SOTUS X

11.1 Nietos

NOTA: Esta es una serie de micro capítulos de las cosas que pasaron entre el capitulo 11 y el 12.

KONGPHOB

Su fin de semana no fue tan difícil como lo pensaba, hacia unos cuantos minutos que estaba despierto, miraba al techo con una sonrisa, sobre su pecho descansaba el mayor, sus piernas enredadas entre si, acariciaba lentamente la espalda de Arthit al ritmo de su respiración, todo se sentía tan ireal, como aquel día en que empezaron a salir, o como cuando el mayor admitió que estaban juntos en la fiesta de agradecimiento. 

La mañana estaba tranquila y soleada, escuchaba al pueblito despertar lentamente incluso escuchó a sus suegros entrar ruidosamente en la casa, y subir las escaleras haciendo mucho mas ruido. Sin contemplaciones se acomodo en la cama moviendo violentamente al mayor que abría los ojos con pesadez.

La puerta de la habitación se abrió dejando ver a la intrusa, cuando la madre de Arthit se asomó por la puerta la imagen que encontró la dejo satisfecha y regreso por el pasillo sin hacer ruido. Arthit quien apenas entendía lo que pasaba observo a su novio sonreirle y hacerle señas para que guardará silencio. En un intento por convencer a su suegra, Kong había intercambiado lugares, y con poco tiempo para actuar olvido acomodar la sabana sobre ellos.

Pasó el la mañana ayudando a su suegra con el almuerzo, aprendió a preparar platillos sencillos y el arroz favorito de su novio. Durante la comida un silencio incomodó se instalo en la mesa, el padre de Arthit aun los ignoraba y, su madre los observaba con una sonrisa cómplice. Nunca se había sentido tan avergonzado. Después del almuerzo, su suegro los llevo a el y a Arthit por todo el pueblo, visitando a los vecinos y haciendo favores a los mayores. Quizás su suegro lo estaba probando para la vida en el campo, quizás solo quería verlo sufrir. Aun así, Kongphob estaba feliz de compartir su fin de semana con su amado novio. Agotados y acalorados disfrutaron la tarde en el jardín jugando con el agua.

Hacia muchísimos años que el sr Rojnapat no veía a su hijo tan feliz, sonreía como cuando era niño, esperaba algún día ver su casa llena de niños; con su esposa solo había tenido un hijo, así que esos niños que deseaba tendrían que ser sus nietos. Pero ¿podría obligar a su hijo a dejar su felicidad para cumplir su sueño? sus ojos se llenaron de lagrimas, definitivamente no podría obligarlo. Su esposa se acerco a el con una lata de cerveza en la mano para el, juntos observaron a los muchachos jugar en el jardín como un par de enamorados, como ellos cuando eran jóvenes.

- Aun pueden adoptar- la mujer le susurró a su marido antes de alejarse -cuando se casen pueden llenar esta casa de niño-

De pronto una idea surco su cabeza ¿cuando se casarán?, era un hombre mayor y quería disfrutar a sus nietos cuanto antes. Definitivamente no podía imaginarse ver a su hijo con el vientre abultado padeciendo todos los síntomas que vivió con su esposa. ¿que tal contratar una madre sustituta? así sus nietos tendrían parte de sus genes, la sociedad moderna tenía muchas maneras de que una pareja gay tenga hijos. Sonrío ampliamente mientras buscaba en Internet algunas de esas maneras. Probablemente su consuegro deseara tener al menos un nieto con los genes de su familia, pero sería solo uno, todos los demás tendrían que ser tan guapos como su hijo.