Final dos.
⚜
La consecuencia interesante luego de varias rondas vino comenzaron una semana después. Danny, en un lapso de días, había estado algo molesto, un poco –demasiado- irritable, sensible y mandón. Steve siempre lo complacía, no importaba que fuera, pero ¿esto? ¿Un helado de chocolate y fresas a las tres de la mañana?
— ¿Y dónde se supone que consiga eso a estas horas?
— Tú ya verás —. Danny dijo, las sabanas sobre su cintura, el vientre plano con leve vello corporal perderse en la cinturilla del pantalón de dormir. Su cara era todo un poema de promesas si Steve no hacia lo que su amante le pedía —. Ahora ve. No entras hasta conseguirlo.
Steve refunfuño, tomando su sudadera, inclinándose sobre Danny y tomando un beso en medio de maldiciones por Danny y risas de Steve. Tomando sus llaves, Steve fue al camaro.
Condujo por media hora por todo el lugar hasta encontrar una tienda abierta las 24/7. Un alarido de victoria soltó mientras estacionaba el auto, saludando al guardia corpulento y entrar. Deseando unas buenas madrugadas a la chica de la caja. Pasando por los pasillos de comestibles y una que otra persona y trabajador que no podía dormir o de turno, hasta llegar a la sección de cosas heladas, como Danny lo llamaba.
Pasando de largo hasta los helados de un litro, coger uno de chocolate y de otro lado, un envase de fresas rojas y jugosas. Sonriendo, a Steve se le ocurrió una manera de aprovechar la madrugada. Su teléfono vibro, cogiendo las cosas en un solo lado, atendió el teléfono, la voz de Danny lo recibió con su cálido llamado de amor —. ¿Ya vienes, animal?
— Tengo lo que quieres —. Steve fingió la voz irritada, pero una sonrisa en su cara lo delataba —. ¿Hay algo más que quieras? ¿Cómo una bebida o algo, bebé? —. Steve volteo los ojos cuando Danny empezó a refunfuñar, la cajera solo sonrió mientras pasaba las compras por la máquina —. Sí, sí. Ya estoy yendo... también te amo.
Cortando la llamada, Steve soltó un suspiro con una risa, sacando su billetera, la cajera dijo —. Su esposa ya empezó con los antojos, ¿verdad?
Eso hizo que Steve se detuviera, dejar de mirar su billetera para mirar a la mujer —. ¿Disculpa?
— Los antojos —. Dijo ella, tecleando en la máquina —. Ya empezaron, la próxima vez será una pizza, esos están casi al final por el pasillo ocho.
— No me refería a eso... es lo de "esposa"
— Oh, entonces novia —. Steve cerró la boca —. ¿Novio?
Steve ladeo la cabeza, asintiendo. La cajera sonrió aún más —. Los antojos de madrugada ya empezaron.
— Porque...
— Sé que no es mi asunto pero hay algunos hombres que pueden...
— Sí, lo sé —. Por supuesto que lo sabía, sabía que Charlie había nacido de Danny luego de estar con un hombre cualquiera (aunque si sabía quién era) antes de estar con él.
— Bueno, con antojos me refiero... a menos que... —. La cajera palideció un poco —. A menos que no supiera que su novio era uno de esos hombres.
También lo sabía, sabe todo de Danny. Al derecho y al revés porque era su novio y su compañero que Steve había elegido en su vida.
— Sí, lo sé.
— Entonces...
— Entonces él...
— Sí —. La cajera se mordió el labio. Aguantando la respiración.
Si era lo que Steve y ella suponían, juntando todas las piezas de un Danny irritable y dormilón –más sensible a la hora del sexo- bueno, las piezas encajaban perfectamente. Demasiado.
Cogiendo su bolsa de compras y dejando que se quedará con el cambió, Steve se despidió. Caminando lentamente a la salida mientras la cajera lo miraba preocupada pero feliz. A su vista, saltaba que el hombre, si llegaba a ser cierto la teoría, sería padre primerizo.
Saliendo de la tienda al camaro, Steve se quedó un minuto allí. Luego encender el auto e ir lentamente a su casa a menos de veinte kilómetros por hora. Si Danny estuviera aquí, estaría completamente sorprendido.
Danny.
Steve pensó en Danny, en su novio y amante. En el hombre que amaba esperándolo en su casa, en su cama, despierto y con el corazón abierto a que Steve llegará, se echara con él y comiera el helado a las tres de la mañana.
Steve pensó en Danny y si vientre, no vio nada especial, la piel blanca y suave, una que otra mordida, ni siquiera un bulto que indicaba que algo crecía allí. Algo delicado, pequeño, de Danny y suyo.
Un bebé.
Si Steve estaba en lo correcto, tendría un hijo con Danny, su sangre y la de Danno.
Un bebé.
Pisando fuertemente el freno, Steve se detuvo en la puerta de su casa, la luz de su habitación prendida tenuemente. Respirando algo rápido, Steve sopeso las opciones, y la única que veía era una familia conformada por Danny, Grace, Charlie, él y el nuevo bebé.
Nuevo bebé.
Danny podría estar embarazado y tener un bebé con él.
Oh, mierda.
⚜
Porque alguien sugirió un final diferente, y esto salio. Espero que les haya gustado. :3
—Allex—
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Placer y Consecuencia |McDanno|
FanfictionSi había algo que el Comandante disfrutará, eran las noches de pasión sin limites que tenía con su Danno. Aunque claro, algunas veces, trae consecuencias algo inesperadas. --- McDanno +18 / M-preg. -Allex-