Capitulo 8

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Maratón 3/3

Sin poderlo resistir Steven tomo la barbilla de Angel para que le mostrara la cara. Sus miradas se encontraron. Seco sus mejillas húmedas con sus dedos sin dejar de mirarla a los ojos y cuando sus ojos descendieron hasta sus sonrosados labios se inclinó y roso sus labios.

La castaña entre abrió los labios sorprendida pero no lo alejo. Sus cálidas manos sobre sus mejillas la reconfortaran y sus labios la tranquilizaban.

Angel cerro los ojos y sin saber exactamente la razón se dejó llevar por los labios de Steven que la besaba con tanto sentimiento e ímpetu que no se vio capaz de alejarlo sabiendo que lo que estaban haciendo de muchas maneras estaba mal, al menos para ella que a pesar de todo seguía casada y una parte de ella seguía amando a su esposo infiel.

El beso poco a poco se fue tornando en uno mucho más apasionado y exigente. Tanta era la urgencia de ese beso que ni siquiera se detuvieron a respirar para normalizar sus respiraciones.

Steven dejo los labios de la castaña y fue dejando un camino de besos desde su mandíbula hasta el cuello de ella que se dejó hacer sin oponerse.

Se sentía plena y deseada. Totalmente perdida por el deseo que comenzaba a crecer en su interior. Su sangre hervía por el calor del que comenzaba a embriagarse hasta nublar su mente por completo.

El pelinegro la tomo de la cintura con firmeza y la subió en sima del capo del auto besándola con desesperación y necesidad. Ella rodeo el cuello del pelinegro con sus manos fundiéndose mucho más en el beso y el deseo.

Las manos de Steven recorrían cada parte de su cuerpo sobre la tela del vestido de la castaña con tanta suavidad y devoción que si antes Angel no podía salir de ese delicioso momento, ahora estaba completamente perdida.

Abrió sus piernas dejando que Steven se colocara en medio de estas pegando su ya notable erección contra su feminidad. Ambos soltaron un jadeo al sentirse tan cerca.

Steven acaricio las piernas de la castaña con tanto deseo que apenas y lograba controlarse para no tomarla de una vez. Fue bajando sus manos con caricias hasta subirle el vestido a la cadera y llegar a su ropa interior de encaje negro.

Arrastro la ropa interior hasta quitárselas por completo. Angel con habilidad desabrocho el cinturón del pelinegro y el botón de su pantalón, antes de que este cayera Steven saco de su cartera un preservativo que llevaba por si acaso, luego dejo caer su pantalón por sus piernas.

Se colocó en medio de las piernas de su jefa y la penetro de una estocada. Ambos jadearon excitados.

Angel dejo caer su cabeza hacia atrás disfrutando de los embriagantes movimientos que Steven hacía con la cadera. Enredo sus piernas atraiéndolo más cerca y poder sentirlo con más profundidad.

El pelinegro la beso desenfrenada mente al momento en que sus movimientos fueron con más velocidad y tocaba sus senos sobre la tela del vestido. Pero él deseaba sentirla por completo así que rompió la tela tocando sus senos por encima del sostén. Lo desabrocho y se lo quito dejándolo caer al suelo.

Dejo los labios de Angel y se llevó uno de sus pezones a sus labios chupándolos como a una paleta tomando el otro seno con su mano masajeándolo mientras que seguía con sus fuertes penetraciones.

Los jadeos de la castaña eran continuos y lo estaban volviendo loco.

Definitivamente los jadeos de Angel Moriarty se podrían convertir en su nueva obsesión. Era realmente excitante para él escucharla disfrutar de su inesperado encuentro.

Las piernas de la castaña temblaron al llegar a su ansiado orgasmo, segundos después Steven la siguió a ella.

Steven dejo su frente sobre el hombro de la castaña tratando de tranquilizar su respiración agitada.

El pecho de Angel subía y bajaba con velocidad. Su respiración agitada poco a poco se fue normalizando.

Su mente comenzó a llenarse más y más de reproches que ella misma se daba. Una parte de ella se estaba arrepintiendo de su repentino arrebato de calentura y otra parte, las más oscura y difícil de aceptar, estaba más que satisfecha y dispuesta a volverlo a hacer. Esa parte irracional no estaba arrepentida en lo absoluto.

Quiso decir algo pero entonces Steven levanto la mirada y la observo con adoración. Sus ojos miel tenían un brillo especial que la estremeció. Apretó los labios con fuerza obligándose a mantener la boca callada y no arruinar el momento.

Angel sonrió fingidamente, le dio un beso en la mejilla al pelinegro y se subió de nuevo a la camioneta arreglándose la ropa y queriéndose dar de topes contra el cristal de la ventana.

Se mordió el labio inferior con nerviosismo y sin el valor suficiente como para ver a Steven que se subió y arranco la camioneta en completo silencio.

Ella se había dejado llevar por todas las emociones contradictorias que estaba experimentando y él por el amor no correspondido que le tenía a su jefa.

Ambos sabían que no debían hablar de lo sucedido pues entendían perfectamente la situación en la que se encontraban.

El silencio inevitablemente se volvió tenso y luego de unos minutos este se dispersó cuando dos camionetas negras se situaron a los lados de ellos.

La castaña suspiro sabiendo que las cosas apenas estaban comenzando. No esperaba que la encontraran con tanta rapidez pero tomando en cuenta que había estado en la actual mansión de la familia Moriarty entonces no le sorprendería que la hayan encontrado tan rápido.

Steven trato de salir de entre las camionetas pero no se lo permitieron. Comenzó a ponerse nervioso pensando lo peor así que pisó el acelerador sin previo aviso. Angel se sostuvo de donde pudo sin siquiera pensar en ponerse el cinturón de seguridad.

Las camionetas los siguieron a la misma velocidad tratando de detenerlos o en el peor de los casos sacarlos del camino.

La castaña se inclinó y metió su mano debajo de su vestido a una especie de funda amarrada a su pierna donde guardaba un arma.

Llevar un arma con ella se había vuelto un hábito y ahora es cuando agradecía tenerlo.

Se subió a los asientos apoyándose con las rodillas y dio un disparo rompiendo el cristal trasero de la camioneta. Steven salto asustado por el estruendo pero trato de concentrarse en conducir para que no los sacaran del camino.

Entonces Angel apunto a una de las llantas de la camioneta más próxima y disparo. La llanta estallo provocando que se saliera de control. Volvió a disparar pero a la otra llanta, la camioneta freno de golpe.

Las balas comenzaron a caer como una lluvia sobre ellos pero al parecer tenían mal tino o poca inteligencia por que disparaban al cuerpo de la camioneta en sí y no a las llantas como ella lo había hecho con ellos.

La castaña apunto a las llantas de la otra camioneta que se acercaba a toda velocidad dispuesto a embestirlos. Disparo y la llanta reventó, hombres sacaron la cabeza y el brazo y comenzaron a disparar a diestra y siniestra pero Angel los ignoro y disparo a la otra llanta sacándolos así del camino.

Todo había sido en cuestión de segundos pero para ella en cámara lenta. Se acomodó bien en los asientos y guardo el arma de nuevo en su funda bajo la atenta mirada de Steven que la observaba por el espejo retrovisor sin decir nada.

La respiración agitada de Angel era evidente.

Ya se había olvidado de la adrenalina que corría por su cuerpo cada vez que se encontraba en alguna situación parecida. Llevaba años con tanta tranquilidad que la sensación se le hacía del todo nuevo a pesar de ya haberla experimentado muchas otras veces antes.

Besos que enamoran #2 [Sin Corregir]⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora