Capitulo 8

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Kirishima la deja entrar, una noche, cuando la piel de Bakugou está tan fría como la de un muerto, y sus latidos son débiles. Sero entra también.

Mina se recuesta junto a él, sollozando, la oreja presionada contra las pobres palpitaciones de su corazón. Kirishima se sienta junto a ella, acariciándole el cabello mientras llora, con lágrimas en sus propios ojos. Sero se sienta en la silla del escritorio junto a la cama, con una expresión fruncida. Su mente hace ruido, no puede creer que Bakugou no se esté recuperando, pero no quiere ignorar los síntomas.

Kirishima siente el pánico crecer ante el pensamiento de que Bakugou tan sólo... no esté ahí. Siente algo hincharse en su garganta y quitarle el aire. Se curva sobre sí mismo para presionar su frente contra el estómago de Bakugou, para ser fuerte frente a la tripulación que conoce a su Capitán desde mucho antes que él. Se fuerza a respirar profundo, llenando sus pulmones, y mira la palidez de Bakugou, rostro delgado, sin vigor en sus facciones. Verle así se siente horroroso en su corazón.

En la mañana, Kirishima tiene miedo de abrir los ojos. Puede sentir que Mina sigue medio recostada sobre él, mitad sobre Bakugou. Lentamente, abre los ojos. Sero ya no está en el cuarto.

Bakugou ya no está recostado.

Bakugou ya no está recostado.

—¡Bakugo! —dice Kirishima, inmediatamente Mina despierta sacudiendose.

Capitán Bakugou —grazna Bakugou.

—¡Bakugou! —grita Mina, lanzándose sobre él con brazos extendidos. Él sisea y ella se aleja, golpeándolo con fuerza en el hombro—. ¡Casi mueres!

—Por favor, estoy bien —dice Bakugou, tosiendo mientras habla. Kirishima se levanta y le toma la bolsa de agua. Por el hábito, la coloca sobre los labios de Bakugou. La mirada deslumbrada que Bakugou envía en su dirección, hace a Kirishima poner su corazón al límite. Le da a Bakugou el agua con una tímida sonrisa.

Mina está llorando de nuevo, sofocando a Bakugou con su abrazo. Incluso va tan lejos como para besarlo por todo el rostro, lo que hace que él la empuje, con color al fin en sus mejillas.

—Mina —ríe Kirishima—. Sigue lastimado, recuerda.

—¡Ah! ¡Cierto, cierto! —dice ella, levantándose. Sus ojos están hinchados por todas las lágrimas, pero su sonrisa es brillante. Kirishima también extrañaba eso.

Kirishima sabe que debe dejar que la tripulación lo sepa, pero tiene miedo de que su clamor podría poner a Bakugou de nuevo en la cama pronto.

—¿Cómo te sientes? —pregunta Mina, saltando sobre las puntas de sus pies.

—Hambriento —dice Bakugou—. Siento que no comí en semanas.

Kirishima y Mina comparten una mirada.

—Bueno, de alguna manera no lo hiciste —dice Mina gentilmente—. Estuviste ido por un tiempo, Capitán.

—Entonces traigan algo de comida —dice Bakugou.

—Cierto, yo lo haré. Habla con tu enfermera ahora, estoy segura que tienen algo que decir —dice Mina, prácticamente huyendo de la habitación.

—¿Enfermera? —Bakugou levanta una ceja. Su usual aura intimidante regresa lentamente, y hace a Kirishima sonreír.

—Mina me nombró extraoficialmente —Kirishima se rasca la nuca.

Bakugou frunce el ceño. —No cortaste nada.

—No debía hacerlo —dice Kirishima—. Al menos, esa es mi opinión.

—Entonces usaste tu opinión para tratarme, en contra del común procedimiento médico.

The Lost Continent [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora