La vida de Byun Baekhyun cambió radicalmente cuando la SM lo contrató como trainee. Era su sueño, lo que siempre anheló desde que era un niño, pero el precio que tuvo que pagar fue muy alto, tan alto que no se dio cuenta a lo que estaba renunciando...
Exo veía en la lejanía medio centenar de fans apostados enfrente del edificio donde vivían, YiFan resopló, sabía que debería soportar los chillidos estruendosos y hasta las sobadas de esos fans antes de meterse dentro.
No era tanto el hecho de soportar todo aquello, era por Minseok, sabía que lo alteraba y temía que volviera a perder el control.
-Minseok, tú detrás de mí ¿ok?
-Ok YiFan-le dijo agradecido.
-¡Pues vamos allá! ¡Tonto quién llegue el último!-exclamó Tao burlándose.
-Uff, a ver quién le tocan el culo esta vez-se lamentaba YiXing.
-Bueno chicos, aquí os dejo, nos vemos mañana-se despidió Choi.
Salieron a tropel, encabezado por JunMyeon que ya abría la puerta de la furgoneta y realmente se asustó a ver esas hordas de fans gritar su nombre, estaba por echar a LuHan fuera para que lo comieran a él y él salir corriendo.
Claro, que eso era un pensamiento y él era el líder, y sin perder ni un solo momento su encanto, avanzaba ante esas masas, observando alguna que le pedía un autógrafo desesperadamente.
-¡Baekhyun! ¡Aquí!
Baekhyun ignoró ese grito, estaba demasiado concentrado en buscar la entrada del edificio y por nada del mundo detendría su paso.
-¡BAEKHYUN CABRÓN!
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Aquello sí que le molestó, cómo se atrevían a insultarlo ¿Qué había hecho él? Y buscó entre el gentío al culpable de esa afrenta, y para su sorpresa, de la persona que menos se lo esperaba.
Eran MinSu y Shin Hye.
Dudó en acercarse, temía quedarse aislado y saber qué harían con él.
-¡Qué vengas, coño!-volvió a gritar MinSu realmente cabreada.
Y como un niño se encaminó allá, ante la mirada anonadada de Jongdae, que no entendía lo que estaba haciendo.
-Toma, un presente para vosotros-le dijo entregándole un enorme pastel cerrado en una bonita cajita rosa palo.
Baekhyun se rio, nunca pensó que la charla que tuvo con ella se hiciera realidad, creyó que lo dijo para quedar bien, pero no, ahí estaba, con su enorme caja y con su cara de mala leche.
Sí, su cara de mala hostia por tener que aguantar a esos fans que estaban para encerrarlos en un psiquiátrico.
-Muchas gracias señorita-le agradeció recibiendo el pastel.
Ya se dirigían hacia los ascensores y JongIn se puso a su lado, cotilleando la cajita.
-Qué es eso Baek.
-El regalo de una fan.
-¡Vaya! ¿Un pastelito?-preguntó todo goloso.
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