HIJO DE NADIE

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No sé si en realidad estaban haciéndome una especie de favor al estar echándome de casa, de todas maneras las cosas habían llegado a un cierto punto y límite, ya no soportaba mas estar metido en ese infierno en el cual se había convertido mi vida.

Pero poco antes de este suceso, el tener que abandonar el lugar donde estuve durante tantos insufribles años, buscaba algunas cosas en el altillo, necesitaba usar el auto y no podía intentar conducirlo de nuevo sin adulterar previamente ciertas letras y fechas, aunque la cárcel ya se me hacía conocida, no pretendía terminar acostumbrándome a sus celdas.

Así fue como llegó el día en el cual se develó el gran misterio que envolvía mi existencia, un momento clave para que luego de tanta amargura todo tuviera cierto sentido para mi, tan trascendental como necesario, fue como un relámpago que pegó contra el piso, rebotándome en el pecho con su eléctrico reflejo, como un latigazo que me despertó de golpe, pero a la vez me trajo algo de alivio y una explicación al gran enigma que se venía formando hace ya bastante tiempo.

Fue justamente buscando estas licencias entre los objetos personales de mi madre donde me topé con unos papeles del seguro, atados junto con unos certificados donde aparecía el apellido 'Rose', noté que las hojas estaban un tanto deterioradas cuando las tuve entre mis manos, inclusive traté de no romperlas hasta descifrar las primeras líneas, daba la impresión de que los papeles habían estado ocultos mucho tiempo en otro sitio, un lugar húmedo y posiblemente más recóndito.

Pero a pesar de todo, parecía haber fracasado el intento de que aquellos secretos no pudieran haber sido nunca revelados, porque la verdad pesaba más que cualquier mentira disfrazada y aunque hubiese preferido haberla conocida de otra manera, existía un pasado que ya estaba escrito y me tocaba ineludiblemente estar leyéndolo con mis propios ojos y tenerlo agarrado tan fuerte entre mis dedos, temblando, como una especie de espejismo o de visión lejana de un tiempo que fue y muchos hubiesen querido que quedara decididamente atrás.

Mi madre Sharon había estado casada en sus primeras nupcias con un tal sujeto apodado William Rose y posiblemente él se trataba de mi verdadero padre biológico, quien me había abandonado poco después de haber nacido sin obtener muchas más pistas de él, así fue como me tocó descubrir lo inconfesable, lo bochornoso e inmoral, algo que no debía ser conocido por nadie, oculto durante años sin ningún indicio de que alguien supiera donde se encontraba.

Pero tuve que ser yo quien se chocaba de frente con aquello que en el pasado había sido una vergüenza, la mismísima perdición, lamentablemente mi madre había cometido la torpeza de no haber destrozado el papel, de no haberlo quemado, enterrado o escondido al menos un poco mejor.

O tal vez ese documento era lo único que le quedaba del fugitivo Rose y deseaba conservar ese recuerdo plasmado aunque sea en esa amarillenta y vieja hoja de papel, allí podía leerse su firma, sus letras desprolijas y ya poco legibles, de todas maneras estaba convencido de que confiaba a ciegas que su primer hijo nunca estaría tan atento a esas cuestiones y mucho menos preocupado en estar indagando esos asuntos tan privados.

Por lo tanto no me habían contado que tenía un verdadero padre hasta que tuve 17 años, dándole hasta ese entonces, esa categoría a quien en verdad se trataba de mi padrastro, pero estar enredado en una mentira y una farsa tan descomunal como esa, tenía una única cosa buena y fue cuando tuve el conocimiento del apellido 'Rose'.

Entonces comprendí como la verdad te hacia libre y que nunca había nacido como Bill Bailey, que en realidad yo era William Rose y por lo tanto inmediatamente me convertía en parte de él, tomé la inicial y su apellido: W. Rose, porque así lo sentí en esa milésima de segundo y porque realmente el haber sido Bill, había sido todo una mierda.

MR ROSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora