Capitulo 14

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La ensenada es su puerto durante el resto de la semana. Kirishima se emborracha otras tres veces, y se las arregla para evadir otra resaca. No bebe demasiado, pero está bien con eso. Bakugou sigue enseñandole a pelear, nadar, y está obviamente enamorado del aro que descansa en el abdomen bajo de Kirishima. Se lo muestra a Mina, ella inmediatamente va a hacerse uno.

El día que planean irse, Bakugou está poniendose todo su traje de pirata, para presentar luego a la tripulación el itinerario de su viaje. Kirishima menciona que su cabello podría atarse en una pequeña cola de caballo, y Bakugou lo intenta. Es linda, la manera en que sobresale hacia arriba, manteniendo su cabello alejado de la base del cuello.

Kirishima lo mira ahora, con trenzas en su cabello, precioso y brillante. Ata una bandana alrededor de su cabeza y pone el cabello encima de todo. Se ve bien.

Kirishima se para con la tripulación mientras Bakugou explica el curso, los puertos entre los que deberían parar si necesitaban. Todos intentan oír cada palabra para evitar problemas, y sus bocas cerradas, a menos que quisieran preguntar algo.

Hay nuevos reclutas—sólo unos pocos, algunos miembros de la tripulación no regresaron del viaje. Hay un nuevo hombre, Kouda, quien estará en las cuerdas y la cubierta, también una chica cuya voz es incluso más chillona que la de Mina, si es que era posible—está en el puesto de observación. Su nombre es Hatsume Mei. Kirishima lo recuerda bien, porque se presentó a cada miembro de la tripulación una vez, su voz demanda tanta atención como la de Bakugou, las cejas de este se fruncieron con fuerza y le gritó para que se calle, pero confía en la elección de Mina, así que le da un trato justo. Mina dice que se conocieron en un burdel y fue impecable apuntando con los dardos—aparentemente por su perfecta visión a la distancia.

Kirishima mira la ensenada desaparecer tras ellos, y después cualquier rastro de tierra. Su hogar es ante todo, el océano.



Kirishima se despierta muy seguido, debido a los movimientos repentinos y gritos de Bakugou. Tiembla hasta que se despierta, luego maldice y grita ante su inhabilidad para controlar lo incontrolable. Kirishima lo mima a su lado, así pueden meterse en las pieles juntos, pero parece que casi todas las noches de la semana cede ante los problemas para dormir de su Capitán.

Bakugou deja de hablar sobre sus pesadillas. Kirishima supone que son todas similares, y no ayudó antes. Bakugou no es alguien que comparta abiertamente sus miedos o emociones—más que orgullo y enfado, siempre es reacio a mostrar algo más. A Kirishima le gustaría que mostrara algo más a él. Incluso si esos momentos eran raros, hacían que el corazón de Kirishima se apretara y sus mejillas se sintieran tibias.

Ahora, en la cubierta, está pensando en la manera en que Bakugou acomoda su cabello detrás de su oreja antes de besarle y darle las buenas noches. Observan un barco en el horizonte. Lo mira por un rato—es grande, y cada vez más—su velocidad es impresionante.

—¡Hatsume! —grita. Ella está jugando con unos aparejos que Shouji consideró demasiado corroídos por la sal, como para usarlos de nuevo—. ¡MIra aquí! Hay un barco.

—¡Un barco! —dice, saltando hasta donde Kirishima está observando en el horizonte. Salta tan deprisa, que Kirishima espera que siga de largo y caiga al mar, pero simplemente golpea sus manos contra la barandilla y observa—. ¡Sí, hay un barco! Uno de los finos. Uno joven, ¡y! ¡Oh! ¡Abrigos azules!

—¿Azul? —pregunta Shouji, parándose rápido—. Hatsume, ¿estás segura?

—¡Sí, segura! —dice, protegiendo sus ojos del sol—. Esos son azules.

The Lost Continent [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora