Seis

41 0 0
                                    

- Lo principal es aceptar que uno nunca entiende nada.

- Ja. Puede ser.

- No, es verdad. Te lo juro.

- Puede ser. Te lo digo, puede ser.

- Si todos aceptáramos de una buena vez que no entendemos nada nunca, las vez las cosas comenzarían a cambiar.

- No veo cómo, pero si tú lo dices...

- No, no es que yo lo diga, es que así es.

- Explícate.

- Mira, cuando creemos que entendemos algo, creemos dominarlo de alguna manera, eso nos permite hacer uso de ellos y lograr algo, ¿cierto?

- Mmm, no veo el punto.

- Justo eso. Justo eso.

- ...

- Sí, mira, si tan sólo tuviéramos la humildad para aceptar que no entendemos nada nunca, nos daríamos cuenta de la cantidad de cosas que no necesitamos, del inmenso mar de acciones sin sentido, de la infinidad de palabras que no significan nada, de todo aquellos que sólo nos mata.

- Ya comenzaste a leer tus cosas raras...

- Por favor, esto es algo serio.

- Todo siempre es cosa seria para ti.

- En fin, el punto es que el mayor pecado del hombre es creer que entiende. Y lo peor, actuar en consecuencia de esta estúpida creencia.

- Todos sabemos que la humanidad es estúpida.

- No, no voy a eso.

- Entonces...

- No estoy diciendo que la humanidad sea estúpida, sino que tiene creencias estúpidas.

- Bueno, el hombre es lo que cree.

- Sí, por eso. Mira, si el hombre aceptara su incapacidad para entender algo alguna vez, no andaría por la vida queriendo ser rey, amo y señor, dueño, líder, gobernante, general, dios... si fuera humilde, aceptaría su destino sin querer dominar ni poseer nunca nada.

- Yo creo que el hombre aceptar muy bien su destino. Un destino doble: matar y morir.

- Mmm, no, no iba a eso.

- Tal vez crees de más en el ser humano.

- Puede ser, pero no creo que ése sea el tema ahora.

- No, sí lo es. De hecho, ese es el tema fundamental.

- Cuál. ¿Mi creencia en el ser humano?

- No, no justo así. Todos creemos en el ser humano.

- No creo.

- Claro que sí.

- Mmm, creo que nos hemos perdido ya...

- Eso no es ninguna novedad.

- Ja.

- Ja.

- Bueno, lo que quiero decirte es que cada vez que hablo con un científico, me dan ganas de reír y tirarme al suelo a carcajearme.

- Por qué.

- Porque creen que entienden, y que lo entienden casi todo...

- De alguna manera lo hacen...

- ¿Entender?

- Sí.

- Por dios, pero cómo puedes decir eso. Los científicos son las personas más limitadas del mundo en cuanto al entendimiento.

- ¿Estás seguro de eso?

- ...

- Jajaja...

- Jajaja... Bueno, pero me explico, ¿no es así?

- Pues no del todo.

- Mmm, ok, dejemos a los científicos a un lado...

- Sería una buena idea.

- Bien.

- Bien. Entonces, a lo que me refiero es a que aceptar que en realidad no entiendes nunca nada de nada, sería un buen inicio para dejar de sufrir.

- La naturaleza del hombre es el sufrimiento. Lo sabes, lo sabes muy bien.

- Mmm, no... está bien, puede ser, pero...

- Pero qué...

- No sé, creo que no me entiendes...

- Es obvio que no, pero tal vez no es que no te entienda, sino que no sabes explicar las cosas.

- Pero cómo saberlo...

- No sé, dímelo tú.

- No, pues no sé.

- No entiendo ya nada...

- Claro.

- ...

- ¿Ves?

- Qué.

- Te digo, uno no entiende nunca nada.

- Bueno, no seas simplista. En este caso creo que tú no sabes explicar lo que traes en la cabeza. Creo que tú mismo no entiendes muy bien lo que quieres decir. No veo a dónde vas con todo esto.

- Pues yo sí, pero puede ser que no sepa explicarlo. Puede ser...

- Eso pasa porque no lo tienes claro. Estás confundido.

- Puede ser.

- Piensa bien en lo que quieres decir, y luego hablamos.

- ...

- ...

- Eres nefasto.

- Jajaja...

- ...

- Qué. Tranquilo.

- ...

- Jajaja...

- Esto es algo serio.

- Lo sé, lo sé. Para ti todo es cosa seria.

- Eres un idiota.

El libro de las conversacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora