La vida de Byun Baekhyun cambió radicalmente cuando la SM lo contrató como trainee. Era su sueño, lo que siempre anheló desde que era un niño, pero el precio que tuvo que pagar fue muy alto, tan alto que no se dio cuenta a lo que estaba renunciando...
LuHan tenía un problema y hasta que no vio un puñado de sus pastillas al fondo del bote de ansiolíticos, no quiso darse cuenta.
Vivía en un estado de ansiedad preguntándose dónde iba a conseguir más pastillas si eran bajo prescripción médica.
¿Cómo lo hacían los idols si no pisaban una farmacia y mucho menos para comprar ansiolíticos para la depresión?
Su psiquiatra tenía la respuesta, él mismo se las proveía, así nadie lo sabía y todo quedaba bajo la confidencialidad entre médico y paciente.
Estaba tan desesperado que incluso llegó a mirar a hurtadillas las pastillas que tomaba Minseok, pero no tenían nada que ver con las suyas y llegó a sentirse muy mal por tener esos impulsos de robárselas.
Hará unos días rumió la manera de conseguir más sin ser descubierto, aprovechó una de las sesiones y le puso un potente diurético en su café para obligarlo a ir al baño, y aprovechar él para tomar algunas recetas y sellarlas con su número de colegiado.
El asunto de la firma y su letra ya lo practicaría para fuera lo más fidedigna posible.
Ahora quedaba el tercer elemento, quién podía proveerle de las pastillas, debía ser alguien anónimo y aparentemente que no tuviera ninguna conexión con él.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Y en su mente se vislumbró la única posibilidad que se le ocurrió, YooRa.
Temía que Baekhyun se enfadase con él si descubría sus intenciones o incluso que YooRa se negara ayudarlo, pero estaba tan desesperado que haría lo que hiciera falta.
Tenía su número, porque si algo tenía LuHan era su memoria fotográfica y justo el día del cumpleaños de Baekkie, cuando llegaron al hotel después del concierto, Baekhyun volvió a llamarla con su número privado para preguntarle si le gustó los regalos al pequeño, sólo necesitó tres segundos para aprenderse los dos números que tenía él de YooRa guardados en su memoria.
Sólo faltaba una cosa para poner el plan en marcha, y JongIn y Minseok tenían la clave.
-LuHan...te veo veo un poco adormilado-le comentaba Jongdae que estaba sentado a su lado en la furgoneta, para llevarlos a la agencia para su clase del carné de conducir.
La realidad es que una de las terribles consecuencias de abusar de los ansiolíticos es sentirse en un estado permanentemente de somnolencia, pero LuHan no lo veía así, pensaba que era por esas horas intempestivas de la mañana.
-Qué quieres macho, sólo son las 7:15, estoy agilipollado todavía.
-Por fortuna, gracias a los madrugones para ir a correr con YiXing, a mí no me afecta tanto.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
