GOLPEANDO LAS PUERTAS DEL CIELO

133 10 0
                                    

GOLPEANDO LAS PUERTAS DEL CIELO இڿڰۣ-ڰۣ-

Por aquella época y ya cantando en el coro de la Iglesia, muchas veces me pedían que los acompañara tocando el piano siendo así el centro de reuniones escolares o religiosas, gracias a mi voz de soprano tenía un puesto ya definido en el staff, pero al darme cuenta de lo versátil que podía ser mi registro vocal, trataba de ir mudándome de posición pasándome a la sección de los tenores.

Esa peculiar particularidad de desconcertar al profesor cantando en otras tonalidades sin que se diera cuenta, hacía que me divirtiera robarles las partes a otros chicos, pero el director tenía el oído más afinado que recuerdo y solía fastidiarse si no respetaba lo que él quería.

Por lo tanto debía esforzarme mucho más para que no reconociera que quien cantaba no era el que tenía que hacerlo y aunque lo había iniciado como una especie de juego, tampoco me gustaba limitarme pudiendo alcanzar notas mucho más elevadas, había notado desde temprano que era dueño de por lo menos cinco tipo de voces distintas, lo cual me impulsaba a seguir tomando esas clases que eran las que más me atraían.

Como sabía más canciones góspel que ningún otro chico en el templo y por qué no, seguramente en todo el maldito pueblo, me presentaba a cuanto concurso religioso proponían, en los cuales se debía contestar acerca de diferentes pasajes de La Biblia y afortunadamente casi siempre terminaba ganándolos.

Al principio los reconocimientos eran pequeños trofeos, medallas y cosas sin mucha importancia, hasta que en quinto grado había llegado el premio mayor para mí, al terminar ganándome una pequeña radio, todo un acontecimiento sin dudarlo, no sólo porque nunca irían a comprarme una, sino porque más tarde se convertiría en algo verdaderamente trascendental.

Así llegaron los mejores días de aquellos apesadumbrados años, recuerdo que me pasaba el día escuchando las novedades musicales que iban apareciendo y durante las noches escondía el aparato bajo un almohadón, escuchándolo gracias a un precario auricular que me había conseguido por ahí.

Siempre temía que me encontraran, sí llegaba a pasar eso y me descubrían escuchando música hasta tan tarde, lo más probable era que se armara un terrible escándalo, pero el problema no sólo era que probablemente irían a quitarme la radio, sino que además me iban a pegar con un cinturón por estar escuchando canciones que no debía.

En verdad mis comienzos en la música fueron muy duros en medio de una familia prohibitiva y fanática religiosa, ya que en mi hogar era vista como algo maldito y especialmente tratándose de Rock N' Roll el cual era considerado prácticamente como un instrumento del diablo, hasta que un día oí un tema de Led Zeppelín y sentí como la fuerza de esa canción y la melodía me atravesaban el cuerpo y el alma como una espada:

'Hace mucho que no bailo el Rock N' Roll, hace mucho que no me doy una vuelta por ahí... no puedo contar las lágrimas de una vida sin amor, llévame de vuelta, llévame de vuelta nena, al lugar del que vengo, hace mucho tiempo, hace mucho tiempo que he estado muy, muy solo'. Nunca más olvidé ese momento.

Al llegar a clases al día siguiente, le comenté a algunos compañeros acerca de Zeppelin, buscando saber más sobre la banda o el tema que había escuchado la noche anterior y ellos empezaron a bromear y a divertirse con el hecho de ahora tener que ocultarme con tal de zafar del mandato pentecostal.

Sólo sé que desde esa vez, me sentaba cada tarde en un rincón girando el dial como un loco para oír de nuevo esa canción y fue así, como cada nueva tarde hacía lo mismo una y otra vez, hasta que las primeras sospechas comenzaron a manifestarse.

Una mañana iba con mi padrastro en automóvil, lo acompañaba hacía el almacén a hacer algunas compras y por la radio sonó 'Mandy' de Barry Manilow, entonces casi sin querer, yo comencé a tararearla:

'Llorando en la noche, la noche se convierte en mañana y la mañana, ya es otro día, personas felices pasan por mi camino mirando en sus ojos, veo un recuerdo, sin nunca haberme dado cuenta de lo feliz que me hiciste, Oh Mandy, tu viniste y diste sin tomar nada y yo te hice partir, oh Mandy'

Entonces Stephen cambió rápidamente de emisora pegándome además un memorable sopapo, casi de inmediato comencé a llorar, en verdad mas por la vergüenza que por el dolor, ya que algunas personas estacionadas alrededor del viejo vehículo, parecían haber observado la escena.

Sin embargo al crecer, muy dentro de mí, algo me decía que ese castigo físico que tanto mis hermanos como yo recibíamos no era correcto, hasta que finalmente con la llegada de mi adolescencia comprendí cómo debían de ser verdaderamente las cosas.

A los 12 ó 13 años, era tanto lo que había aprendido acerca del viejo y nuevo Testamento que fui elegido para dar clases de catequesis a los más pequeños, encargándome de la tarea de tener que trasmitirles acerca de todos esos tipos de dogmas religiosos, también debía empezar a participar como monaguillo y seguir cantando en el coro, lo cual hace un tiempo ya se había convertido en un muy buen entrenamiento para seguir alimentando mi pasión.

A su vez siendo ahora monaguillo al fin justificaba el llevar ese corte de pelo algo ridículo que tenía desde muy chico, tan particular y con ese flequillo tan prolijo y a tono con mi personalidad de ese entonces, aunque nunca me haya agradado demasiado ni me favoreciera en absoluto, pero que me hacían lucir a la fuerza sin lugar a opiniones y para eso, necesitara visitar al peluquero cada 15 días, muy a mi pesar.

Lo bueno, era que cada vez me encontraba más interesado en la música, hasta el punto de decidir que mi futuro estaría ligado a ella, así que en la Iglesia empecé a tener cierta mala fama por tocar temas de Black Sabbath en el piano, pero pocas cosas me habían marcado hasta ese momento tan a fuego en la vida, como el hecho de sentirme luego abandonado por Dios.

En definitiva y salvando las distancias, así también se había sentido alguna vez el mismísimo Jesús ¿Entonces porque no podría estar pasándome a mi? Había visto a mi padrastro cantar en perfecto japonés, enchufado con los ojos cerrados, manejando por la ruta a cien millas por hora sin chocar un sólo auto sin saber una palabra en japonés, había visto gente sanarse, había visto leer a gente sin ojos y era muy extraño reconocer que jamás nada de eso me había pasado a mí.

Siempre gané los concursos bíblicos, me había involucrado en la escuela dominical, tocaba el piano y seguramente sabía más canciones góspel que nadie en el mundo, pero sí existía alguien ahí arriba, realmente nunca había llegado a conocerlo, hasta ese momento no tenía ni una sola pista al respecto y así entonces fue, como antes creía en Dios hasta sentir que después él me abandonó.

இڿڰۣ-ڰۣ-

Hoy domingo no pienso descansar! Aqui estoy para postear al menos algunos párrafos mas de mi libro MR ROSE con tal de compartirlos con quienes gusten leer del otro lado, si bien no subiré mi obra completa, realmente les estoy dejando grandes postales! espero lo difruten agradezco los comentarios y el respeto, sobre todo eso.

Desde ya que AGRADEZCO MUCHÍSIMO sus VOTOS! Cada estrellita que aparece me da más y más ganas de seguir investigando, por eso ya les mostraré más, ni se imaginan todo lo que se viene! GRACIAS por leer la vida de esta súper estrella de Rock: W. Axl Rose!

Que se diviertan y emocionen!

Lucy

FOTO: Gracias Pazie de Ecuador por enviarme tu foto con Mr Rose! 

MR ROSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora