Pide un deseo » YoonMin.

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Jimin despertó sobresaltado y con la respiración acelerada. Le costó varios minutos lograr calmarse, su cabeza dolía de gran manera. Ante la suavidad en la que se vio envuelto, parpadeó confuso varias veces antes de abrir por completo los ojos y enfocar su mirada en la preocupada del pálido que estaba al frente de él.

— ¿Amor? — Preguntó con duda aún mientras veía al mayor observarle fijamente. YoonGi sonrió.

— ¿Pasa algo malo Jimin-ah? — Cuestionó el pálido. Jimin empezó a negar antes de prácticamente sentarse a horcajadas encima del mayor y besarlo. YoonGi se sorprendió por el acto tan repentino, pero no se negó.

Nunca lo haría.

Jimin lo besó con extremado cariño y cuidado, como si quisiera grabarse la sensación y memorizarse el sabor de aquellos besos. YoonGi se dejó mientras con sus manos acariciaba la cintura del castaño.

— Bebé. — Llamó con voz ronca cuando Jimin se separó y empezó a repartir besos por todo su rostro. — Jimin-ah. — Sonrió divertido mientras sentía los belfos del menor descender desde su cuello hasta sus clavículas. — ¿Pasa algo? — Cuestionó.

— ¿Sabes que te amo mucho hyung? — Preguntó Jimin alzando la mirada para ver al mayor. YoonGi asintió. — Te amo muchísimo y eres el único en mi vida. ¿Lo entiendes? — YoonGi frunció el ceño confundido por el actuar del menor. — Si hay algo mal, si algo te está afectando... — El pálido se tensó y Jimin fue claramente consciente de eso. — No dudes en decírmelo. — Susurró antes de besar castamente los delgados labios de su pareja.

YoonGi suspiró sonoramente mientras volvía a sentir al menor moverse encima de él, había pasado demasiado tiempo en el que ambos prácticamente se distanciaron, despertar de esta forma y tener a Jimin entre sus brazos una vez más, lo hacía volver a sentirse seguro de sí mismo y lo que tenían. En ningún momento había dudado de sus sentimientos y tampoco empezaría a hacerlo. Amaba al castaño que reía sin motivo alguno frente a él.

Lo amaría siempre. A pesar de todo, y porque lo amaba, tenía que dejarlo ir para protegerlo.

— Jimin-ah... Voy a salir. — Susurró bajando la mirada, no queriendo ver al menor. Jimin asintió mientras a su mente llegaba el nombre de HyeSoo.

Sabía perfectamente que YoonGi jamás le contaría sobre la chica, no porque no lo quisiera, sino porque YoonGi siempre iba a tratar de mantenerlo al margen de los problemas que pudieran afectarle.

Pero no lo dejaría. Esta vez serían ambos quienes afrontarían la situación, así que cuando vio que YoonGi iba saliendo de la habitación, habló.

— Sé que lo que trama HyeSoo-noona. — Mencionó sin más. YoonGi se tensó en su lugar antes de dar la vuelta y ver al menor. Jimin estaba serio en su lugar. — Lo sé YoonGi, fuimos unos auténticos idiotas al caer tanto en sus trampas, pero yo mismo reconozco que ella tuvo razón en algo.

YoonGi le observó con temor y el menor se maldijo internamente. Odiaba ver a YoonGi vulnerable, más si era por su culpa, así que levantándose de la cama, avanzó con paso lento pero decidido hasta el mayor.

— Nunca me perdonaré por darle más importancia al fanservice que tenía que hacer que a nuestra relación. — Soltó. YoonGi le observó en silencio sin decir nada. — No solo dañé nuestra relación, hice que tanto tú como Tae se sintieran incómodos y eso no era mi intención, mucho menos la de JungKook. — Suspiró pensando en el maknae y su mejor amigo. Luego, cuando todo pasara, tendría tiempo para ir a hablar con ambos, abrazarlos y darles la suficiente fuerza para que siguieran adelante. — Al igual que yo, que te amo más de lo que puedas imaginar. — Rió avergonzado. YoonGi también sonrió mientras sus ojos adquirían un brillo, seguramente por las lágrimas que estaba tratando de retener. — JungKook ama a Taehyung, nunca pasó nada, ni pasará. — Concretó serio. — Porque ya tenemos nuestro destino junto a nosotros.