Capítulo 20.- Pensamientos.

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Katsuki preparó la comida, y ahora Kirishima lavaba los platos sucios.
Sentado a la mesa, resposando su cuerpo sobre ella, Bakugou mensajeaba con la única persona que conocía su número y la única que en ese momento gobernaba sus pensamientos.

Realmente, no estaban hablando de nada relevante pero él dejaba escapar unas cuantas sonrisas traicioneras al ver los emojis que ella usaba para decorar cada uno de sus mensajes.
Una fuerte sensación de querer verla se apoderó de él. ¿Cómo era posible que se perdiera tanto por una chica así?

El lado racional de Bakugou lo llamó en más de una ocasión para encontrar una respuesta: era bonita, pero no tanto. El tiempo que compartió con ella en la secundaria le hizo ver que no destacaba en nada con particularidad y que era sólo una alumna promedio más; de esas que los profesores pueden ubicar como una buena alumna, pero que no recordarían su nombre a largo plazo.

Ella hablaba de una película que vio en la T.V. y que era tema de conversación en común con sus amigas. No era demasiado bueno leyendo las emociones de las otras personas por medio de mensajes de texto, pero supuso que ella estaba feliz de compartir aquello con él.

—¿Hay algo más que quieras que haga aquí, su tiranidad?— "¿Eso era una palabra?" Pensó Bakugou mientras lo miraba fijamente con esos ojos carmesí tan característicos de él, fingiendo a su vez una expresión de aburrimiento tratando de esconder su previa alegría. Llegó a la conclusión de que esa palabra aparentemente inventada hacía referencia a una fusión forzada de "su majestad" y "tirano", y muy para sus adentros, encontró aquello divertido sin embargo, no dejaría escapar ni una sola y mínima sonrisa delatora.
La lluvia se había detenido, pero el cielo seguía nublado en su totalidad y, en ocasiones, un trueno traicionero sacaba de Kirishima un débil sobresalto.

— Debe haber algo más que puedas hacer...— le respondió, viendo el piso limpio, pues Bakugou no lo alimentaría si no lo aseaba primero. Kirishima lavó tres cargas de ropa, ayudó a acomodar cuadros del despacho de Bakugou y por supuesto, también lo ordenó. Incluso sacó un poco de polvo de algunos muebles.— Quizás puedas lavar el baño, o limpiar las ventanas ya que nunca lo he hecho yo.

—¡Por favor hombre! ¡Ya basta!— se lamentó.

Un nuevo mensaje distrajo a Bakugou.

"Te importaría si te llamo? 😊🙈❤️"—Decía aquel texto.
Al instante, la mente de Bakugou se borró y quedó en un blanco absoluto.
Era incluso probable que se ruborizó, pero Kirishima, el único testigo, seguía quejándose de que "ni en su propia casa hacía tanto aseo como hizo aquel día por Bakugou".
El rubio pensó que debido al hecho de haber terminado de comer tendría aún el aliento impregnado del salmón que cocinó para ambos. No obstante, le restó importancia, pues el aliento no importaba en una llamada telefónica. Inmediatamente, se sintió como un gran estúpido por preocuparse de eso tan irrelevante.

"Dame un momento." Respondió con cierta frialdad, denotando más que nada en ese punto final que se empeñaba a escribir simpre.

—Y otra cosa más...—Proseguía con su discurso liberador del proletariado, digno de Karl Marx o de Antonio Gramsci. Discurso del que Bakugou se perdió la mayoría al estar absorto en sus propios pensamientos, pero que si pudiera ser completamente sincero, diría que no le importaba en lo más mínimo.

—¿No has visto mis audífonos?—Cambió radicalmente de tema, con un claro tono de exaltación en su forma de decirlo.

—¿Qué...?

—Olvídalo, idiota. Sólo quédate aquí y no rompas ni ensucies nada.

—¿Significa que no haré más trabajos forzados?—Bakugou salió por la puerta principal sin dar respuesta.

Las Diferencias Entre Tú & Yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora