La vida de Byun Baekhyun cambió radicalmente cuando la SM lo contrató como trainee. Era su sueño, lo que siempre anheló desde que era un niño, pero el precio que tuvo que pagar fue muy alto, tan alto que no se dio cuenta a lo que estaba renunciando...
YiFan jugaba con una pluma de ganso sobre la espalda desnuda de su prostituta favorita, Rinah.
Le gustaba follársela y sin saber por qué, le dejó de interesar las demás, bastaba con entrar al salón de ese apartamento y las chicas ya sabían que estaba buscando a Rinah. A veces ella estaba ocupada y se limitaba a beber un vaso de whisky hasta que ella acabase.
Comenzaba a desagradarle que estuviera con otros hombres, incluso le propuso ser su único cliente, pero ella lo rechazó.
Los sentimientos de YiFan no eran de amor, eran de posesión, le daba asco el pensar que la polla de otro hombre había estado ahí dentro no hacía tanto, mientras él se la tiraba en esos momentos.
Rinah no era coreana, era china. Eso fue algo que le gustó desde un principio, miraba sus rasgos y no veía a esas mujeres recauchutadas de la industria del kpop. Era una belleza salvaje, morena y le gustaba esas caderas más anchas de lo normal.
-Rinah ¿Cómo te llamas en realidad?
-A ti te lo voy a decir.
-Bueno, tampoco es para que te pongas así-le dijo retirando la pluma de su espalda.-De dónde eres exactamente.
-De Dongtian, una aldea del Condado Autónomo Rongshui.
YiFan abrió los ojos sorprendido, no entendía qué hacía ella tan lejos de su casa, qué la motivó abandonar su aldea natal y venirse a Seúl.
Posiblemente, esa chica tendría una educación muy básica. Su pueblo se dedicaba a la cría de ganado y cultivo de campos, un pueblo netamente agrícola, autosuficiente, y hasta el gobierno de Beijing le concedió a la región un status político especial.
Ellos pertenecían a la etnia miao, conocidos por los tocados de sus mujeres y los vestidos coloristas, famosísimos por seguir tejiendo en los telares manualmente.
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-¿Eres de la etnia miao?
-Ajá.
-¿Y por qué dejaste tu aldea?
Rinah se dio la vuelta, mirándolo fijamente, le incomodaba tantas preguntas, no entendía por qué quería saber de ella, simplemente quería que fuera un cliente que hiciera lo que tuviera que hacer y se marchara.
Abrió su mesita auxiliar y se encendió un cigarrillo, un vicio que se aficionó con su llegada a la capital.
-Por qué quieres saber mi historia.
-Es que me parece raro que dejaras tu aldea natal para acabar así.
Aquel comentario le molestó enormemente, como si la vida que llevaba hubiera sido de su elección.
-¿Acabar como una puta? ¿Es eso YiFan?
-No quería ofenderte, no sé ¿te obligaron a ello?
Ella se reía de su ingenuidad, se reía porque a pesar de que aparentaba ser más maduro, no sabía nada de la vida.
