3. El inicio de un mal hábito.

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ADVERTENCIA: contiene escenas BL/YAOI

La cena en casa de la familia Suthiluck fluyó con naturalidad, sus suegros le habían aceptado ya, hacían bromas y preguntas acerca de su familia, la madre de Kong estaba organizando un almuerzo con la familia de Arthit y si su esposo no la detiene también organizaba la boda de una vez.

Las cosas habían resultado bastante bien, tan pronto como el padre de Kong notó la forma en la que protegía a su hijo, le saludo amablemente, claro que antes despidió a Kong para hablar a solas con Arthit:

-¿desde cuando? - aquel hombre de negocios no se iba por las ramas. - se que se conocieron en la universidad, pero ¿desde cuando salen juntos?

Arthit guardo silencio unos segundos, según sus cuentas, Kong estaba finalizando su primer año de universidad cuando empezó a salir con el, y ahora estaba empezando su cuarto año, sonrió al darse cuenta que media el tiempo en razón de Kongpob... - poco más de dos años - Arthit se removió en la silla de piel en la que se había sentado, ¿podía alguien encender el aire? o ¿era solo el quien sentía calor?, después del interrogatorio obligado donde el padre de Kong se enteró de lo buen estudiante que fue Arthit, hasta de los accidentes que tuvo en su infancia, Kongpob apareció en la oficina para indicarles que la cena estaba lista y servida.

-espera Arthit, - el señor tenía algo mas que decir- cuida mucho a Kongpob, el puede ser algo terco e insistente, siempre quiere ayudar a todos incluso cuando no puede hacerlo... - con esas palabras el señor Suthiluck estrecho su mano y le acompaño hasta el comedor.


Aun después de la cena Arthit se sentía incomodo en esa casa, quizás sería por el interrogatorio judicial al que fue sometido, o tal vez por que su suegra a ratos parecía una fan shippeadora, o quizás porque ahora estaba en la habitación de Kong, atrapado entre su novio y la cama. ¿como había llegado ahí? no lo sabía, ellos solo habían sido mandados ahí, ya que la madre de Kong no los dejó marchar por que era muy tarde para andar en esa moto, si, a ella tampoco le gustaba ese vehículo.  Tan pronto como entró en la habitación Arthit recorrió cada centímetro del lugar con la mirada, intentando no ser curios se sentó en la cama mirando los posters en las paredes. Segundos después ya tenia a Kongpob sobre el.

- P'Arthit... ¿que quieres hacer ahora? - el menor lo tenía a su merced, pero era un caballero y Arthit se sentía como una damisela en peligro, quería tener las agallas para decirle lo que realmente quería hacer.

-Kongpob, déjame... - después de aquella declaración en la fiesta de despedida, Kongpob quería hacer cosas malas con el, pero no quería forzarlo, se conformaba solo con sus mejillas rojas y el brillo en sus ojos, no es como si fuera la primera vez que pasaban juntos, por que técnicamente vivían juntos. 

-si quieres que te dejé, debes soltarme primero P'- hasta ese momento Arthit se dio cuenta que sus manos estaban aferradas a la camisa de Kong, sus mejillas se tiñeron de rojo intenso pero no lo soltó. 

-Kongpob...- El mayor se aferro con mas fuerza a la espalda de Kong, acercándose mas a el para poder besarle lentamente. Arthit quería sentir el cuerpo de su novio muy cerca del suyo, aun más cerca que cuando dormían juntos, saboreo cada centímetro de aquellos labios, paseo sus manos por la espalda ajena atreviéndose a vagar por debajo de su camisa, Kongpob sintió un leve escalofrió con aquella acción pero no lo detuvo, al contrario, el menor pasó sus manos por el pecho de su novio sin dejar de besarle, Arthit se deslizó sobre la cama llevando consigo a Kong, que poco a poco fue acomodándose entre las piernas de este. -Kongpob...

-P'...- solo atinó a murmurar entre besos, recargó su cuerpo sobre Arthit presionando sus caderas juntas. La camisa del mayor perdió algunos botones por el paso del huracán Kong quien ademas, dejó un camino de besos húmedos desde sus labios hasta llegar a la parte superior de su pecho blanquecino. 

Por su parte Arthit comenzaba a sentir un calor embriagador inundar su cuerpo, ademas de sentir el prominente bulto en sus pantalones, o ¿era en los pantalones ajenos? sus manos estaban ansiosas por sentir mas piel, y arrancarle la ropa al menor. Pero un pensamiento vergonzoso se atravesó en su cabeza, su novio tenia un cuerpo de muerte y el...

Cuando Kongpob se atrevió a posar sus manos sobre el abdomen de Arthit este lo empujo lejos, el mayor se sentó en la cama cubriéndose con la camisa sin botones. 

-N'Kongpob... necesito una ducha...- una ducha fría, eso es lo que quería justo ahora y tal vez una suscripción al gimnasio; desde que dejo de ser el líder de los hazer  Arthit había dejado de hacer ejercicio y que decir de su vida como empleado, no tenía tiempo de cuidar de su cuerpo, en pocas palabras, ya no tenia el cuerpo atlético del que se enamoró Kongpob, y eso que solo llevaban dos años juntos. La vergüenza se apodero de el y salio corriendo con destino al baño.

Recortado en la cama y con una frustración tan grande que no cabe en sus pantalones, Kongpob rodó sobre la cama, la sonrisa en su rostro indicaba que a pesar de lo sucedido estaba muy feliz, su novio le había dejado besar y tocar un poco mas de lo normal. Supuso que ese abrupto cambio en Arthit se debía a que no estaba completamente seguro de querer hacer el amor con otro hombre.

SOTUS XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora