Harry pedía en el silencio de su mente que todo fuera bien con Louis y sus cachorros.

—Necesito que lo mantenga despierto. —El doctor mandó y Harry asintió.

—¿Recuerdas cuando nos encontramos en el pueblo? —Louis fijó la vista en su alfa y Harry siguió hablando. —No pude quitar mi mirada de ti. Eras lo más hermoso de ese lugar. Siempre supe que si algún día te vería, nunca más podría superarte. Todos éstos años me imaginé qué hubiera pasado si yo no hubiese actuado como un niño llorón y no intentar seguir en tu vida. —Louis hizo un sonido. No podía hablar porque sentía el dolor de la incisión en su vientre. —No fué tu culpa, debí entender tu sufrimiento. Desde que somos niños te amé, y sé que era amor porque no quería pasar mi tiempo con nadie que no fueras tú, no podía pensar en otra cosa que no fuera tu rostro y el sonido de tu risa y de tu voz. Lloré tanto. Pero no haría nada diferente si terminamos como en éste momento, esperando el nacimiento de nuestros bebés. —Vió como Louis sonreía y lloraba. Pero también se quedaba dormido. El ojiverde echó una mirada a lo que el doctor hacía y vió una gran cantidad de sangre, que hizo a su lobo aullar. Trató de tranquilizarse a sí mismo pero sintió cuando sus garras y colmillos salieron a la superficie.

Luego, fué un borrón, primero trataba de atacar al doctor y al segundo se encontraba siendo llevado por los guardias mientras veía a lo lejos cómo Louis le sonreía y se desmayaba.

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—Estoy más tranquilo. —Harry dijo. —Solo quiero ver a mi Omega y mis hijos, ¿Podría? —Los guardias no se movieron ni un centímetro pero mostraron una cara de disculpa.

—Está bien, déjenlo pasar. —Lottie dijo dentro de la habitación.

Harry no recuerda haberlas visto pero la mamá y hermana de Louis estaban adentro junto con su mamá y Gemma. Todas se miraban afligidas y de la nada aparecieron Niall, Zayn y Liam para reconfortarlo.

—¿Qué está pasando? ¿Louis? ¿Mis hijos? —Harry miraba a todos lados en busca de respuestas. Al no encontrarlas, entró directamente a su recámara y vió como dos omegas tenían a cada bebé en sus brazos y Louis no se movía sobre la cama.

Se acercó a ver sus hijos. La primera era una niña, con rizos dorados alborotados y muy blanca como la nieve. Por otro lado, su otro bebé era un varoncito, quien nació completamente sin un vello y era más rosadito que su hermana. Cuando llegó a Louis, se le partió el corazón al verlo tan pálido y cansado. No entró en pánico hasta que notó como sus respiraciones eran bajas, apenas sonoras. Como un soplo de aire.

—Los bebés están bien, Edward, lamentablemente mi hermano perdió mucha sangre y ahora solo podemos esperar a que él reaccione. Desear... —La interrumpió Harry haciendo con la mano un gesto de que había oído suficiente. Atrajo una silla hacia él y se sentó al lado de la cama.

—No me moveré hasta que él regrese.