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...

— Mamá. — Llamó el pequeño niño. — ¿Quién es Von? — Preguntó curioso mientras veía que su madre recitaba un poema a una figurilla de papel.

— Von es la diosa del mundo espiritual, Min-ah. — Susurró la mujer. — Es la diosa de la esperanza.

— ¿Y ella que hace? — Preguntó con aún más curiosidad mientras detallaba mejor la imagen de una pequeña mujer de cabellos negros y piel pálida.

— Ella cumple los deseos de tu corazón si le pides con fe. — Susurró la mujer. — Debes agradar su corazón para que ella esté presente en tu petición.

— ¿Puede pedir cualquier deseo? — Cuestionó.

— Solo si lo pides con las esperanzas puestas en ella y con sinceridad.

...

El silencio que embargaba la sala era tan frío y tenso que ninguno tenía la capacidad de poder entablar una conversación para romperlo. JungKook fingía jugar algo en su celular, cuando en realidad el aparato ya llevaba diez minutos de haberse apagado por batería baja, TaeHyung fingía dormir aferrado al cuerpo del maknae, Jin y Nam trataban de sacar algún tema de conversación pero ambos fracasaban en cada intento, Hoseok se "distraía" dibujando unos stickers de la línea BT21, y Jimin... Jimin solamente se mantenía aferrado a una almohada mientras la tristeza lo dominaba completamente.

Habían pasado dos semanas ya.

Dos largas y agobiantes semanas en las cuales las risas habían desaparecido completamente del rostro de cada uno, en la cual llegaban para cenar y solamente eran seis los presentes en la mesa, dos semanas en las cuales Hoseok había ido cada cierto tiempo al estudio de YoonGi para simplemente sentirse más cercano a él, catorce días en los cuales Nam y Jin tuvieron que mover cajas y cajas de un lado para otro, dos semanas en las cuales JungKook y Taehyung corrían al genius lab solo para encontrarse con la puerta cerrada y las luces del lugar completamente apagadas, catorce días en los cuales Jimin se aferraba con todas sus fuerzas a la ropa del mayor y dormía abrazado con la almohada de éste.

Minnie. — Llamó el mayor del grupo mientras el castaño se rompía en llanto nuevamente frente a todos. — Ya no llores bebé. — Jin se movió hasta el cuerpo del menor y lo aferró en un fuerte abrazo. — Por favor. — Pidió con la voz rota mientras intentaba no dejarse ganar por la tristeza que se hacía presente en él cada día.

Él ya no está, hyung. — Susurró el menor mientras las lágrimas seguían su camino. — Él se fue y me dejó. — Mencionó con la voz rota.  Jin iba a negar aquello, pero el llanto de TaeHyung lo interrumpió.

— Lo siento. — Susurró el de cabellos azules mientras se levantaba del sillón. — Yo no puedo seguir fingiendo que estoy bien. — Salió de la sala en donde minutos antes estaban todos reunidos, seguido de él fue JungKook dejando en la sala una pequeña sensación de incomodidad. Jimin siguió aferrado a los brazos del mayor mientras a su mente llegaba la imagen de una pequeña mujer pálida de cabellos negros, de repente los brazos de SeokJin habían desaparecido y ahora no se encontraba en la sala del apartamento en donde vivía con Bangtan, su mirada vagó por el lugar en donde se encontraba, todo estaba cubierto por una verde vegetación y había una especie de cascada al final del camino, levantándose temerosamente ante el cambio de realidad que estaba viviendo; avanzó en completo silencio hasta que llegó a la orilla de la pequeña laguna que se formaba gracias a la caída del agua, en el centro de esta había una pequeña isla en la cual la misma mujer que minutos antes había imaginado se encontraba jugando con el agua.

Jimin-ssi. — Saludó la pelinegra sin apenas levantar la mirada. — Estuve esperando por ti.

— ¿Quién eres tú? — Preguntó el castaño. — ¿En dónde estoy?

— ¿Cuál es el deseo de tu corazón? — Preguntó la pequeña mujer ignorando por completo que Jimin le hubiese preguntado algo anteriormente.

— ¿Cómo? — Cuestionó el castaño mientras se dejaba caer en el verde pasto y observaba todo a su alrededor.

— Eso. — Respondió vagamente la mujer. — Si pudieras pedir un deseo a cambio de algo. ¿Qué pedirías?

...

— MinMin-ah. — Llamó el mayor. — Si pudieras pedir un deseo ¿Qué seria?

— La respuesta es obvia hyung, pediría ser feliz contigo siempre.

...

La flor de la esperanza muere cuando la fe lo hace. — Susurró la pelinegra. — Si pides un deseo y agradas mi corazón, yo puedo cumplirte todos tus deseos a cambio de algo. — Sonrió. — ¿Qué estás dispuesto a ofrecer Jimin-ah?

— No entiendo. — Susurró el castaño. La mujer negó divertida mientras seguía chapoteando el agua con sus pies.

— El verano y el invierno se fusionan, él duerme eternamente bajo el bucle del tiempo, todo lo que sana trae esperanza. — Mencionó sin sentido alguno mientras el agua de la pequeña laguna empezaba a ganar fuerza. — Ella trae esperanza. — Culminó. — Mi nombre es Von. — Alzó la mirada por primera vez, Jimin se sintió pequeño ante la intensidad que brillaba en los orbes azules que lo veían. — Soy la diosa del espacio al que ustedes llaman limbo y tu sufrimiento agradó a mi corazón.

— Ella cumple los deseos de tu corazón si le pides con fe. — Susurró la mujer. — Debes agradar su corazón para que ella esté presente en tu petición.

— Entonces, Jimin-ssi. — El castaño sintió un escalofrío recorrerle la espina dorsal. — Si pudieras pedir un deseo ¿Cuál sería? — Cuestionó. — Si pudieras dejar atrás algo para que yo cumpla tu deseo, ¿qué dejarías para ser feliz?

...

— Te amo, te amo, te amo. — Susurró el menor mientras se dejaba caer encima del mayor, YoonGi rió divertido ante el arranque cariñoso del castaño. — Te amo porque me viste a mí cuando era nadie, me ayudaste a crecer.

— Yah. Min-ah, déjame que llenas de baba. — Fingió asco mientras Jimin reía divertido y seguía llenándolo de besos por todos lados. — Te amo también.

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— Quiero ser feliz con YoonGi-hyung. — Pidió de forma directa sin titubeo alguno y devolviéndole la misma intensidad que la pelinegra le regalaba. — Toma lo que quieras, no me importa.

— Oh... ¿Y él era feliz contigo? — Preguntó la pequeña mujer divertida. Jimin asintió seguro de ello.

— Te concederé el deseo que hay en tu corazón bajo mis reglas. — Jimin sonrió. — Y te mostraré todos y cada uno de tus errores, Jimin-ssi. — Agregó haciendo que el menor frunciera el ceño. — Luego te daré nuevamente la oportunidad de escoger.

— No entiendo. — Susurró el castaño. Von sonrió.

— Lo vas a entender después, Jimin-ah.

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¡Muchas gracias por sus votos y por leer!

¡Hasta la próxima!

Pide un deseo » YoonMin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora