Capítulo 5

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Rápidamente sus padres lo llevaron hacia su habitación, Zeus solamente cooperaba de forma automática, no podía escuchar todo el griterío por parte de su padre tratando de dar órdenes y desalojar a todos los alfas de la casa principal, el dolor era tan fuerte que bloqueaba los demás sentidos, dejando solamente un pensamiento en su mente, Alfa.

Sus padres se encontraban alterados, Samuel llevaba cargando a su hijo estilo princesa mientras se quejaba del dolor y Guillermo iba detrás de él con un cubo de agua y una toalla, además de unas pastillas para intentar calmarle el primer celo.

El Omega aún recuerda su primer celo: fue de la misma manera que su hijo, una verdad revelada, un sentimiento tan grande que de alguna manera activa el celo. Su pobre niño, sufriría un celo y no tendría a un Alfa para ayudarle; de ninguna manera permitirían que el Durán con el que está saliendo le ayude.

"A-alfa... ¡Alfa!" Zeus gritaba y se removía cuando Samuel lo depositó en su cama.

"¿T-te está llamando?" Preguntó Guillermo con el ceño fruncido.

"No, estoy enlazado, mi olor para él como Omega debe ser neutro." Explicó Samuel. "Debió conocer a su Alfa en algún momento" supuso.

"¿Zeus encontró a su Alfa?" Chilló emocionado.

"Alfa... Du-duele..." Lágrimas empezaron a salir por los ojitos cerrados de Zeus.

"Tranquilo, mi niño, mami te ayudará." Susurró cariñosamente mientras remojaba la toalla en el cubo de agua. "Samuel, ve por Lana y hagan una comprensa de hierbas para el celo" Volteó hacia su Alfa. "¡Rápido!" Y con eso, Samuel salió de la habitación.

Los dos omegas se quedaron solos, Guillermo colocó el paño húmedo en la frente de su hijo, eso le ayudaría a mantener controlada la fiebre y cuando Samuel llegara, le pondrá la otra toalla en el vientre para calmar el dolor. "Masticala Zeus" colocó la pastilla en la boca de su hijo, el cual no respondió en un primer momento pero luego de unos segundos comprendió. "Así es, buen Omega."

El olor de su hijo era dulce y delicioso, miel con avena, aunque desprendía feromonas sexuales Guillermo pensaba que era el olor justo para su pequeño niño amable.

Samuel llegó con las compresas de hierbas diez minutos después y rápidamente Guillermo las colocó en el vientre de su hijo. Había ayudado mucho que Zeus llegara en su forma de lobo, no tenía molesta ropa encima y todo había sido más sencillo.

Guillermo miraba preocupado a su hijo, entendía más que nadie el dolor que estaba sufriendo y quisiera ayudarlo pero no había manera como, su omega exigia un Alfa y un nudo, de ninguna manera entraría un lobo desconocido a encargarse de su bebé.

"Zeus, tu padre y yo estaremos abajo. Haz lo que tengas que hacer" susurró en el oído de pequeño omega y depositó un beso en la sien sudada.

A Samuel también le partía el alma ver a su precioso hijo rogando y sufriendo por algo que no podía controlar.

Ambos bajaron y aún escuchaban, en menor cantidad, algunos gemidos y ruegos de Zeus.

"Al fin ocurrió..." Habló Guillermo.

"Sí... No creí que me dolería ver a Zeus de esa manera." Contestó Samuel.

"Lo sé... Quisiera que tuviera un Alfa que lo ayudase" se acercó a Samuel, en busca de consuelo.

"Lo tiene pero no sabemos quién es" gruñó Samuel.

"No te pongas celoso, Sami, Zeus tendrá que tener su pareja algún día. Así como yo te tuve a ti." Le sonrió.

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⏰ Última actualización: Jun 16, 2019 ⏰

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