La vida de Byun Baekhyun cambió radicalmente cuando la SM lo contrató como trainee. Era su sueño, lo que siempre anheló desde que era un niño, pero el precio que tuvo que pagar fue muy alto, tan alto que no se dio cuenta a lo que estaba renunciando...
Y por fin nos fuimos, sin creerme que volviese a pasar otra noche con Baekhyun, y lo que más me intrigaba, qué puñetas era lo que estaba tramando.
-Chicos, mañana paso a recoger a las once y media-nos decía su hermano mientras conducía.
-Gracias Beom-le sonrió Baekhyun.
Entramos por la puerta de un parking subterráneo, aquello me despistó de verdad, por mucho que mirase, no me sonaba para nada ese sitio, aunque sabía que era una de las zonas más pudientes de la ciudad.
-Parada y fonda-anunció Baekbeom cuando aparcó.
-Gracias bro, mañana nos volvemos a ver-se despidió Baekhyun chocando su puño con el suyo.
-Sí, muchas gracias por toda la ayuda que nos prestas-le dije igualmente abrazándole por detrás antes de salir del coche.
-Nada, un placer ayudaros.
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Baekbeom conducía en silencio por la bulliciosa ciudad, los locales estaban atestados de gente celebrando la Navidad, en cambio él no tenía nada que celebrar, su vida en este último año había sido un desastre y otra vez esa sensación de vacío le carcomía las entrañas.
No quería volver a casa, pero tampoco pasarse la noche bebiendo en cualquier bar, solo y brindando por su patética Navidad.
No tenía a nadie, ni siquiera a la que era su amante de su trabajo, posiblemente estaría con su familia, comiendo y bebiendo, falsa familia pero que quedaba muy bien en los retratos en la entrada de la casa.
Se acordó de la señorita de compañía que contrató, había quedado con ella hará unos días para que se aprendiera al dedillo lo que tuviera que decir el próximo día que quedase con ella.
Gritó exasperado.
¿Realmente era necesario todo ese paripé?
¿De verdad creía que presentando a su falsa novia provocaría los celos en YooRa?
¿A quién quería engañar?
Seguía conduciendo en silencio, tal vez no estaba tan mal eso de apuntarse a una agencia de citas, a su ex le fue bastante bien ¿Por qué no iba a pasar lo mismo con él?
Si algo tenía claro es que todos sus esfuerzos habían resultado en bano, y su corazón viraba más por ayudar a su hermano, él no tenía la culpa de lo que le estaba pasando y hasta le conmovió cuando salió en su defensa con la disputa de su padre.
Le quería y siempre sería ese hermano mayor que lo protegería.
Tocó el reposabrazos central del coche hasta que lo abrió, viendo una cajetilla de tabaco que llevaba meses ahí, precintada y que compró por sí no podía aguantarse más, la abrió como pudo apoyándola en el volante y se miró ese cigarrillo, tentador e irresistible.
