- Qué raro que fueras a casarte con una mujer así.
- Por qué.
- Pues no tiene nada que ver contigo.
- Eso es lo que todo el mundo decía.
- Es la verdad.
- Puede ser, nos amábamos de una forma poco ordinaria.
- Además, fue demasiado tiempo.
- Nunca es demasiado, no para mí, créeme.
- ¿Diez años? Es una vida.
- La vida sigue.
- Sí, claro, pero qué difícil.
- Me basta con saber que vengo de sentir, tal vez, lo más grande e intenso de toda mi vida.
- Qué envidia.
- Qué.
- Sentir eso.
- Es normal. A todos nos toca.
- No, no es normal. No a todo el mundo le pasa eso. Eres afortunado.
- Creo que a todo el mundo le toca sentirse feliz alguna vez en la vida. Y sí, me siento afortunado, por mí, podría morir mañana.
- No te creo.
- Qué.
- No creo que para ti todo esté completo. Acabas de decir que nunca es suficiente. Quieres más.
- ...
- No creo que quieras morir mañana.
- Es un decir, me refiero a que lo que sentíamos fue tan intenso que me costará mucho sentir de nuevo algo similar.
- ...
- Lo más seguro es que jamás vuelva a sentir algo similar. Mi tiempo ha pasado.
- Sí, es lo más seguro. Esas cosas, si pasan, suceden una sola vez en la vida.
- Sí.
- Ni modo. Ya te tocó.
- Sí.
- Pero qué bueno, qué envidia.
- Por qué, ¿por lo que yo sentí o por lo que sentían por mí.
- Es lo mismo.
- No lo sé.
- Me gustaría sentir algo así.
- A mí me gustaría seguir sintiéndolo.
- ¿Lo que tú sentías o lo que sentían por ti?
- Ambas cosas.
- Te digo, es lo mismo.
- Puede ser.
- Y por qué se separaron.
- No sé.
- Cómo no vas a saberlo.
- Nuestras vidas son distintas.
- De eso no hay ninguna duda. Es evidente. Pero debe haber algo más. Alguien debe ser culpable.
- No sé si hay culpables, pero ahora sé que el amor no es suficiente.
- No sé, yo creo que es suficiente si es verdadero. En tu caso, tal vez se rompió, algo o alguien lo rompió. O tal vez sólo se desgastó, es natural. Las cosas no duran para siempre.
- Puede ser.
- ¿En verdad no sabes por qué se separaron? No te creo. Es imposible no saber.
- Tal vez no quiero saber. Tal vez tengo miedo. Tal vez soy yo el culpable. Tal yo soy ese algo o alguien que rompió ese amor. Qué importa, hablar de eso ahora no es más que memoria, una reconstrucción sujeta a todo tipo de manipulaciones conscientes e inconscientes.