La vida de Byun Baekhyun cambió radicalmente cuando la SM lo contrató como trainee. Era su sueño, lo que siempre anheló desde que era un niño, pero el precio que tuvo que pagar fue muy alto, tan alto que no se dio cuenta a lo que estaba renunciando...
Los chicos llegaban al karaoke, no es que estuvieran especialmente contentos con ello, pero al menos salían de casa que no fuera ir a uno de los tantos eventos que tenía la agencia para ellos.
Gun aparcó justo delante del local, sabiendo que tarde o temprano correría la voz de que Exo estaba allá, le sorprendió ver a tantísima gente en la entrada del local, no se explicaba cómo era posible que hubieran descubierto el paradero de Exo, así que sería difícil entrar.
-¡¿Quién dio el chivatazo que le corto los huevos?!-gritó Kyungsoo.
-Nadie Soo, es posible que nos hayan estado siguiendo-rumiaba LuHan.
-¡Pero si han llegado antes que nosotros!-insistía Kyungsoo cabreado por la rabia de ver a toda esa marabunta gritando y dirigiéndose a la furgoneta.
-¡Atrás bichos!-exclamaba Sehun horrorizado al ver que intentaban abrir la puerta del vehículo.
-Chicos, esto es lo que hay, que JunMyeon abra la puerta y salid corriendo hacia allá, tranquilos que no entrarán, el local tiene derecho de admisión, yo me quedaré con Minseok en la furgoneta-les explicaba Gun acostumbrado a estos fregados.
-¡Bien! ¡Vamos allá! ¡Si Rambo sobrevivió en la jungla solo con trillones de enemigos persiguiéndolo, esto es pan comido!-decía Chanyeol poniéndose la musiquilla de la película en la cabeza.
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-¡Rápido! ¡Ya están sacando su artillería pesada!-exclamó Sehun cuando se dio cuenta que ya tenían los móviles en sus manos.
Ellos ya bajaban ansiosos y como si fueran un regimiento militar, se internaron como pudieron sorteando al enemigo, el follón que se generó lo aprovechó Gun para salir de allí y buscar un sitio más tranquilo para que YiFan fuera a recoger a Minseok.
Aún alucinaba de cómo era posible que un niñato se le hubiera subido a las barbas de esa manera, pero tenía muy claro un lema que lo tomaba como bandera en su vida, quién ríe el último, ríe mejor.
Y se reiría de lo lindo cuando viese a YiFan yéndose por la puerta de atrás de la agencia, era cuestión de tiempo.
-Hoy voy a ser el Pavarotti de la noche-dijo Sehun todavía con el miedo en el cuerpo al ver a las fans golpear la puerta, algunas disfrazadas de seres horripilantes y otros con personajes del cine de Terror.
-Juer, hay algunas de ellas que ni necesitan disfrazarse-se mofaba Kyungsoo.
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